El ataque en el que murieron dos colonos israelíes la noche del jueves, al norte del territorio palestino de Cisjordania, desembocó en una creciente violencia. El aumento de la tensión en la zona de Jerusalén Este y Cisjordania llevó a a las autoridades israelíes a adoptar medidas de excepción; el domingo restringieron la entrada de palestinos a la ciudad vieja de Jerusalén por un período de 48 horas, una decisión que no se tomaba desde que finalizó la segunda Intifada, hace diez años. Las autoridades palestinas calificaron la prohibición del ingreso a Jerusalén -ciudad que las dos partes consideran sagrada- como una “escalada israelí” del conflicto.
La violencia en la zona resurgió hace tres semanas, tras duros choques entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Sin embargo, el conflicto se agudizó en los últimos días, luego de que el jueves un matrimonio de colonos israelíes que viajaba en auto junto a sus cuatro hijos muriera baleado en el distrito palestino de Nablus.
El sábado, un palestino murió baleado por la Policía de Israel después de matar a dos personas de ese país y herir a otras tres en la ciudad vieja de Jerusalén. En la madrugada del domingo, otro palestino murió por los tiros de la Policía, que le disparó porque supuestamente apuñaló a un adolescente israelí en una estación de servicio, versión que la familia de él niega.
El domingo el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina condenó los asesinatos de estos dos jóvenes por parte de la Policía y pidió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a la comunidad internacional que “acabe con las violaciones israelíes en el territorio palestino”.
Mientras tanto, desde la Franja de Gaza, el portavoz del movimiento islamista Hamas, Sami Abu Zuhri, dijo que “los palestinos en Jerusalén Este y Cisjordania deben continuar con esta nueva Intifada”. Lejos de mermar, la violencia continuó ayer en un enfrentamiento entre palestinos con fuerzas de seguridad israelíes y colonos extremistas. Más de un centenar de palestinos resultaron heridos de bala o intoxicados por inhalación de gas lacrimógeno, según informaron a la agencia Efe fuentes médicas palestinas. De acuerdo con Amin Abú Gazale, doctor y portavoz de la Media Luna Roja en Jerusalén -equivalente a la Cruz Roja-, nueve de los heridos “se encuentran en situación grave”. Además, dijo que la Policía “no protege a los civiles palestinos en Jerusalén y, al contrario, ayuda a calentar la situación”. El portavoz precisó que la mayoría de los enfrentamientos tuvo lugar en los distritos de Yenín y Nablus (al norte de Cisjordania), Ramala (al norte de Jerusalén), Hebrón (en el sur) y en barrios de Jerusalén Este.
En respuesta a la violencia en la zona y a recientes ataques sufridos por sus trabajadores, la Sociedad de la Media Luna Roja palestina declaró ayer el “estado de emergencia” en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, volvió ayer de Nueva York -después de participar en la Asamblea General de la ONU- y se reunió con el jefe del Estado Mayor, con responsables de los organismos de inteligencia y de la Policía, y con el titular de Defensa, Moshé Yaalón, para abordar el recrudecimiento de la tensión en Jerusalén Este y Cisjordania y analizar el camino a seguir.