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La Justicia británica aplica la “mano dura” prometida por el gobierno.

Las penas de meses y años de prisión que dispuso la Justicia británica para las personas que participaron en los disturbios en Londres y otras ciudades preocupan a legisladores, activistas y abogados, que las relacionan con los llamados a la mano dura del primer ministro, David Cameron.

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Las duras sentencias aplicadas a quienes participaron en los disturbios que comenzaron en Londres el viernes cinco por la muerte de un joven baleado por la Policía, generaron una serie de críticas contra la “mano dura” anunciada por el primer ministro David Cameron.

Dos jóvenes fueron sentenciados a cuatro años de prisión por haber incitado a través de Facebook a participar en los disturbios en una ciudad británica, pese a que esos disturbios no ocurrieron. Un hombre sin antecedentes cumplirá seis meses de prisión por robar botellas de agua. También pasarán varios meses entre rejas un hombre que robó dos helados y una mujer que aceptó un pantalón de jean robado.

“Las sentencias deben asustar”, reconoció el juez Elgan Edwars tras juzgar a los jóvenes que habían utilizado la red social para promocionar disturbios. Su colega Andrew Gilbart aseguró: “No me cabe duda de que el propósito de la corte debe ser demostrar que estos actos delictivos colectivos tienen que recibir una sentencia ejemplar, muy superior a si hubieran sido cometidos individualmente”.

Los tribunales funcionan día y noche, incluyendo fines de semana, intentando procesar a los más de 2.700 detenidos que dejaron los disturbios. Hasta ahora poco más de mil pasaron por la Justicia y el 64% permaneció bajo arresto. El 20% de las personas que ya comparecieron ante un juez y están siendo procesadas tienen entre 10 y 17 años, informó el Ministerio de Justicia.

El primer ministro, David Cameron, manifestó: “espero que les caiga todo el peso de la ley”, y agregó: “Los tribunales están enviando un mensaje de dureza y creo que es bueno que puedan hacer eso. Lo que pasó en nuestras calles fue espantoso, y la Justicia debe dejar bien en claro que no será tolerado”.

Los liberales demócratas, que forman parte del Ejecutivo, no se pronunciaron sobre las penas, pero varios de sus legisladores manifestaron desagrado y preocupación.

El consejero de la Corona, John Cooper, dijo a BBC que las sentencias “no pueden depender del capricho del juez o del estado de la opinión pública. Hay claras reglas sobre la relación proporcional que debe haber entre delito y sentencia”. También abogado en materia de libertades civiles, Cooper consideró que si bien en ciertas circunstancias “se requiere una sentencia firme”, es preocupante que “todo el espectro del proceso de sentencias ha sido elevado de manera excesiva y desproporcionada (...) influido implícita o explícitamente por la opinión pública”.

Varias organizaciones civiles manifestaron también preocupación por las consecuencias que tendrá encerrar en prisión a personas mayoritariamente jóvenes, ya que esto tendrá repercusiones en el resto de sus vidas. Además, advirtieron que las penas excesivas traerán una ola de apelaciones que saturarán el sistema judicial. Varios de los sentenciados ya apelaron.

Por último, también se manifiesta preocupación porque más del 50% de las cárceles del Reino Unido están saturadas y se desconoce dónde se albergará el gran número de reos que resulte de los disturbios.

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