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Nicole King (c), amiga de Walter Scott, durante una manifestación frente al Ayuntamiento de North Charleston, ayer, en Carolina del Sur, Estados Unidos. Foto: Stephen B Morton, Efe

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El policía Michael Slager, de North Charleston, en Carolina del Sur, fue despedido de su trabajo y acusado ante la Justicia de asesinato por haber matado a tiros a un hombre negro desarmado, el sábado de mañana. Ese día, Walter Scott, de 50 años, conducía su auto cuando recibió la orden de detenerse porque tenía uno de los focos rotos. Después de discutir con el policía, Scott comenzó a correr, alejándose de él y de su auto. Slager le disparó ocho veces y Scott murió en el lugar.

El policía primero justificó sus disparos diciendo que Scott le había robado el arma eléctrica y que había temido por su vida. Además, aseguró que había intentado reanimar a Scott. Eso no evitó que la gente saliera a las calles a protestar bajo el lema “Black lives matter” (Las vidas de los negros importan), como ha sucedido una y otra vez tras varias muertes de personas negras en manos de policías blancos.

Pero el martes el caso dio un giro: una persona envió una grabación de lo sucedido al diario The New York Times. En las imágenes, Scott parece estar desarmado, se ve cómo impactan en su cuerpo algunos disparos, y cómo, después de que yace en el suelo, es esposado por Slager. Además, en la grabación se ve cómo el policía deja caer un objeto al lado del cuerpo; se especula que puede tratarse del arma eléctrica, pero todavía no se sabe. No hay ningún intento de reanimación por parte del policía.

Las protestas pacíficas continuaban ayer y algunos de los manifestantes señalaban que si no fuera por el video, la muerte de Scott no sería juzgada como un asesinato.

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