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Mauricio Macri, candidato presidencial del Pro, sube al escenario en apoyo al candidato a la alcaldía de la capital argentina Horacio Rodríguez Larreta, el domingo, en Buenos Aires. Foto: Enrique García Medina, Efe

Balotaje incómodo

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La carrera para las elecciones porteñas genera tensiones dentro de la alianza Cambiemos, que tiene a Macri como precandidato.

La campaña para el balotaje del 19 de julio en la Ciudad de Buenos Aires se está desarrollando en circunstancias particulares. Las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) previstas para agosto generan un cortocircuito con la política porteña, en la que se enfrentan aliados nacionales. Parece difícil que esta situación no repercuta en la elección presidencial de octubre.

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El partido que gobierna la ciudad, Propuesta Republicana (Pro), cuestiona que sea necesaria una segunda vuelta para elegir jefe de gobierno porteño, por su costo y por el amplio margen por el que ganó en primera vuelta su candidato a ese cargo, Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de gobierno saliente, Mauricio Macri, pidió hacer una “reforma constitucional” para equiparar el sistema electoral porteño con el nacional, y establecer que para ganar en primera vuelta basta con obtener más de 45% de los votos y una ventaja que supere los diez puntos porcentuales sobre el siguiente candidato.

“No es lógico tener un sistema electoral, en términos de requisitos para primera y segunda vuelta, más exigente que la Presidencia”, dijo a la radio La Red Macri, el líder de Pro y precandidato a presidente por la alianza Cambiemos. El domingo, Rodríguez Larreta fue el candidato más votado, con 45,5% de los votos y, como no alcanzó el 50%, se enfrentará al candidato de Energía Ciudadana Organizada (ECO), Martín Lousteau, que llegó segundo, con 25,5%.

El problema tiene otras raíces. Lousteau es integrante de la Coalición Cívica (CC), partido que es aliado de Pro y de la Unión Cívica Radical en la alianza Cambiemos. En ese marco, el 9 de agosto Macri se enfrentará en las PASO con los precandidatos de los otros partidos, y quien resulte ganador (probablemente él) será el candidato de Cambiemos a la presidencia. Por lo tanto, Lousteau está enfrentando en la ciudad a quien deberá apoyar el 25 de octubre.

“Hay que repensar la estrategia de acá a octubre. Los actores de la interna de la segunda vuelta deben pensar en la Argentina más que en unas elecciones en la Ciudad de Buenos Aires”, dijo el diputado radical Oscar Aguad. “La prioridad es Cambiemos y el que ponga en riesgo esto pone en riesgo el cambio que queremos en el país”, insistió.

Sin embargo, Lousteau se mantiene firme. El lunes dijo en conferencia de prensa que sufre presiones por parte de sectores mediáticos, políticos y empresariales para que abandone el balotaje. “Es evidente que lo que decimos molesta mucho a ciertos sectores, especialmente empresariales [...] hay alguien que está nervioso, pero nosotros estamos tranquilos y queremos ser coherentes con nuestra forma de construcción política”, dijo.

El miércoles, agregó que tal como quedaron configuradas las pantallas para el voto digital, se destacó la posibilidad de votar en blanco. En la primera vuelta aparecían los candidatos y, en la esquina inferior derecha de la pantalla, un botón reducido con la opción “en blanco”, pero ahora el voto en blanco tiene el mismo espacio y ubicación que los candidatos, Lousteau y Larreta.

Tanto el Frente de Izquierda de los Trabajadores, como Autodeterminación y Libertad, dos fuerzas de izquierda que sumaron 7% de los votos, llamaron a votar en blanco, y no se descarta que haga lo mismo el kirchnerismo, que define su postura hoy y que argumenta que Rodríguez Larreta y Lousteau “son lo mismo”.

Lousteau fue ministro de Economía del gobierno de Cristina Fernández en 2008, y después se alejó del oficialismo. Para algunos kirchneristas es difícil llamar a votarlo, por más que sirva para debilitar a Macri en el plano nacional. Sin embargo, votar en blanco favorece al Pro, que ganó en primera vuelta.

El martes Macri acusó a Lousteau de no “trabajar en equipo” y de ponerse por “delante de cualquier construcción”. Gabriela Michetti, su candidata a vicepresidenta, agregó que el candidato de ECO “siempre está solitario” y dijo que “no es fácil relacionarse o hacer acuerdos” con él. Lousteau respondió: “Me llama la atención lo de Gabriela, por la relación que tengo con ella, el afecto y la afinidad; ella sabe cómo son las cosas. Es una falta de respeto”.

Sin una definición oficial del kirchnerismo, su candidato a presidente, Daniel Scioli, quebró una lanza por Lousteau y dijo que era “digno” que se presentara a segunda vuelta” como lo prevé la Constitución porteña. De momento, las encuestas dan como favorito a Rodríguez Larreta, pero el 21,9% que sumó el kirchnerista Mariano Recalde en primera vuelta podría ser decisivo.

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