Era otro de los deberes que el ex presidente Lula da Silva había dejado a su sucesora, Dilma Rousseff: aumentar los beneficios que obtiene Paraguay por la hidroeléctrica Itaipú, que comparten ambos países.
La resistencia a que Asunción recibiera mayores ganancias no era exclusiva de los opositores. En la coalición de gobierno el principal aliado del Partido de los Trabajadores (PT), el conservador Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), se oponía a mejorar el precio que se paga a Paraguay por la energía que le sobra a este país del total que le corresponde de la hidroeléctrica.
“La forma utilizada [por el Ejecutivo] para enviar el asunto al Congreso [a través de un decreto legislativo] no es la adecuada, y dudamos de que nuestros consumidores o contribuyentes no sufran el impacto de la aplicación del acuerdo”, sostuvo el senador Jarbas Vasconcelos, del PMDB.
El acuerdo aprobado con la mayoría oficialista -sin el voto de algunos de sus senadores- fue firmado en 2009 por Lula, que en ese entonces era el presidente brasileño, y el mandatario paraguayo, Fernando Lugo. En él se triplica el precio que paga Brasil por la energía de Itaipú.
El acuerdo inicial, firmado en 1973 por las dictaduras que gobernaban ambos países, establece que Brasil y Paraguay tienen derecho, cada uno, a 50% de la electricidad generada en la hidroeléctrica y que el excedente no utilizado debe ser vendido al otro socio. Todo Paraguay se abastece con 5% de la electricidad generada en Itaipú, por lo que el 95% restante pasa a manos de Brasil. Por esa electricidad Brasil pagaba hasta ahora unos 120 millones de dólares anuales y el nuevo acuerdo establece que el pago se triplique y sea de más de 360 millones de dólares por año.
El aumento de precio es motivado no sólo por el aumento de los costos para la producción, sino también porque los recursos del río Paraná, donde está la represa, son paraguayos y no brasileños, explicó la senadora petista Gleisi Hoffmann, quien fue directora financiera de la hidroeléctrica. Otro de los argumentos que utilizaban los paraguayos para reclamar el aumento es que ellos están obligados a realizar la venta a Brasil por un precio muy inferior a los de mercado: por ejemplo, Brasil vende a Uruguay energía eléctrica por 300 dólares el megavatio hora (MWh), mientras que paga a Paraguay 8,49 dólares por la misma unidad, según el nuevo acuerdo.
En el mismo texto se especifica que el pago de la diferencia será costeado por el Tesoro Nacional brasileño y no afectará los precios de la energía que pagan los consumidores finales, informó la web del Senado, Agência Senado.
Desde la oposición se aseguró que el aumento no es necesario y que representa un “acto de generosidad” de Brasil para con su vecino. Este argumento fue rechazado por senadores del PT, no sólo por los costos asociados a la producción de energía, sino también porque “lo que se está haciendo es exactamente el fortalecimiento del Mercosur, que es estratégico para nosotros. No sirve que Brasil se desarrolle y crezca con sus vecinos en dificultades”, según subrayó el petista Delcídio Amaral.
El senador Randolfe Rodrigues, del opositor Partido Socialismo y Libertad, respaldó el nuevo acuerdo y recordó que Brasil “mató el 96,5% de la población masculina” paraguaya en la Guerra del Paraguay, y que actualmente es una de las diez mayores economías del mundo, por lo que tiene “la responsabilidad de contribuir con países menos ricos”.
En Planalto se aceleró la votación en el Senado para que Rousseff pueda llevarle la buena nueva a Lugo el sábado, cuando visite Paraguay para estar presente en las celebraciones del bicentenario de la independencia de ese país.
El ministro de Economía paraguayo, Dionisio Borda, ya anunció que el incremento del pago brasileño -unos 240 millones de dólares- será destinado a dos fondos, uno de desarrollo y otro de estabilización.
Lugo celebró la aprobación brasileña y aseguró a través de un comunicado que es un logro de todos los que integran la alianza de gobierno y sus colaboradores. Renegociar el tratado de Itaipú fue una de las promesas de campaña de la Alianza Patriótica para el Cambio, que impulsó la candidatura de Lugo en 2008. “Trabajamos para corregir la terrible traición que ocurrió en el régimen del general [Alfredo] Stroessner y los errores cometidos contra la nación y el pueblo de Paraguay en el Tratado de Itaipú”, dijo el presidente.
Otras fuentes gubernamentales indicaron al diario paraguayo La Nación que esperan que esta aprobación previa al bicentenario impulse a Argentina a firmar el acuerdo que autoriza a Paraguay a vender energía a Uruguay a través de su territorio, “para que también sea una buena noticia en el bicentenario”.
El canciller brasileño, Antonio Patriota, dijo que espera otra repercusión de la aprobación del nuevo acuerdo de Itaipú en el marco del Mercosur: la aprobación del Senado paraguayo a la incorporación de Venezuela al bloque, según indicó al diario Folha de São Paulo luego de una reunión con su homólogo paraguayo, Jorge Lara Castro.