El general retirado Otto Pérez Molina tuvo ayer un doble motivo de festejo al conocer los resultados de las elecciones del domingo. Fue el candidato más votado a la presidencia de Guatemala, y además su hijo, Otto Pérez Leal, logró ser electo alcalde de la ciudad de Mixco.
Sin embargo, a Pérez Molina no le alcanzaron los votos para ganar en primera vuelta, como quería, y deberá competir en balotaje el 6 de noviembre con Manuel Baldizón, un político que fue electo diputado por la gobernante Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), pero luego se apartó del oficialismo.
Con el 95% de los votos escrutados, Pérez Molina, del Partido Patriota, alcanzaba el 35,9% y Baldizón, de Libertad Democrática Renovada, llegaba a 23,5%. El tercer lugar lo ocupó Eduardo Suger, con 16,1%, y el resto de los votos se repartió entre seis candidados, entre ellos la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, que obtuvo 3% al postularse por el Frente de Izquierda.
La coalición oficialista, la socialdemócrata UNE, del presidente Álvaro Colom, quedó fuera de competencia porque las autoridades electorales entendieron que a su candidata, la ex primera dama Sandra Torres, se le aplicaba la prohibición que impide a los familiares del presidente en funciones competir por sucederlo.
De las elecciones del domingo, según el Tribunal Supremo Electoral, participó el 66% de los guatemaltecos, un porcentaje más alto que el 60% que es habitual desde 1985, informó el diario Prensa Libre.
De acuerdo a ese periódico guatemalteco, el Partido Patriota ya comenzó a estudiar su estrategia con miras al balotaje, y Pérez Molina anunció que está abierto a establecer alianzas, en particular con otros candidatos de derecha: Suger, de Compromiso Renovación y Orden, y Harold Caballeros, de Visión con Valores y Encuentro por Guatemala.
Civil o militar
Baldizón, de 41 años, es un empresario, político y abogado con varios estudios de posgrado, catedrático universitario en el área del derecho. Un currículum tanto o más extenso tiene en su carrera militar Pérez Molina, de 60 años.
Este general retirado se formó en la Escuela de las Américas, y durante los años de guerra civil en su país integró una fuerza de elite especializada en combatir guerrillas, Kaibiles, recordó la agencia de noticias EFE. De 1993 a 1996, Pérez Molina integró la Dirección de Inteligencia Militar y el Estado Mayor Presidencial, dos instituciones que fueron acusadas de violaciones a los derechos humanos. También lo fue el candidato, pero hasta el momento ninguna de las denuncias en su contra fue probada o al menos formalizada ante la Justicia.
Pérez Molina y su partido, que tiene una fuerte presencia de militares retirados de derecha en sus filas, enfocó su campaña en promesas de “mano dura” contra la violencia del crimen organizado y las maras, que en su país eleva el promedio de asesinatos diarios a 16. Ante este problema, la solución de Baldizón es aplicar a los delincuentes la pena de muerte y crear una Guardia Nacional con la fusión de la Policía y el Ejército.
Para atender otro de los problemas de Guatemala, la pobreza que afecta al 51% de la población, Pérez Molina propone dar estabilidad a los precios de la canasta básica, impulsar un “pacto fiscal” para aumentar la recaudación impositiva y promover el desarrollo de la economía para crear empleo.
Su rival, Baldizón, promete eliminar todos los impuestos y fijar uno solo, de 5%, que pague todo el mundo, ampliar los programas sociales del gobierno de Colom, y agregar un pago anual extra a lo que perciben los asalariados, algo así como otro aguinaldo.
Se le ha criticado a Baldizón que hace demasiadas promesas y que no siempre parece serio. Según recordó EFE, el candidato prometió llevar la selección de fútbol guatemalteca a un campeonato mundial, y ha dicho que su gobierno estará integrado sólo por “cristianos creyentes”.
Algo en común entre los dos rivales de la segunda vuelta es que ambos llevan como compañeras de fórmula a mujeres. La candidata a vice de Pérez Molina es la diputada Roxana Baldetti, secretaria general del Partido Patriota, y la de Baldizón es una ex primera dama, Raquel Blandón. Desde 1986, Guatemala no tiene un gobernante militar, pero según las encuestas de intención de voto, es probable que esto cambie el 6 de noviembre.