Ingresá

Con perdón

Menos de 1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

“Quiero ser muy claro, como lo fue san Juan Pablo II: pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”, dijo ayer el papa Francisco durante un encuentro con movimientos sociales en Bolivia. Reconoció “con pesar” que “se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios”. Antes que él, Juan Pablo II pidió perdón en 1992, y en 2007 Benedicto XVI reconoció “las sombras que acompañaron la evangelización” de América Latina y el “sufrimiento y las injusticias causados por los colonizadores a las poblaciones indígenas”.

“Para ser justos”, el papa Francisco destacó que hubo sacerdotes y laicos que “a su paso por esta vida dejaron conmovedoras obras de promoción humana y de amor, muchas veces junto a los pueblos indígenas o acompañando a los propios movimientos populares, incluso hasta el martirio”.

Poco antes, el presidente Evo Morales le había regalado un símbolo religioso diseñado por el sacerdote jesuita español Luis Espinal, torturado y asesinado por paramilitares en 1980 en La Paz: un Cristo crucificado sobre un martillo de madera unido a una una hoz. Autoridades bolivianas y del Vaticano aclararon que no se trataba del símbolo comunista de la hoz y el martillo.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura