Miles de personas protestaron en Estados Unidos, en particular en Nueva York, contra la decisión de un jurado de Staten Island que no presentó cargos contra el policía que asfixió a Garner. Éste amagaba con resistirse a ser arrestado cuando Pantaleo le hizo una llave de asfixia que le causó la muerte.
Un video captado con un celular muestra el momento en el que, el 17 de julio, dos policías encontraron a Garner vendiendo ilegalmente cigarros libres de impuestos, motivo por el cual había sido arrestado dos meses antes. De un modo no agresivo, Garner, alto y robusto, les pide varias veces que lo dejen en paz, y cuando los policías intentan ponerle las esposas, les grita: “No me toquen”. Entonces uno de ellos lo sostiene por la espalda y le rodea el cuello con un brazo, en una llave de estrangulamiento. Mientras tanto aparecen otros policías, lo acuestan en el suelo y uno de ellos le pone la mano sobre la cabeza, inmovilizándola, mientras se escucha claramente a Garner decir: “No puedo respirar”.
Garner perdió el conocimiento y los policías lo dejaron tendido en el piso mientras esperaban que llegara una ambulancia. Una persona que pasaba por allí les preguntó por qué no lo asistían y la respuesta que le dieron fue: “Está respirando”. Sin embargo, cuando minutos después Garner fue subido en la ambulancia, ya había muerto. El hombre padecía asma, diabetes y otras dolencias, factores que contribuyeron a que la llave lo matara, según la autopsia del médico forense de la Policía. Un segundo médico forense contratado por la familia de Garner compareció ante el jurado y coincidió con la opinión de su colega.
Pese a estas opiniones profesionales y al video, que se utilizó como prueba, un jurado de Staten Island, el municipio más pequeño del estado de Nueva York, resolvió no presentar cargos contra el policía blanco. El fiscal de distrito de Staten Island, Daniel Donovan, dijo que el jurado “no encontró causa razonable” para presentarlos, pero no dio detalles acerca de cómo se adoptó esa posición.
El abogado de Pantaleo y algunos integrantes del sindicato de policías explicaron que el jurado podría haber tomado una decisión distinta si el funcionario hubiera conocido la situación médica de Garner antes de aplicarle la llave. El propio uso de esta práctica fue puesto en cuestión tras la muerte de Garner. Desde la década de 1980, el Departamento de Policía de Nueva York prohíbe el uso de cualquier movimiento que ejerza presión sobre la garganta o la tráquea o pueda dificultar la respiración o reducir el consumo de aire, informó BBC. El Departamento de Policía de Nueva York lleva adelante una investigación interna que incluye, entre otras cosas, la verificación de si la llave utilizada por Pantaleo está incluida, o no, entre las prácticas prohibidas.
El sindicato de policías y el abogado de Pantaleo sostienen que se trató de una maniobra de reducción y no de estrangulamiento. En todo caso, pese a la prohibición, la llave de estrangulamiento fue utilizada 219 veces entre julio de 2013 y el mismo mes de 2014, según el informe de la organización civil neoyorquina Junta Civil de Revisión de Quejas, que reúne denuncias por abuso de fuerza policial.
Además de la investigación del Departamento de Policía de Nueva York, el caso también será revisado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, según se anunció ayer.
Después de que se conociera la decisión del jurado, Pantaleo emitió un comunicado. “Nunca fue mi intención hacer daño a nadie, y me siento muy mal por la muerte del señor Garner. Espero que su familia acepte mis condolencias personales por su pérdida”, dijo. El policía había argumentado ante el jurado que no conocía los problemas de salud de Garner y que en ningún momento pensó que podía causarle la muerte con una maniobra “de reducción”. Las palabras de Pantaleo “no significan nada para mí”, dijo la viuda de Garner, Esaw. El matrimonio tenía seis hijos.
La decisión del jurado generó una ola de indignación en Estados Unidos. El alcalde neoyorquino, Bill de Blasio, afirmó: “La decisión del gran jurado no es la que muchos en nuestra ciudad querían, pero Nueva York posee tradición en expresarse por medio de la protesta, no de la violencia”. Efectivamente, varias movilizaciones se hicieron en la ciudad y en la mayoría de los casos no hubo violencia, pese a lo cual fueron detenidas 83 personas.
En las manifestaciones las frases más utilizadas fueron “No puedo respirar”, la última que dijo Garner, y “Manos arriba. No dispares”. Esta última surgió en las protestas por el asesinato, en agosto, del joven negro Michael Brown, de 18 años. Un policía, blanco, Darren Wilson, le disparó 12 veces porque pensó que estaba armado, aunque no lo estaba, y seis de las balas impactaron en Brown. La semana pasada otro jurado decidió que tampoco se levantarían cargos contra Wilson.
Cuestión nacional
“Cuando un ciudadano de este país no está siendo tratado en condiciones de igualdad ante la ley, eso es un problema, y es mi trabajo como presidente ayudar a resolverlo”, dijo ayer Barack Obama, que luego agregó que la decisión del jurado genera “preocupación entre muchas comunidades minoritarias acerca de que la Justicia no está funcionando para ellos y los trata de una manera diferente”. El presidente destacó, como lo había hecho el fiscal general, Eric Holder, que éste es un problema que no es exclusivo de algunas zonas del país sino que “es nacional”.
No es la primera reacción del gobierno estadounidense ante estos hechos. Obama mantuvo varias reuniones con distintos actores para tratar este caso, y finalmente hizo modificaciones en el equipamiento militar que recibe la Policía local, que en algunos estados es militarizada. Entre otras cosas, será obligatorio que los policías utilicen, en ciertos casos, una cámara que se sujeta al uniforme, y con la que deben registrar su interacción con la sociedad. Además, se invertirá en capacitación policial y en reformar los departamentos de Policía.
Por su parte, Holder indicó que en los próximos días se lanzará un conjunto de directrices que “incorporarán nuevos estándares rigurosos y salvaguardas sólidas para ayudar a acabar con el perfil racial de una vez por todas”. Holder no dio detalles sobre las directrices que se incluirán en ese documento, pero sí especificó que los policías “no pueden ser percibidos como una fuerza de ocupación desconectada de las comunidades a las que sirven”. Concluyó: “Los lazos que se han roto deben ser restaurados y los que nunca han existido, construidos”.