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No hay dos sin tres

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Daniel Ortega comenzaba anoche su tercer mandato, el segundo consecutivo.

Los nicaragüenses fueron invitados anoche a un acto multitudinario para la asunción de su presidente, Daniel Ortega. Fue reelecto en noviembre en elecciones calificadas como “opacas” por los observadores internacionales, en las que obtuvo una amplia mayoría parlamentaria.

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Horas antes de la ceremonia oficial de asunción del sandinista Daniel Ortega como presidente de Nicaragua, el candidato que llegó segundo en las elecciones del 6 de noviembre, Fabio Gadea, simuló una ceremonia de investidura, porque continúa sin aceptar su derrota. Gadea, de 80 años, se presentó a las elecciones como líder de una alianza opositora, encabezada por su Partido Liberal Independiente y en la que figuraba un buen número de sandinistas que no se reconocen en la gestión de Ortega. Obtuvo el 31% de los votos.

El candidato derrotado pidió a sus votantes que continúen la “lucha pacífica en las calles”, y renunció a su cargo de diputado, explicando que se considera el presidente constitucional de Nicaragua. Argumentó que hubo un fraude de “proporciones inauditas” -aunque no pudo demostrarlo- y por eso ayer tomó simbólicamente posesión de la presidencia ante unos 200 seguidores, en una protesta pacífica en la localidad de La Concepción. En noviembre, en ese pueblo agrícola del departamento de Masaya, grupos opositores pidieron nuevas elecciones en protestas en las que hubo fuertes enfrentamientos callejeros con la Policía.

“Hay que defender la democracia y atacar la dictadura”, lanzó Gadea durante el acto, horas antes de que Ortega asumiera por cinco años más de gobierno. En la ceremonia ficticia, el dirigente se subió a una improvisada tarima que sus seguidores construyeron en la parte de atrás de un camión y recibió de manos de una estudiante la bandera y la Constitución de Nicaragua. Insistió en que Ortega ganó las elecciones con “una montaña de votos” que fueron “robados”, en un acto en el que lo acompañaron diputados de su partido.

En tanto, la ceremonia oficial se organizó en la Plaza de la Revolución, que fue el centro de Managua hasta el terremoto que la destruyó, en 1972. También se desplegó un importante operativo policial y se cortó el tránsito en un perímetro de tres kilómetros cuadrados.

Ortega fue el primer presidente electo de Nicaragua en 1984, después de que la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional -de la que fue un dirigente destacado- lograra terminar con la dictadura de Anastasio Somoza, en 1979. Luego, en 2007, Ortega alcanzó otra vez la presidencia después de dos derrotas en las urnas, en 1996 y 2001. Durante su último mandato, según resumió el lunes la esposa de Ortega, Rosario Murillo, que tiene un rol muy activo como primera dama, se abrieron “nuevas páginas para seguir escribiendo” la “brillante historia” de Nicaragua, con inspiración en “valores culturales, religiosos y de fe”.

Ayer su tercera asunción contó con la presencia del presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, que está de gira por la región, y del venezolano, Hugo Chávez, principal apoyo financiero de Ortega, y quien fue ovacionado de pie por los asistentes cuando lo nombraron en la ceremonia de investidura. En 2011, Nicaragua recibió 500 milliones de dolares y está previsto que esto continúe. Con ese dinero, Ortega lanzó grandes planes sociales destinados a los casi tres millones de pobres que tiene Nicaragua.

También asistieron, entre otros, los jefes de Estado de América Central, excepto el panameño, Ricardo Martinelli, que canceló el viaje a última hora sin informar públicamente los motivos, y la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, que mantiene relaciones tensas con su par nicaragüense.

También asistió el príncipe Felipe de España, a pesar de que la oposición nicaragüense le pidió a la corona española que “no legitimara la dictadura”. Las organizaciones opositoras protestaron el viernes por ese motivo frente a la embajada española y entregaron una carta, pero no obtuvieron respuesta.

Ortega tendrá para este nuevo mandato 62 diputados frente a los 26 del Partido Liberal Independiente y los dos del Partido Liberal Constitucionalista. El lunes se abrió el período de sesiones parlamentarias que comenzó con una protesta de los legisladores liberales que abandonaron el hemiciclo para denunciar fraude electoral, entre gritos de “a ustedes no les ha nombrado el pueblo, les ha nombrado Roberto Rivas”, en referencia al presidente del Consejo Supremo Electoral.

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