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Alexis Tsipras, líder de Syriza, se retira de un colegio electoral, ayer, en Atenas, Grecia. Foto: Yannis Kolesidis, Efe

Alexis, el griego

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Syriza ganó las elecciones en Grecia y estaba cerca de obtener la mayoría parlamentaria.

El líder del partido griego de izquierda Syriza, Alexis Tsipras, dijo ayer que las elecciones celebradas en su país, que le dieron una amplia victoria de acuerdo con los resultados parciales que se conocieron ayer, pusieron fin a la austeridad en Grecia y le dieron “un mandato claro” para realizar un cambio, pero aclaró que no desconoce sus “obligaciones” con las instituciones europeas.

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El partido del jefe de gobierno saliente, Antonis Samaras, que llegó segundo, realizó un discurso breve en el que no mencionó ni felicitó al vencedor de las elecciones, el partido izquierdista Syriza, al que el escrutinio de 75% de los votos atribuía 149 bancas de las 300 que conforman el “Consejo de los Helenos”, el Parlamento unicameral (36,1% de los votos). Samaras destacó que su gobierno “acabó con los déficits y logró crecimiento” económico (la agencia europea de estadísticas Eurostat estima que en 2014 el crecimiento de Grecia fue de 0,6%, una cifra positiva por primera vez desde 2007). “Hoy dejo un país que sale de la crisis miembro de la Unión Europea y del euro. Deseo que el próximo gobierno mantenga estos éxitos”, dijo, sin disimular su amargura.

Además, deseó que no se cumplan sus “previsiones”, en referencia a sus advertencias de campaña, cuando planteó que un gobierno de Syriza llevaría a que el país tuviera que pedir otro rescate financiero y salir del euro. Nueva Democracia alcanzaba 28,1% de los votos, que le daba 77 diputados, siempre según resultados parciales emitidos anoche.

En veremos

Anoche las autoridades de la Unión Europea (UE) no habían hecho declaraciones respecto a la victoria en las elecciones griegas de Syriza, un partido que hizo campaña con un replanteo de los acuerdos entre Atenas y la llamada troika (UE, Banco Central Europeo -BCE- y Fondo Monetario Internacional, FMI), para aliviar las políticas de austeridad que rigen desde 2010 en el país.

Para hoy está prevista una reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro, en la que probablemente analizarán lo que significa este resultado, pero, sobre todo, evaluarán la posibilidad de prorrogar el segundo rescate griego. La ayuda financiera del FMI, prevista hasta 2016, está suspendida, al igual que el último tramo de la europea desde fines de diciembre, a espera de un nuevo gobierno. Al anunciar el jueves que comprará títulos de deudas soberanas europeas, el presidente del BCE no descartó comprar deuda griega, aunque bajo ciertas condiciones, que implican esperar hasta julio.

El ultraderechista Amanecer Dorado, cuyos principales líderes están o detenidos o en prisión domiciliaria o por lo menos a espera de ser juzgados por presunta participación y dirección de banda criminal, se mantenía como tercer partido parlamentario, con 17 escaños (6,3% de los votos).

El partido que llegó cuarto fue el que se veía como potencial aliado de Syriza en caso de que no alcanzara la mayoría absoluta: el centrista To Potami (El Río) podía esperar obtener 16 escaños (5,9%). To Potami es una fuerza política más afín a la Unión Europea que Syriza -que tiene una minoría de partidarios de salir del bloque-, mientras que el líder de To Potami, Stavros Theodoraki, advirtió ayer que no hará alianzas con “partidos antieuropeos”, una declaración que se puede entender como una condición para negociar. Esto último no está en el programa del partido triunfante y Theodoraki nunca descartó una alianza con Nueva Democracia o con Syriza. Además, comparte con esta última una postura crítica con las reformas impuestas por Bruselas a cambio del rescate de Grecia y aboga por un cambio de rumbo. Como le faltaban escaños para alcanzar la mayoría absoluta de 151 diputados, Syriza podría tener que conseguir un socio de gobierno.

Los comunistas del KKE, que descartan aliarse con Syriza, se perfilaban como quinta fuerza parlamentaria, con 15 escaños (el 5,4%), por delante del socialdemócrata y socio de la coalición de gobierno saliente, Pasok, del vice primer ministro Evángelos Venizelos, con 13 escaños (4,7%). Ayer, cuando habló después de conocerse los resultados, Venizelos señaló que serán necesarias amplias mayorías para gobernar, debido al “período difícil” que atraviesa el país, algo que también se podía leer como una guiñada a Syriza.

Empatado con Pasok, cerraba la lista de los partidos parlamentarios la derecha nacionalista de Griegos Independientes, que obtuvo 13 escaños, con 4,7% de los sufragios. Esta última formación, por ser crítica con la Unión Europea, también se consideraba como potencial socio de Syriza, aunque las diferencias ideológicas son profundas.

El Movimiento de los Socialistas Demócratas, partido del antiguo primer ministro Yorgos Papandreu, escindido de Pasok, no alcanzó el 3% necesario para ingresar al Consejo de los Helenos. En su discurso, en el que reconoció el mal resultado de su partido, el socialdemócrata Venizelos culpó a Papandreu de la derrota, que según él se debe a las divisiones que generó. “Resistimos lo mejor que pudimos al populismo, a la campaña del miedo, a la polarización, pero lo más importante es que resistimos a una escisión que fue provocada sin ninguna razón, motivada por razones personales”, dijo Venizelos.

Luego de conocerse su victoria, Tsipras dijo a los canales de televisión griegos que es una victoria “de todos los pueblos de Europa que luchan contra la austeridad que destroza nuestro futuro común”. El resultado, según dijo, le da un “mandato claro” para cambiar de rumbo y aseguró que ahora Grecia dejará la austeridad “tras cinco años de humillación”. Además advirtió que su gobierno desmentirá “a todos los que ven destrucción” y que “no habrá desastre”, pero “tampoco sumisión”. “Reconocemos nuestras obligaciones frente a las instituciones europeas y los tratados europeos. Estos tratados prevén unos objetivos fiscales que deben respetarse, pero no las medidas para conseguirlos”, aseguró.

Aunque esto podría cambiar en función de las negociaciones que haga con Bruselas y para formar gobierno, Syriza fue votada con un programa que prevé aumentar el salario mínimo de 580 a 751 euros, aumentar el mínimo imponible, volver a pagar el aguinaldo a los jubilados que cobren menos de 700 euros por mes, financiar electricidad y víveres a 300.000 hogares necesitados, dar acceso gratuito a medicamentos y a la atención médica para los desempleados, entre otras medidas. Su “plan de emergencia” prevé un gasto adicional de 12.000 millones de euros, que piensa financiar renegociando el pago de la deuda, luchando contra el fraude fiscal y aumentando los impuestos a los más ricos y a las empresas.

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