Los candidatos debatieron durante la noche del martes, horas después de que se conociera una encuesta cuyos resultados fueron un cimbronazo: Marina Silva, candidata a la presidencia por el Partido Socialista de Brasil (PSB), tiene serias posibilidades de ganar las elecciones. Una tercera encuesta publicada ayer dio resultados similares (ver recuadro).
En el encuentro, televisado por TV Bandeirantes, participaron los siete candidatos presidenciales: Silva, Rousseff, Neves y los candidatos de las formaciones minoritarias: Luciana Genro, del Partido Socialismo y Libertad, el pastor Everaldo Pereira, del Partido Socialista Cristiano, Eduardo Jorge, del Partido Verde, y Levy Fidelix, del Partido Renovador Laborista Brasileño. El sistema del debate permitía que los candidatos se plantearan preguntas mutuamente, y pudieran dirigirse al mismo contendiente hasta dos veces. Tanto Rousseff como Neves, candidatos de partidos grandes y ya tradicionales en Brasil, se dedicaron a enfrentarse entre ellos, intentando ignorar a Silva.
Audiencias
La encuesta de la firma MDA elaborada para la Confederación Nacional del Transporte (la patronal del sector) concluye que Dilma Rousseff será la más votada en la primera vuelta con 34,2%, de apoyo, seguida por Marina Silva con 28,2%. Aécio Neves, con 16%, quedaría fuera del balotaje. En la segunda vuelta, Silva obtendría 43,7% de los votos y vencería a Rousseff, que quedaría con 37,8%. El margen de error de la encuesta es de 2,2%.
La ambientalista aprovechó las preguntas de los otros candidatos para presentar algunas de sus propuestas ante una audiencia nacional. “Quiero gobernar uniendo a Brasil con personas de bien de todos los sectores, gobernar con personas honestas y competentes”, planteó, en línea con su postura de mantener las políticas del actual gobierno que resultaron exitosas. Además, moderó su visión crítica del agronegocio: “Mi posición es que la agroindustria es importante para la balanza comercial, pero necesita hacerse con responsabilidad social”.
Ésta y otras oportunidades han sido aprovechadas por Silva para desmitificar su imagen de defensora ambiental intransigente, y además evangelista, que se ha creado de ella en los últimos años. Con ese mismo objetivo, varios blogueros que acompañan a la candidata inauguraron el martes el portal Marina de verdad, que promete dar a conocer “los verdaderos posicionamientos” de Silva en algunos de los temas más polémicos, como el casamiento homosexual, el aborto y las alianzas de gobierno.
A la de arriba
Silva y Neves cuestionaron las políticas impulsadas por Rousseff, pero ella se defendió destacando los logros de los programas de su gobierno y el de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, como Mi casa, mi vida y Hambre Cero. La ambientalista la cuestionó directamente por no haber cumplido con todos los puntos a los que se comprometió durante las protestas de 2013, y la mandataria argumentó que cumplió con varios de ellos -la reforma política es la gran excepción y era el más importante de esos compromisos-. Neves, por su parte, responsabilizó a la presidenta por la desaceleración de la economía. En respuesta, Rousseff dijo que en momentos de crisis el PSDB “disminuyó salarios y aumentó tarifas”, y aun así “fundió a Brasil tres veces”. Remató: “Generamos más empleos durante mi gobierno que ustedes en ocho años”.
En la previa del encuentro en el PSDB se veía el debate como una buena posibilidad para “medir” a Silva y descubrir si en los más de 40 días que quedan de campaña ella buscará una confrontación directa con Neves o si, por el contrario, se dedicará a confrontarse con Rousseff para favorecer una eventual alianza para la segunda vuelta con el candidato, algo que en el PSDB no se descarta. Si bien en el debate se pudo apreciar un cuestionamiento más directo de Silva a Rousseff, la ambientalista se dedicó a presentar a ambos candidatos como parte de una forma de hacer política ya caduca, que ella cambiaría de manera radical.