Las hipótesis de las causas que provocaron que un Airbus 321 de la compañía rusa Kogalymavia se estrellara el sábado mientras sobrevolaba territorio egipcio, causando la muerte de 224 personas, son varias. Se habla de un error humano, de una explosión en el aire y de un posible atentado terrorista, ya que la región en donde colapsó el avión, Sharm el Sheij, es tierra de enfrentamientos entre yihadistas. Ayer, la aerolínea que operaba el avión que iba rumbo a San Petersburgo descartó la opción de que el accidente haya sido provocado por una falla técnica. Según la empresa, el avión fue inspeccionado en Moscú el 26 de octubre sin que se registraran fallas. Además, la tripulación no reportó desperfectos en ningún momento del vuelo. Al respecto, el subdirector general de Kogalymavia, Alexander Smirnov, aseguró: “La única causa posible es una acción mecánica exterior a la aeronave”. Tras estas declaraciones, Alexander Neradko, presidente de la agencia de Aviación Civil rusa, Rosaviatsia, replicó que “es completamente prematuro hablar acerca de las razones [de la tragedia], ya que no hay bases para hacerlo”.
Desde el gobierno ruso se señaló que es muy pronto para sacar conclusiones y que “la investigación recién está comenzando”. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, dijo que “por ahora no se puede descartar ninguna versión”, cuando los periodistas le preguntaron si se contemplaba la posibilidad de un ataque terrorista. Por otro lado, el vicedirector técnico de la compañía, Andrei Averianov, indicó en conferencia de prensa que el Airbus ya volaba descontrolado antes de estrellarse, de acuerdo con la información brindada por el sistema de seguimiento Flight Radar.