Las gestiones más visibles hacia el reintegro pleno de Paraguay al Mercosur las hizo en los últimos días Argentina. Días atrás la presidenta, Cristina Fernández, mantuvo una conversación telefónica sobre este tema con su par paraguayo, Horacio Cartes, y el miércoles el jefe de gabinete argentino, Jorge Capitanich, hizo un viaje relámpago a Paraguay. Acompañado por el embajador paraguayo en Buenos Aires, el ex presidente colorado Nicanor Duarte, Capitanich se reunió con el también colorado Cartes.
Tras el encuentro el jefe de gabinete argentino informó a medios de su país que el eje de la visita era articular la lucha contra el dengue en la frontera, pero que también conversaron sobre “la oportunidad que tiene en estos días [Paraguay] para aprobar la inclusión de la República Bolivariana de Venezuela en el Mercosur”. Destacó el mismo argumento que días atrás había subrayado el presidente del Parlamento paraguayo, Julio César Velázquez: se acerca la cumbre de presidentes del Mercosur en Venezuela, en la que está previsto avanzar en la lista de productos que se incluirían en un eventual Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea. “Sería bueno que abramos la reunión pudiendo decir que todos aceptamos al nuevo miembro”, apuntó Capitanich.
Antes fue el turno de Brasil. La presidenta, Dilma Rousseff, había instado a Paraguay a que se reincorporara al bloque. Además de varias reuniones bilaterales, en una conversación con Cartes Rousseff enfatizó que para Brasil las relaciones entre dos países en la región son importantes, siempre y cuando “se den en el contexto de las relaciones multilaterales con todos los países del hemisferio”. Fue justamente Rousseff la que empujó a Paraguay a acercarse a Venezuela, país con el que las relaciones fueron restituidas finalmente el 12 de noviembre, cuando Cartes designó al diplomático Enrique Jara como nuevo embajador paraguayo en Caracas.
Hoy Cartes se dispone a recomponer otra relación, la de su país con Bolivia, que al igual que con Venezuela, fue suspendida tras la destitución del entonces presidente Fernando Lugo, en junio de 2012. Antes de que Cartes concretara su primer viaje a La Paz como presidente, el canciller de su gobierno, Eladio Loi- zaga, remarcó que Paraguay y Bolivia son “naciones hermanas con un destino común” y destacó que ambos gobiernos buscan normalizar las relaciones “con un espíritu constructivo y de negociación”.
“El Poder Ejecutivo tomó una decisión meditada y estudiada desde de las elecciones hasta hoy, y entonces decidió remitir en forma totalmente libre y espontánea, sin ningún tipo de presión [el protocolo de adhesión de Venezuela al Mercosur]. Es muy importante la participación plena de nuestro país en el Mercosur porque hoy estamos en un limbo por la situación que vivimos”, sostuvo en rueda de prensa el canciller paraguayo. A su vez, Cartes dijo que hay conversaciones para que se apruebe el ingreso de Venezuela al Mercosur, y el presidente del Parlamento aseguró que “hay voluntad política” en ese sentido.
“Tenemos que aceptar esta situación y mirar para adelante. Acá nadie retrocede, nadie pierde su dignidad, lo único que queremos es fortalecer este proceso de integración”, aseguró Velázquez, refiriéndose al ingreso de Venezuela al Mercosur mientras Paraguay -cuyo Parlamento era el único del bloque que lo rechazaba- estaba suspendido.
El diario paraguayo Última Hora informó que hasta el momento hay 32 votos a favor de la aceptación del protocolo de adhesión de Venezuela al Mercosur -entre ellos los de la izquierda y los de algunos sectores del Partido Liberal Radical Auténtico-. Esta cifra supera ampliamente la mayoría necesaria en el Senado, que es de 23 de los 45 escaños.
Una vez aceptada en el Senado, la norma no tiene por qué ser tratada en Diputados, ya que las leyes paraguayas establecen que una vez que un proyecto es avalado en una cámara, automáticamente queda aprobado tras el paso de un cierto período, salvo que la otra ponga objeciones.