The Hong Kong and Shanghai Banking Corporation es el primer banco en el mundo si se consideran los activos totales en su poder (unos 2,6 billones de dólares en 2014) y el segundo mayor por sus beneficios: 22.565 millones de dólares. En este aspecto sólo es superado por el estadounidense JP Morgan Chase.
El HSBC, fundado en 1865 en Hong Kong por el comerciante escocés Thomas Sutherland, que buscaba explotar el negocio financiero que ofrecía el creciente comercio entre las colonias británicas en Asia y Occidente, fue acusado 150 años más tarde de que su filial en Suiza montó, entre 2006 y 2007, un sistema para facilitar la evasión de impuestos de al menos 2.500 clientes a partir del uso de varios paraísos fiscales. Ésa es la principal conclusión de la investigación periodística realizada a partir de los datos de la llamada “lista Falciani”.
Entre los clientes famosos que aparecieron en esa lista se encuentran el músico David Bowie, la cantante Tina Turner, el rey de Marruecos, Mohamed VI, el campeón mundial de motociclismo Valentino Rossi, los pilotos de Fórmula 1 Michael Schumacher y Fernando Alonso, la modelo Elle Mac Pherson, el actor John Malkovich, el futbolista uruguayo Diego Forlán, el diseñador Valentino y hasta Emilio Botín, el recientemente fallecido ex presidente del competidor Banco Santander, que habría usado sociedades del HSBC en Panamá e Islas Vírgenes para ocultar los 2.000 millones de su fortuna y no pagar impuestos en España.
La lista Falciani es una serie de nombres de clientes del HSBC cuyas cuentas estaban involucradas en operaciones “opacas” del banco, y que el entonces empleado Hervé Falciani entregó a la Hacienda francesa en 2009. El HSBC favoreció no sólo a personalidades de la cultura y el deporte, sino a traficantes de armas, hombres de bolsa y dictadores, aceptando en su filial en Suiza depósitos por unos 100.000 millones de dólares. Estos archivos prueban que algunos de estos personajes viajaron personalmente a Suiza para retirar dinero de sus cuentas y que la institución ocultó fondos de sospechosos criminales, entre ellos personas supuestamente implicadas en lavado de dinero o en casos de corrupción, según informó el viernes el diario británico The Guardian. A pesar de estar obligados desde 1998 a revisar la situación de los clientes considerados de “alto riesgo”, la entidad bancaria facilitó cuentas a clientes que estaban implicados en escándalos en África, entre ellos los empresarios kenianos Deepak Kamani y Anura Perera, relacionados con un caso de corrupción en su país.
El HSBC también retenía activos de banqueros acusados de saquear empresas y organizaciones estatales en las antiguas repúblicas soviéticas, y según The Guardian facilitó cuentas a personas vinculadas con el tráfico de cocaína en República Dominicana.
El banco admitió “fallas en el control” en su filial suiza, pero el presidente ejecutivo, Stuart Gulliver, dijo que algunas de las personas que aparecen como clientes ya habían dejado de serlo hacía tiempo, y agregó que algunos de ellos directamente nunca fueron usuarios. En una solicitada que publicó en el periódico inglés Sunday Times, el directivo insistió en que la filial suiza tuvo estas prácticas hacia la mitad de la década pasada pero desde entonces ha sido objeto de un “completo reajuste”. “Tenemos que comprender que la sociedad a la que servimos espera más de nosotros”, dice Gulliver en la carta y añade un pedido de “sinceras disculpas”.
Sin embargo, el informático franco-italiano Falciani dijo en una entrevista con la cadena francesa BFM TV que “es absolutamente falso” que HSBC haya cambiado sus prácticas. Por el contrario, Falciani opinó que la información que se conoció “prueba que el fraude fiscal está cada vez más adaptado a las regulaciones”, y afirmó que hay otros bancos implicados, no sólo suizos. “Si se tira del hilo, habrá un nuevo maremoto”, manifestó.
Falciani criticó además al responsable del departamento fiscal de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Pascal Saint-Amans, y a su iniciativa para el intercambio automático de datos fiscales. “Dice que los paraísos fiscales están acabados”, cuando eso “es falso”, afirmó.
La historia de los escándalos del HSBC no es nueva. Hace poco, fue formalmente acusado en Estados Unidos -junto a Goldman Sachs, la compañía alemana BASF y la sudafricana Standard Bank- de manipular los precios de los mercados en los que se negocian los metales preciosos, lo que llevó a las autoridades bursátiles de todo el mundo a estrechar la vigilancia sobre las plataformas electrónicas en las que se cruzan las grandes operaciones de compraventa de estos materiales.