En respuesta a los cuestionamientos de la oposición y de algunos medios de prensa, desde el gobierno argentino se multiplicaron las aclaraciones para explicar lo que ocurrió cuando a la presidenta Cristina Fernández se le diagnosticó un tumor “compatible con carcinoma papilar de células foliculares”. Por ese diagnóstico se le extirpó a Fernández la glándula tiroides, antes de que el análisis final concluyera que sufría tumores benignos, llamados adenomas foliculares.
“Ante las malintencionadas publicaciones del diario Clarín del día de hoy [por el domingo] en sus páginas 3 y 4 poniendo en duda el contenido de los estudios histopatológicos del centro Diagnóstico Maipú, la Unidad Médica Presidencial se ve en la obligación de dar a conocer el diagnóstico consignado el 22 de diciembre de 2011, pasado tal cual fuera oportunamente comunicado cinco días más tarde en Casa de Gobierno y que derivó en la intervención quirúrgica de la jefa de Estado”, escribieron los médicos de la Presidencia, Luis Buonomo y Marcelo Ballesteros, en un comunicado que fue difundido junto a una copia del resultado del estudio médico realizado por Liliana Balsells y Julio Martino en el centro Maipú.
El diario Clarín publicó el domingo una columna de opinión del director general adjunto del medio, Ricardo Roa, quien dijo que la presidenta podría haber sido “víctima de una mala praxis” y que se le extirpó la glándula sin necesidad. Pero en realidad, según confirmaron varios especialistas citados en la prensa argentina, se suele recomendar que se retire la glándula también ante este tipo de tumores benignos.
Pero Clarín no fue el único en cuestionar lo ocurrido. El ex candidato presidencial por el Frente Amplio Progresista, el socialista Hermes Binner, opinó que el “cambio de diagnóstico” abre “un marco de sospecha” que “preocupa”, y pidió que el gobierno haga “una aclaración concreta de que hubo un error de diagnóstico”. El dirigente añadió: “Esto tiene que aclararse para que en la población no quede la sospecha de que se especuló con una enfermedad como el cáncer”. Fueron varios los políticos opositores que cuestionaron el manejo de la información sobre la salud de la presidenta.
Sin embargo, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, dijo en una entrevista con la emisora Radio Continental que se hizo “una comunicación correcta” sobre la salud de Fernández y que ésta había ordenado a sus colaboradores “contar todo” respecto a su enfermedad. “Absolutamente todo fue informado de acuerdo a lo que ocurrió. Es un hecho médico que se da en el 2% de los casos”, subrayó.
Sus palabras hicieron eco a las del director del centro Diagnóstico Maipú, Jorge Carrascosa, donde se le hizo el primer examen a Fernández. El médico dio explicaciones del caso en la misma radio y dijo que es “el primer falso positivo” en esa institución médica desde 1983, cuando se instaló.
“La medicina no es infalible ni en la presidenta ni en el que no es presidente”, aseguró antes de explicar que un “falso positivo”, como denominan los médicos a lo ocurrido, “es poco frecuente”, representa “entre el 2% y el 4%” de los casos. Según agregó, “son más comunes los casos de falso negativo; en los que el material da negativo pero después es un positivo”. Carrascosa concluyó que “la señora presidenta no tiene cáncer y esto es lo realmente importante”.