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Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio González, los tres agentes cubanos del Grupo de los Cinco liberados por Estados Unidos, y Raúl Castro, ayer, cuando el mandatario los recibió en La Habana. / Foto: s/d de autor, Estudios Revolución, Efe

Sorpresa a medias

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Aunque se trata de un “gesto político” de Obama, el acercamiento a Cuba responde a un contexto político.

El plan de normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, anunciado el miércoles por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, es un cambio de estrategia que responde a la coyuntura que atraviesa Estados Unidos en el continente, y también a nuevas tendencias que se registran dentro del territorio estadounidense, de acuerdo con el docente universitario de ciencias políticas y relaciones internacionales Camilo López. Para el historiador mexicano Lorenzo Meyer, esto es una “derrota simbólica” de Estados Unidos.

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El mundo se sorprendió el miércoles con la noticia de que La Habana y Washington iniciaron un acercamiento y planean restablecer sus vínculos diplomáticos. Pero de acuerdo con la lectura que hace López, la noticia no es tan sorprendente. Consultado por la diaria, el doctor en Ciencias Políticas señaló que la ausencia de relaciones diplomáticas oficiales, interrumpidas desde enero de 1961, no significaba que no hubiera contactos. De hecho, se supo que desde hace 18 meses se mantienen conversaciones muy intensas entre los dos gobiernos, con el papa Francisco y el gobierno canadiense como facilitadores.

López cree que el anuncio muestra un cambio de estrategia por parte de Estados Unidos, pero no de objetivos, algo que el presidente estadounidense, Barack Obama, dejó muy claro en su discurso del miércoles.

Para Meyer, profesor emérito del Colegio de México, esto podía haber ocurrido “hace diez años”, porque la decisión de poner fin a un “remanente de la Guerra Fría” es una decisión que responde al “sentido común”.

Los dos académicos destacaron que el plan de normalización de las relaciones entre los dos países implica un cambio histórico, aunque el embargo a Cuba se mantenga. Los dos consideraron difícil que Obama pueda lograr que un Congreso opositor apruebe el levantamiento de esa medida. No obstante, López destacó que el presidente “tendrá que negociar” porque es un tema que divide más allá de los partidos.

Para el académico uruguayo, la ausencia de relaciones con Cuba tuvo consecuencias negativas en la “política hemisférica de Obama”, y dijo que esto se puede ver en el ultimátum que se le dio a Estados Unidos para que Cuba participe en la Cumbre de las Américas del año que viene, algo que ahora es un hecho. También opinó que la presión de empresarios estadounidenses que ya no querían dejarle el mercado cubano a China y a otros países tuvo su incidencia en el giro en la política de Washington. A esto se suma que la mitad del exilio cubano ya no apoya el bloqueo a la isla.

Por último, López señaló que era necesario observar cómo va a repercutir este cambio de postura en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela. Días atrás, el Congreso aprobó por primera vez sanciones en contra de funcionarios venezolanos, que ayer fueron promulgadas por Obama.

El gobierno venezolano recibió con entusiasmo la noticia del acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, mientras que la oposición le pidió a Caracas que siga el ejemplo de La Habana y se acerque a 
Washington. Los principales dirigentes de la plataforma opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aprovecharon la noticia para cuestionar la línea que sigue el gobierno del presidente Nicolás Maduro, informó la agencia de noticias Efe. “Se veía venir. Es interesante signo de los tiempos y lección para Maduro, cuyo discurso internacional sigue sarampionoso de infantilismo”, escribió el coordinador de Relaciones Internacionales de la MUD, Ramón Aveledo, en Twitter. Por su parte, el ex candidato presidencial Henrique Capriles consideró que “mientras Cuba busca mejorar sus relaciones diplomáticas y comerciales con Estados Unidos, el gobierno de Nicolás [Maduro] busca desmejorar las relaciones”.

Consultados acerca de si el cambio en la política estadounidense hacia Cuba se debe a características particulares de Obama, López consideró que se trata de un “gesto político”, pero no dejó de enmarcarlo en el contexto actual. En tanto, Meyer estimó que ahora que ya no controla el Congreso y que está por entrar en la segunda mitad de su último mandato, “Obama ya no tiene más qué perder”. Por eso opinó que el presidente estadounidense optó por “ganar su lugar en la historia” con este cambio y con modificaciones en la política migratoria. En los dos casos se sabe que no va a lograr grandes cambios, pero quedará en la historia como el que tomó medidas para que ocurran.

Además, Meyer comparó la noticia del miércoles con lo ocurrido con México en el pasado. Recordó que de 1920 a 1923, durante el gobierno de Álvaro Obregón (que surgió de la Revolución Mexicana), su país también fue aislado por Estados Unidos. Después de tres años, México tuvo que ceder ante Washington, mientras que Cuba pudo resistir más de 50 años. Por lo tanto, consideró que lo que ocurrió el miércoles es comparable con la Guerra de Vietnam, porque “un país chiquitito impone su mínima condición”. Para Meyer se trata de una “interesante derrota simbólica” de Estados Unidos. En ese sentido, el historiador cree que Obama dio “una lección de humildad”, y que por eso “se enoja mucho la derecha” estadounidense.

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