Arismendi dijo estar “enojadísima” con los cambios realizados por Olesker, ya que no comparte los criterios que se tuvieron en cuenta. El actual jerarca del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) estableció que habrá 19 directores departamentales en lugar de 33 coordinadores departamentales y cesó a cuatro coordinadores del interior y a dos coordinadores regionales de Montevideo (ver http://ladiaria.com.uy/articulo/2012/4/acercate-mas/). “Se necesita un perfil mucho más de articulación, y se entendía que había 15 de los 19 [departamentos] que tenían en sus coordinadores personas capacitadas y cuatro que no”, explicó Olesker a la diaria, y agregó que esperaba tener con los directores “un vínculo estrecho y una confianza personal, que sean representantes políticos del ministro en el territorio”.
“Partimos de una base completamente distinta”, aclaró Arismendi. Explicó que todos los coordinadores eran funcionarios públicos con profesiones vinculadas a las políticas sociales. “Muchos de ellos habían sido militantes sindicales o gente que había trabajado en CAIF o en zonas muy carenciadas; ése fue el criterio, lo más lejos posible de lo político partidario, o sea que los trámites, cuando llamaban los ediles, los diputados de todos los sectores, pero también frenteamplistas, para ver de acelerar el plan de emergencia para tal o cual nosotros les decíamos que de ninguna manera, que la gente podía ir directamente al coordinador y lo resolvía, no precisaba intermediarios, como una manera de poner una barrera entre lo político partidario y lo clientelístico, que podía seducir”, comentó. “A nosotros nos criticaron muchas cosas, pero no que hubiéramos hecho clientelismo. Cuando fuimos oposición a esto le llamábamos clientelismo”, remató.
La ex ministra destacó que los coordinadores fueron “los puntales” del Mides en el territorio, destacó que al comienzo trabajaron en sus casas, recibían gente y llamadas “las 24 horas” y articularon con las intendencias, los ministerios de Salud, Vivienda, Educación, Interior. “Todo ese trabajo lo articularon los coordinadores, hoy el ‘usa y tire’ es una cosa muy terrible”, lamentó. “Yo no puedo decir ahora: ‘muchas gracias, hiciste muy bien la tarea pero no sos el perfil porque no estás militando’”, argumento que fue, según le comentaron a Arismendi varios de los coordinadores destituidos, una de las explicaciones brindadas por Olesker. Arismendi aclaró además que la “concepción” que quiso establecer en el Mides consistía en no “mezclar el trabajo político partidario con el trabajo del ministerio, y que nuestro aporte a la transformación social pasaba por que la gente aprendiera a leer, tuviera cédula, fuera a hacerse el papanicolau por primera vez en su vida”. Incluso, explicó que cuando se acercaban las elecciones nacionales se discutió el rol que podían tomar los coordinadores: “Podían ser buenos candidatos para encabezar listas departamentales, pero aspirábamos a que no lo fueran y no hicieran campaña porque tenían otra tarea para hacer”, acotó.
También destacó que todos eran funcionarios públicos que pasaron en comisión al Mides: “No queríamos aumentar [el número de funcionarios públicos], porque el Estado está lleno de gente dispuesta a venir. El Mides se construyó así, de gente que optó por pasar al Mides a pesar del esfuerzo descomunal”.
A la deriva
La ex ministra, que dijo que ya manifestó su opinión al Partido Socialista, considera que la responsabilidad por la actual gestión del Mides también la tiene el PCU. Recordó que en principio su sucesora sería Ana Olivera, “lo cual para mí era una tranquilidad absoluta”, pero que luego de oficializarse la candidatura a la Intendencia de Montevideo el presidente José Mujica le ofreció a ella mantenerse en el cargo. “No estaba en mis planes pero le dije que sí, aunque era una mujer de partido y tenía que consultar; y el partido dijo que no, entonces también como comunista me siento responsable”, explicó. A su entender, Ana Vignoli, designada por el PCU como ministra, “es muy buena compañera y profesionalmente tiene el perfil, pero no dio con la talla”.
En cuanto al resto de la gestión, Arismendi consideró que “la mayoría de los programas en funcionamiento son los que quedaron entubados, que estaban presupuestados”. Pero lamentó las consecuencias del proceso que a su entender vivió el Mides desde 2010: “Las instituciones son gente, y si hay ánimo caído, si hay dificultades en los departamentos, si hay líos, se hace más difícil, y si viene gente nueva que no tiene idea también se hace más difícil. Mujica dice: ‘Lo que está bien no se toca’. Podemos tener opiniones distintas de lo que está bien y lo que está mal, eso lo acepto, pero en esto no estoy de acuerdo”.