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Oficial de seguridad israelí monta guardia en el punto de control de Kalandia, el viernes, mientras palestinos tratan de llegar a la mezquita de Al Aqsa en la ciudad vieja de Jerusalén para acudir a la primera oración en el mes del Ramadán. / Foto: Atef Safadi, Efe.

Sin freno

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Las represalias y la violencia entre israelíes y palestinos continuaron el fin de semana.

Desde el viernes, más de 30 proyectiles disparados desde la Franja de Gaza impactaron en territorio israelí y otra decena fue interceptada por las baterías antimisiles de Israel. Los israelíes respondieron con varios ataques aéreos contra el centro y el sur de Gaza que dejaron dos muertos.

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Un palestino sospechoso de estar vinculado con el secuestro y asesinato de los tres adolescentes israelíes que desaparecieron el 12 de junio fue detenido el sábado en la ciudad cisjordana de Hebrón. También fueron arrestados seis israelíes en el marco de las investigaciones por el asesinato del adolescente palestino Mohamad Abu Jedeir, de 16 años. Su cuerpo se encontró el miércoles en Jerusalén Este, horas después de que desapareciera en el este de la ciudad.

Uno de los detenidos por este crimen confesó haber participado junto con el resto de los sospechosos, según el portal israelí Ynet, del diario Yediot Aharonot. De acuerdo con fuentes policiales y de Inteligencia citadas por ese medio, los sospechosos son hombres jóvenes, algunos de ellos menores de edad, residentes de la ciudad israelí de Beit Shemesh, cerca de Jerusalén, y de la colonia judía de Adam, en la Cisjordania ocupada. La Policía cree que quisieron vengar el asesinato de los jóvenes israelíes Eyal Yifrach, Gilad Shaer y Naftali Fraenkel, cuyos cuerpos fueron hallados hace una semana cerca de la ciudad palestina de Hebrón.

Los cargos que pesan sobre los seis detenidos son afiliación a un grupo terrorista, pertenencia a un movimiento ilegal, asesinato, conspiración criminal, posesión de armas y municiones y, por último, delito por motivos “raciales”. Además, la investigación reveló que el asesinato de Jedeir, que según los resultados de la autopsia conocidos el sábado murió quemado vivo, fue culposo y con premeditación.

Se sospecha también que los seis detenidos estén vinculados al intento de secuestro de un niño de nueve años en un barrio árabe de Jerusalén, un día antes de que Jedeir desapareciera.

El sábado también se supo que dos policías israelíes le dieron una paliza a Tareq Jedeir, primo del adolescente asesinado, y lo mantuvieron detenido durante horas sin cargos ni atención médica, a pesar de la gravedad de sus heridas, por las que luego fue hospitalizado. El asunto cobró importancia mediática porque Tareq tiene nacionalidad norteamericana y vive en Estados Unidos. Estaba en Jerusalén de vacaciones y ayer fue puesto en libertad condicional bajo fianza, según dijo su familia a la agencia de noticias Efe. El joven, que tiene 15 años, protestaba por el asesinato de su primo y la policía israelí dice que se resistió al ser detenido, que agredió a los agentes y llevaba una honda para lanzar piedras. El Departamento de Estado de Estados Unidos, por intermedio de su vocero, Jen Psaki, reclamó una investigación sobre la golpiza. 
“Reiteramos nuestra profunda preocupación por el aumento de los incidentes violentos, y pedimos a todas las partes que tomen medidas para restaurar la calma y evitar daño a inocentes”, agregó Psaki, en referencia a distintas acciones de radicales judíos y palestinos. Los primeros llaman a la “venganza” y “muerte” contra los árabes, y los segundos a una nueva “intifada”.

Ayer, la Policía israelí informó, levantando el secreto de sumario, que una joven judía de 19 años, que apareció asesinada en un estacionamiento el 2 de mayo, fue víctima de un chofer de taxi árabe, detenido el 16 de junio, que confesó el crimen. Los servicios de seguridad, citados por Ynet, creen que la mató por motivos “nacionalistas”.
Netanyahu intentó calmar los ánimos mientras sus fuerzas armadas lanzaban varios ataques aéreos contra el centro y el sur de la Franja de Gaza, en los que murieron dos palestinos. Era la respuesta de Israel a los disparos de proyectiles desde Gaza.

“No hacemos distinciones entre terroristas y responderemos a todos ellos, independientemente de dónde vengan, con mano firme. No permitiremos extremistas, de dondequiera que vengan”, dijo el jefe de gobierno. “Sabemos quién los secuestró y asesinó y los atraparemos”, continuó, en referencia a los tres adolescentes israelíes. Además, Netanyahu dijo que el lugar de los crímenes está bajo control de la Autoridad Nacional Palestina, por lo que ésta “está obligada a hacer todo lo que esté en su mano para encontrarlos”. En ese sentido, recordó que los sospechosos del crimen del joven palestino fueron detenidos por Israel “en cuestión de días” y “afrontarán todo el peso de la ley”.

“En nuestra sociedad, la sociedad de Israel, no hay lugar para asesinos de este tipo”, dijo, al señalar que ésa es una “diferencia” con sus “vecinos”, a los que acusó de considerar “a los asesinos como héroes”. Agregó: “Nosotros los condenamos, los llevamos a juicio y los ponemos en prisión”. También afirmó que mientras Israel juzga a los culpables “la Autoridad Palestina impulsa una provocación continua para la destrucción del Estado de Israel”.

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