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Vista general de la planta química de Dragon Aromatics, tras una explosión y posterior incendio, ayer, en Zhangzhou, China. Foto: Efe, s/d de autor

Detrás del incendio

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Una explosión de productos químicos en China reactivó la desconfianza acerca de las medidas de seguridad del país.

Las autoridades de la ciudad de Zhangzhou, en la provincia china de Fujian, decretaron una alerta química por la explosión de una fábrica de paraxileno que dejó varios heridos. Un primer incendio fue controlado después de que se mantuviera por más de 20 horas, pero cuando los bomberos se estaban retirando, ayer, hubo otra explosión, según el canal estatal CCTV.

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Distintos expertos aseguraban ayer que no había señales de fuga química en las localidades cercanas a la planta en las que se había registrado una primera explosión el domingo de tarde en China, informó la agencia de noticias Efe. Eso no impidió que las autoridades declararan la zona en alerta química.

La cifra de heridos variaba ayer en función de las fuentes consultadas: el canal estatal CCTV informaba de seis personas heridas, mientras que la página web Caixin, de línea liberal y cercana al sector empresarial chino, publicó que había 19 personas hospitalizadas y no se habían reportado muertos. El departamento de bomberos de la provincia informaba en su blog que se había filtrado una sustancia química tóxica y que la mayoría de las personas habían sufrido heridas debido a las roturas de vidrios que causó la explosión. Un accidente similar ocurrió en julio de 2013 en esa misma planta, que fabrica paraxileno, un producto químico inflamable que se utiliza para fabricar poliéster y plástico.

Varias decenas de camiones de bomberos y centenas de agentes fueron movilizados, y las imágenes de las llamas y la explosión eran impresionantes en medio de una zona poblada, aunque a raíz del accidente de 2013 muchos vecinos se habían mudado de allí. Los informes de prensa señalaban que la primera explosión del domingo se escuchó a decenas de kilómetros a la redonda. Cuando los bomberos se estaban retirando del lugar ayer, luego de 23 horas de trabajo, otra explosión desató un nuevo incendio. Según CCTV, las primeras investigaciones apuntan a que el primer estallido se debió al incendio en una instalación causado por un derrame de petróleo.

En 2007, el grupo taiwanés de petroquímica Xianglule, propietario de la planta, tenía previsto establecerla en Xiamen, más al sur, pero terminó por levantarla en Zhangzhou debido a las fuertes manifestaciones en contra del proyecto en su ubicación inicial. La cercanía de este tipo de plantas con áreas residenciales provoca protestas regularmente en China. Así ocurrió en abril del año pasado en la provincia de Guangdong, donde incluso se registraron reacciones violentas de los manifestantes.

Ayer la agencia de noticias AFP publicaba un comunicado del Centro de Información sobre los Derechos Humanos en Mongolia del Sur, que informaba de que a raíz de violentas manifestaciones que se oponían a la instalación de empresas químicas en esa zona del norte del país y que fueron reprimidas por la Policía, las autoridades habían anunciado el cierre de varias de esas firmas en la zona. Según el comunicado citado, una persona murió en los enfrentamientos con los policías y varias decenas de manifestantes fueron detenidos.

Gracias al desarrollo de las redes sociales, la población china está cada vez más sensibilizada respecto de los problemas ambientales, y de acuerdo con Caixin, las protestas no se deben tanto a la cercanía de este tipo de planta con las zonas de viviendas, sino a la falta de confianza de la población hacia las autoridades, y a los bajos estándares que China exige a las empresas químicas.

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