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Juan Castillo y Nora Castro, ayer, durante el ciclo de la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L).

Foto: Nicolás Celaya

La buena educación

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Nora Castro afirmó que “no le gustó” enterarse por la prensa de su remoción y cuestionó que Mujica quiera uniformes en liceos.

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La segunda jornada organizada por la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L) para debatir el futuro del Frente Amplio tuvo como protagonistas al actual vicepresidente de la coalición Juan Castillo y a la hasta hace pocos días vicepresidenta del Codicen, Nora Castro. En parte por el pasado sindical de ambos, sus discursos de ayer de noche en el boliche El Farolito se centraron en la relación del Frente Amplio (FA) con los trabajadores y con las organizaciones sociales.

Castillo opinó que el principal error del FA es que no ha logrado “involucrar al conjunto de nuestro pueblo haciéndole sentir que éste es el proyecto político para los cambios”. “Se ha roto el vínculo, pero no lo han roto los sectores sociales”, evaluó.

Remarcó que a las clases dominantes “hay que confrontarlas” y que al conglomerado social “hay que involucrarlo”. Cuestionó la actitud que han tenido dirigentes del gobierno al no mantener diálogo con los trabajadores sobre asuntos que los involucran, por ejemplo, en el caso de la negociación por el Estatuto del Funcionario Público. “¿Cuatro años discutiendo el Estatuto del Funcionario Público? ¿Ustedes creen que los trabajadores públicos son zapallos?”, manifestó. Apuntó que el hecho de que éstos no se enteren por la prensa de que “alguien está trabajando por vos” es un “elemento importantísimo del vínculo con una parte de los sectores sociales”. “No creo que los sindicatos estén proponiendo coparticipar en la gestión de gobierno, no es eso”, aclaró.

Señaló que en la gestión de gobierno “hay errores, cagadas con mayúscula”, pero discrepó con los frenteamplistas que están desilusionados con el gobierno y que ya “tiraron la chancleta”.

A su turno, Castro coincidió en que hay que “reconstruir una red de alianzas con los sectores sociales”, que existe “desconexión” con los sectores militantes del FA y que “uno va a un comité de base y no pasa nada”. Opinó que “los debates a nivel ideológico son exiguos, se han empalidecido, y tienen aspecto más de otra cosa”, y que el FA se ha quedado sin estrategia. “Estamos esperando al pastor para ganar el gobierno y no tenemos una estrategia que enamore”, alertó. Consideró además que no hay una “política de relevos”. “El otro día fui a hacer un informe a la Mesa Política y era como ir a un baile de mi generación”, comentó.

De Estado

En la segunda parte de su discurso Castro se refirió a la educación. Aseguró que no cree en las políticas de Estado. “Creo que el FA, al darle un lugar a la oposición en estos últimos años para complementar la tarea de contralor, en realidad no dejó suficientemente claro -a pesar de que el viejo Pepe la tiene clarísima- que en una sociedad con clases sociales no hay política de Estado posible”, afirmó. “Esto generó confusión hacia afuera y hacia adentro, porque hay gente en el FA que cree en las políticas de Estado”, acotó.

Sostuvo que desde que se fundó el FA nunca hubo unanimidades en materia de educación ni se lograron “acuerdos sustantivos” en la materia. Cuestionó a quienes dentro de la izquierda entienden que la educación no avanza por los corporativismos. “Eso es un gran error”, manifestó, y opinó que debe continuar incrementándose el salario de los docentes.

Confesó que no le gustó enterarse por la prensa de su remoción del Codicen y cuestionó posiciones y afirmaciones del presidente José Mujica en materia educativa. Respecto del apoyo de Mujica a que se implemente en forma obligatoria el uso de uniforme, a raíz de una propuesta que recibió de liceales, Castro criticó que no tenga en cuenta que ese tema ya se conversó y se estudió en el Codicen.

La representante de la CAP-L dijo además que en su momento habló con liceales y que éstos le manifestaron que querían usar uniforme porque querían parecerse a los estudiantes de los liceos privados o para diferenciarse de los “patoteros”. “Lo que a mí me preocupa es que desde el Poder Ejecutivo se proponga sin siquiera haber escuchado lo que es producto de una investigación”, cuestionó.

También se refirió al énfasis que da Mujica a la educación tecnológica. “Estoy totalmente de acuerdo en profundizar la educación tecnológica, pero si se cree que es excluyente y que debe desaparecer la formación humanística, es un error profundo, porque los problemas que se generan a nivel de la ciencia y de la técnica tienen muchas veces su origen en problemas que se abordan desde el ámbito de las humanidades”, apuntó. Afirmó que “el saber de las manos no está desvinculado de la cabeza”. “Puede ser muy seductor hablar del saber de las manos, pero si lo separamos de la cabeza, no tiene la posibilidad de ser un saber transformador”, alertó.

Tanto Castillo como Castro enfatizaron que la disputa es con “la derecha”. “Acá los que se hacen la gran fiesta y disfrutan con el circo son el Guapo [Jorge Larrañaga], Pedro [Bordaberry], [Luis Alberto] Lacalle y toda esa gente, y todos los que tienen atrás. Parecería que nuestros compañeros se preocupan no por estas situaciones en las que el gobierno del FA es atacado sistemáticamente, sino cuando el Sordo [en referencia al politólogo Luis Eduardo González] nos muestra las encuestas”, cuestionó Castro.

Castillo recordó que la derecha desplazó del poder mediante golpes de Estado a Manuel Zelaya en Honduras y a Fernando Lugo en Paraguay, y que intentó lo mismo en Ecuador contra Rafael Correa. “¿Mujica qué lugar ocupa en la lista del imperialismo?”, se preguntó.

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