Ingresá

A la deriva

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Esta semana parte la segunda flotilla de la libertad rumbo a Gaza.

El gobierno israelí anunció que no permitirá la llegada de la ayuda humanitaria a Gaza, trasladada en barcos que buscan romper el aislamiento de la región. Las aguas ya están divididas: de un lado, Egipto prometió colaborar con los activistas propalestinos; del otro, la ONU pidió a los gobiernos que influyan en sus ciudadanos para que desistan de participar en la iniciativa.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

"El Estado de Israel está determinado a impedir la llegada de la flotilla a Gaza", pero en esta ocasión con la premisa de “evitar toda confrontación, en la medida de lo posible, con los que estarán a bordo de los barcos”, transmitió ayer el gobierno en un comunicado después de que sesionara el gabinete de Seguridad.

La segunda flotilla de la libertad que intentará atracar en la Franja de Gaza está conformada por una decena de barcos que el “jueves o viernes” partirían desde varios puntos de la isla de Creta. “Esperamos que las autoridades griegas, a pesar de las presiones de Israel y otros países, no nos impidan zarpar”, declaró en conferencia de prensa Vaguélis Pissias, uno de los responsables de la iniciativa.

Tanto la fecha como los puertos de la partida no fueron precisados por motivos de seguridad, dijeron desde la organización que agrupa a medio millar de activistas propalestinos procedentes de unos 45 países, entre ellos, un ex analista de la CIA y un sobreviviente del Holocausto de 75 años. Las presiones, aseguraron, ya generaron que se les prohibiera el uso del puerto de Chipre. Allí había comenzado su periplo la primera flotilla en mayo de 2010, cuando murieron nueve turcos tras el asalto de la marina israelí al barco “Mavi Marmara”.

Los promotores afirman que las naves van cargadas con más de 5.000 toneladas de ayuda humanitaria, principalmente material sanitario, educativo y de construcción. En su comunicado, el gobierno israelí sostuvo que si no encuentra armas o municiones el envío será “transferido en su totalidad a Gaza”.

La radio pública de Egipto difundió que los navegantes tienen permiso para atracar en un puerto ubicado a 50 kilómetros al oeste de la frontera con Gaza, aunque las autoridades no se pronunciaron oficialmente sobre la decisión, que de concretarse sería una nueva señal de alejamiento hacia Israel, de las que se vienen dando tras la caída del ex presidente Hosni Mubarak. La iniciativa es rechazada no sólo por Israel y Estados Unidos sino también por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien pidió a los gobiernos que apelen a su influencia para "desalentar las flotillas", por considerar que representan "una peligrosa escalada de la violencia", según informó la agencia de noticias AFP. El gobierno español ya se hizo eco y aconsejó a sus ciudadanos no subir a la segunda flotilla de la libertad por razones “tanto políticas como de riesgo”.

Arreglos finales

La de ayer fue la última reunión del gabinete de Seguridad israelí por este tema, que terminó de definir cómo evitar que las embarcaciones lleguen a destino. El domingo, la Oficina de Prensa Gubernamental habían advertido en otro comunicado que los periodistas extranjeros que se embarcaran en la flotilla para cubrir la travesía podrían recibir varias sanciones, por ejemplo con la “prohibición de entrada a Israel durante diez años. Sin embargo, el jefe de gobierno, Benjamin Netanyahu, dejó si efecto la resolución y ordenó que a ellos “no se les aplique la política normal que se aplica a cualquiera que entra en Israel de forma ilegal”.

La oficina de Netanyahu difundió también que se acordó “permitir a periodistas israelíes e internacionales que aborden los barcos de la Marina (israelí) para ofrecer transparencia y una cobertura creíble de los hechos”, luego que la experiencia con la primera flotilla desembocara en dos versiones incompatibles sobre lo sucedido.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura