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Mejor no hablar

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Un sacerdote argentino fue expulsado de la Iglesia Católica por su opinión sobre el matrimonio homosexual.

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El sacerdote cordobés José Nicolás Alessio, de 53 años, se hizo conocido el año pasado por expresar una opinión a contrapelo de la postura oficial de la Iglesia Católica al defender el matrimonio homosexual. Esas declaraciones le valieron una sanción y un juicio canónico a cargo del Tribunal Interdiocesano de Córdoba, que ayer concluyó en su expulsión de la iglesia. Se le prohibió ejercer el sacerdocio y vivir en la casa parroquial en la que pasó 27 años, informaron los diarios Página 12 y La Nación.

Al conocer el pronunciamiento Alessio opinó que la iglesia “tiene actitudes absolutamente autoritarias” y argumentó que se lo castigó por opinar acerca del matrimonio civil, no sobre la doctrina religiosa. “Jamás puse en duda que, para la iglesia, los católicos cristianos, el sacramento [del matrimonio] sea entre un varón y una mujer”, explicó. “Lo que dije es que las personas homosexuales tienen derecho a casarse en el ámbito civil como cualquier ciudadano”, agregó Alessio.

El sacerdote expulsado consideró ayer, en declaraciones a la radio Mitre, que “la jerarquía de la iglesia se cree tan dueña de la verdad que piensa que puede dogmatizar incluso sobre lo civil, lo que escapa a la esfera de lo religioso”. A su entender, “lo grave es que esta iglesia es la que predica a los políticos sobre la democracia, la necesidad del diálogo, y hacia adentro tiene actitudes absolutamente autoritarias”.

Alessio anunció que no apelará el castigo: “No me interesa que esta institución autoritaria se siga metiendo en mi vida”, dijo. “Yo voy a seguir luchando por lo que pienso y lo que soy en cualquier espacio de mi vida”, declaró el ex sacerdote, que planea continuar en sus funciones como asesor del senador Luis Juez, informó La Nación.

“Es evidente que en esta iglesia disentir es pecado”, dijo al diario Clarín otro ex sacerdote, Adrián Vitali, que obtuvo hace poco la autorización del Vaticano para casarse con su mujer. Señaló que la Iglesia ha sido mucho más lenta para castigar a curas acusados de abusos sexuales y que todavía está pendiente un juicio eclesiástico al ex capellán policial Christian von Wernich, condenado a cadena perpetua en 2007 por crímenes de lesa humanidad.

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