Se anunciaba un resultado muy ajustado, en parte por la variedad de escenarios que ofrecían las encuestas, y por otra por el porcentaje de indecisos, que superaba el 10%. También se anunciaba que Chávez había perdido votos y que no ganaría con el margen con que lo hizo en las elecciones anteriores. Pero finalmente venció con más de diez puntos porcentuales de ventaja en todo el país y ganó en 22 de los 24 estados, en 14 de ellos con una diferencia igual o mayor a 10%. Alcanzó la máxima distancia de su rival en el estado de Portuguesa, donde venció con 70,69% de los votos frente a 28,54% de su rival.
Por su parte, Capriles venció en Táchira y Mérida, con 13% y 3% de ventaja, respectivamente, mientras que en Miranda, estado del cual fue gobernador hasta que renunció en junio para postularse a la presidencia, perdió por 0,2% de los votos.
El oficialismo creció en votos respecto de las elecciones anteriores. Alcanzó las 7.963.061 papeletas, superando las 7.309.080 de 2006. En cambio, en cuanto a porcentajes, pasó de 62,8% de los votos en los comicios de aquel año a 55,11% el domingo.
Es notorio el crecimiento de la oposición, uno de los elementos que dejó la elección del domingo. El candidato presidencial de 2006, Manuel Rosales, logró 36,9% de los votos, poco más de cuatro millones, y en la jornada del domingo Capriles tuvo un respaldo de 44,27%, casi seis millones y medio de votantes.
El respaldo a la oposición no se verá reflejada formalmente en ningún lado, ya que el sólo se elegía presidente. Sin embargo, puede ayudar a consolidar la Mesa de la Unidad Democrática, una coalición formada por una treintena de agrupaciones políticas para enfrentar a Chávez en las urnas. Además, el apoyo que obtuvo la oposición consolida el liderazgo de Capriles.
Los terceros
“Si su salud se lo permite, gobernará hasta 2019” ha sido una de las frases que más se escucharon y leyeron desde que se conoció la victoria de Chávez, utilizada tanto por dirigentes opositores como por medios de comunicación venezolanos y extranjeros. El cáncer que Chávez dijo haber superado por completo aparecía ayer con énfasis en varios diarios, entre ellos algunos europeos, junto a expresiones que atribuían su victoria al “populismo”.
El fantasma del cáncer apareció ayer pero no el del fraude. Más allá de algunos problemas con las máquinas de votación y unas pocas denuncias sobre irregularidades de ambos lados, no existieron elementos para sospechar que los resultados no fueran legítimos, confirmaron los observadores internacionales. Entre ellos, se estrenaron los de la misión de la Unión de las Naciones Suramericanas (Unasur), cuyo jefe, Carlos Chacho Álvarez, aseguró que Venezuela “ha dado una lección al mundo muy importante, porque hay sectores relevantes de la comunidad internacional que ponían dudas o cuestionamientos al funcionamiento de la democracia venezolana”.
De todas partes
Minutos después de que se dieran a conocer los resultados oficiales, Capriles dio el discurso en el que reconoció la victoria de Chávez y lo felicitó, y pidió a sus seguidores que no se sientan “solos” ni “derrotados”. Llamó a trabajar por la unión de Venezuela y pidió al gobierno que “asuma y entienda que casi la mitad del país no está de acuerdo con esa opción que hoy se mantiene en el poder”, y que tenga “respeto, consideración y reconocimiento” a esa oposición. “Soy un demócrata a carta cabal y respeto la decisión del pueblo”, aseguró Capriles antes de llamar a la calma a sus seguidores.
Ante sus seguidores y desde el balcón del Palacio de Miraflores, Chávez comenzó cantando el himno para después felicitar a la oposición por haber reconocido su victoria, “la victoria del pueblo”, llamarla “al diálogo, al debate y al trabajo conjunto” y hacerle un “reconocimiento especial” porque “no se prestó a los planes desestabilizadores” ante su victoria. El presidente aseguró que en estas elecciones se cumplió el principal objetivo: “Haber conservado el bien más preciado que hemos conquistado, la independencia”.
“¡Le dedicamos este triunfo a Cristina, esta victoria es también la victoria del pueblo argentino, de la patria del Che, de Perón y de Néstor Kirchner!”, exclamó un eufórico Chávez, después de contar que habló por teléfono con la presidenta argentina. “Hoy ganó América Latina”, aseguró.
Las felicitaciones desde el extranjero no tardaron en llegar: el ecuatoriano Rafael Correa y el cubano Raúl Castro fueron los primeros, junto con Cristina. En su discurso Chávez los mencionó a todos ellos. Con las horas llegaron más saludos desde el resto del mundo, desde el presidente uruguayo, José Mujica (ver http://ladiaria.com.uy/articulo/2012/10/desde-donde-se-mire/), hasta el líder de la separatista República de Abjasia, Alexandr Ankvab, pasando por el bielorruso Alexandr Lukashenko, quien reconoció que pasó “la noche en vela” esperando los resultados de las elecciones venezolanas.
En camino
“Para mí el nuevo ciclo comienza hoy mismo, obligados a ser cada día mejores, más eficientes, obligados a responder con mayor eficacia a las necesidades de nuestro pueblo”, aseguró Chávez. Para este nuevo período el presidente prometió profundizar su proyecto socialista y ponerle un “cerrojo” que “impida volver atrás”.
Chávez prometió que en este nuevo mandato intensificará la explotación de petróleo para duplicar la producción diaria de los actuales tres millones de barriles, con el objetivo de aumentar los ingresos del país. Prometió que para 2019 ya no habrá ningún venezolano sin vivienda, para lo cual se comprometió a construir tres millones de casas nuevas, además de ocho hospitales que ayuden a garantizar la atención sanitaria a los pobladores de todas las regiones del país. El presidente prometió también reimpulsar su Gran Misión AgroVenezuela, con la cual se dan créditos y beneficios a agricultores para aumentar la producción de alimentos, con la meta de que este crecimiento alcance el 45% para que Venezuela logre una mayor soberanía alimentaria.