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Dilma Rousseff en rueda de prensa el 22 de diciembre en el Palacio de Planalto, en Brasilia (Brasil). Foto: Fernando Bizerra jr. Efe

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Dilma Rousseff nombró 13 ministros y hubo reacciones de disconformidad en el PT y en el PMDB.

El gabinete de 39 ministros del futuro gobierno brasileño, que asumirá el jueves, todavía está en proceso de integración. La presidenta Dilma Rousseff postergó para el lunes parte de las nominaciones, varias de las cuales se cree que corresponderán a su Partido de los Trabajadores (PT). Los ministros que han sido nombrados hasta ahora -incluyendo los 13 que se conocieron el martes- no han conformado a los partidos aliados de Rousseff.

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Además de integrantes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, principal aliado del gobierno) y del PT, el martes fueron designados dirigentes del Partido Comunista de Brasil y de los derechistas Partido Social Democrático y Partido Republicano Brasileño. A este último pertenece el futuro ministro de Deportes, el pastor evangélico George Hilton.

El PMDB aumentó su representación de cinco a seis integrantes del gabinete, pero hay mucha disconformidad en sus filas, porque las carteras que ocupará tienen poco peso político, excepto por la de Minas y Energía. El nombre que generó más ruido es el de Kátia Abreu, líder de los agroindustriales y de la bancada agraria, que pertenece al PMDB desde hace sólo unos meses, y su designación como titular de Agricultura, Ganadería y Suministro es considerada una elección personal de Rousseff.

En el PT tampoco cayeron bien las nuevas designaciones, ni siquiera la del único petista nombrado el martes: Jaques Wagner, que dirigirá el Ministerio de Defensa, que es considerado por el PT una cartera de bajo perfil político.

El malestar en el oficialismo se debe también a que por primera vez en los 12 años de gobierno del PT el Ministerio de Educación no estará en manos de petistas. El designado para esa cartera es el diputado Cid Gomes, considerado por los medios brasileños uno de los “premiados” por haber apoyado la reelección de Rousseff. El dirigente integra el Partido Republicano de la Orden Social, que a su vez era parte del Partido Socialista Brasileño, al cual abandonó cuando se confirmó que no respaldaría la reelección de la presidenta.

Cid es uno de los impulsores de un frente de izquierda que reúna a los parlamentarios de ese signo político que respalden a Rousseff. Pese a estas intenciones, O Globo informó ayer que el dirigente no quería integrar el gabinete, prefería que lo hiciera su hermano, Ciro, para viajar a Washington a asesorar al Banco Interamericano de Desarrollo.

Las diferencias internas en el PT llevaron a que la presidenta haya postergado algunos de los anuncios, entre ellos el de la designación del diputado Pepe Vargas para el Ministerio de Relaciones Institucionales, que se encarga de los vínculos entre el Ejecutivo y el Congreso. Dentro del PT, Vargas pertenece a la corriente minoritaria Democracia Socialista, aliada con la segunda mayor fuerza, Mensaje, que a su vez es opositora a la mayoritaria, Construyendo un Nuevo Brasil, que lidera el ex presidente Lula da Silva.

Uno de los dirigentes del PT, que habló con O Globo con la condición de que no publicara su nombre, lamentó que “el día a día del gobierno será conducido por [Aloízio] Mercadante y por la Democracia Socialista”. Es muy probable que Mercadante continúe en su cargo de ministro de la Casa Civil (una especie de secretaría de Presidencia), pese a que despierta rechazo dentro del PT. Se le critica que no suele atender los reclamos del partido y que “monopoliza” a la presidenta, a la que aísla del PT.

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