Ingresá

Simpatizantes del presidente sirio, Bashar al Assad, protestan contra la intervención militar en Siria, ayer en las inmediaciones del Capitolio, en Washington.

Foto: Jim Lo Scalzo, Efe

Cambio de frente

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Jugada rusa podría evitar la intervención militar estadounidense en Siria.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Una agitada jornada de declaraciones y contactos diplomáticos abrió imprevistamente la posibilidad de una salida negociada a la crisis en Siria, potenciada a raíz del ataque químico perpetrado el 21 de agosto, realizado supuestamente por el Ejército del gobierno que encabeza Bashar al Assad, en medio del conflicto bélico que vive la nación asiática desde hace dos años y medio.

El giro en la situación comenzó a darse ayer, durante una conferencia de prensa que ofreció en Londres el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, tras reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague. Ante una pregunta de un periodista acerca de si Siria podía hacer algo para evitar el ataque, el máximo representante de la diplomacia estadounidense declaró: “Siria podría entregar todas y cada una de sus armas químicas a la comunidad internacional la semana próxima -entregarlas todas y sin retraso-, pero no lo va a hacer y además no se puede hacer”. Los dichos de Kerry, seguramente a su pesar, generaron una rápida reacción de Rusia, el más firme aliado del gobierno sirio.

Por intermedio de su canciller, Serguei Lavrov, Rusia instó a Siria a poner bajo custodia internacional todo su armamento químico como forma de evitar el ataque y ayer mismo, durante un encuentro que se celebró en Moscú, el pedido fue transferido directamente al canciller sirio, Walid Muallem, quien lo acogió de buena manera. “En relación con esto, declaro que la República Árabe de Siria saluda la iniciativa rusa, partiendo de la preocupación de los dirigentes sirios por la vida de sus ciudadanos y la seguridad en nuestro país”, dijo Muallem, citado por la agencia rusa Ria Novosti.

De este modo se abre un nuevo paréntesis en el eventual ataque que Estados Unidos pretende lanzar, aunque desde el gobierno, en principio, se manifestó mucha cautela en relación con la propuesta de Lavrov y apoyada tanto por el gobierno sirio como por la Organización de las Naciones Unidas, cuyo secretario general, Ban Ki-moon, expresó su voluntad de que el Consejo de Seguridad trate el tema cuanto antes. Marie Harf, vocera del Departamento de Estado estadounidense, declaró que su gobierno analizará la propuesta rusa en “profundidad”, aunque al mismo tiempo manifestó tener un “importante escepticismo”, porque podría tratarse simplemente de una táctica dilatoria. Pero la respuesta más esperada desde Estados Unidos la dio horas más tarde el propio presidente Barack Obama, quien durante una rueda de prensa que dio a seis cadenas televisivas estadounidenses se mostró abierto a la iniciativa de Rusia, y dijo que es “potencialmente positiva”. Mostrando un perfil marcadamente más conciliador que el demostrado en los últimos días, el mandatario aseguró ser partidario de una salida política y por primera vez admitió abiertamente la posibilidad de una salida negociada. “Yo prefiero evitar el uso de la fuerza”, declaró Obama, no sin advertir que la propuesta rusa no será fácil de concretar. Adelantó que uno de los problemas será “cómo vamos a estar seguros de que podemos verificar” que Siria, en efecto, ha entregado todo su arsenal.

Obama dijo tener claro que la mayor parte de los estadounidenses no quieren una nueva guerra. “Leo las encuestas como todo el mundo. Si le preguntas a la gente, si le preguntas a Michelle [por su esposa] si se quieren involucrar en otra guerra, la respuesta es ‘no’”, sentenció Obama, quien además reafirmó que no tiene ninguna decisión tomada respecto de eventuales acciones en Siria.

El presidente estadounidense se sinceró además acerca de la posición que tomarán los congresistas sobre Siria, y afirmó: “No podría decir que tengo confianza al respecto. Tengo confianza en que los miembros del Congreso están tomando este tema seriamente. Están haciendo su tarea y lo valoro”. De todas maneras, el importante giro generado en las últimas horas llevó a los congresistas a aplazar su debate sobre Siria, que inicialmente estaba previsto para mañana. Lo que sí se mantiene firme es el mensaje que dirigirá Obama esta noche a los estadounidenses, en el que específicamente informará a los ciudadanos sobre los pasos que piensa dar. Después de los dichos de ayer, la expectativa sobre el discurso del mandatario no ha hecho otra cosa que aumentar.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura