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Manifestación contra los proyectos de ley de seguridad, el miércoles, en Tokio, Japón. Foto: Yoshikazu Tsuno, Afp

Por los viejos tiempos

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Japón avanza en reducir el carácter pacifista de su Constitución.

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El gobierno chino pidió ayer al japonés que no se aparte de la política pacifista que lleva adelante desde el final de la Segunda Guerra Mundial, hace 70 años. Lo hizo después de que la Cámara de Diputados japonesa diera media sanción a un proyecto de ley que termina con la prohibición de intervenir militarmente en conflictos internacionales. La vocera de la cancillería china, Hua Chunying, instó en un comunicado a que Tokio “aprenda las lecciones de la historia, siga en el camino pacifista, respete las preocupaciones mayores de sus vecinos asiáticos y se abstenga de amenazar la soberanía de China”.

En Corea del Sur también hubo señales de nerviosismo ante el avance de la reforma que todavía tiene que ser aprobada por el Senado, donde cuenta con la mayoría necesaria. Seúl le pidió a Tokio “que mantenga el espíritu de su Constitución y contribuya a la paz y la estabilidad regional”.

El texto del proyecto de ley permite a las Fuerzas Armadas japonesas defender a sus aliados si son objeto de una agresión, y sus militares también podrán participar en las operaciones de paz de las Naciones Unidas.

El rechazo a la reforma que impulsa el primer ministro Shinzo Abe, del Partido Liberal Demócrata, también es muy marcado dentro de Japón. La mayoría de la población está en contra de esa nueva interpretación de la Constitución. El principal partido de la oposición, el Partido Democrático (PD), y otras cuatro formaciones, entre ellas el Partido Comunista, abandonaron el hemiciclo para boicotear la votación. Denuncian que el gobierno está imponiendo la reforma a la población sin que se haya debatido lo suficiente.

El líder del PD, Katsuya Okada, calificó ese texto de “mancha en la democracia” japonesa y recordó que 80% de los ciudadanos declara no haber recibido suficientes explicaciones sobre los motivos de esa reforma, mientras que la mitad de los encuestados considera que el texto es “inconstitucional”.

Mientras se votaba la iniciativa, en las afueras de la sede del Parlamento unas 2.000 personas protestaron bajo la lluvia contra lo que consideran una “ley bélica”. El martes hubo otra manifestación mucho más concurrida, informó la agencia Efe. Las encuestas muestran que la oposición al proyecto ha crecido en los últimos meses.

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