Ingresá

Hillary Clinton, candidata presidencial, en un acto de campaña ayer, en Iowa City, Estados Unidos. Foto: David Greedy, Afp

Sobran candidatos

6 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Ya son 19 los aspirantes a las candidaturas demócrata y republicana a la presidencia de Estados Unidos.

El año que viene Barack Obama debe dejar la Casa Blanca después de dos mandatos consecutivos. Para reemplazarlo, no faltan aspirantes a la presidencia de Estados Unidos. En su Partido Demócrata son cinco los candidatos, con la ex secretaria de Estado Hillary Clinton a la cabeza. En la oposición republicana ya son 14 los que pelean por la candidatura para las elecciones de 2016.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

La interna más reñida es la del Partido Republicano, aunque muchas de sus candidaturas son apenas testimoniales. Los dos candidatos que aparecen con mayor apoyo en las encuestas están vinculados de alguna forma con la comunidad de origen latinoamericano.

Jeb Bush (su verdadero nombre es John Ellis) es uno de los favoritos de los sondeos. Tiene 62 años, es texano, hijo y hermano de ex presidentes (George HW Bush y George W Bush, respectivamente). Fue gobernador del estado de Florida, y su afinidad con la comunidad latina tiene mucho que ver con su esposa, que es mexicana, además de que habla muy bien español.

Aunque la política económica que defiende es de las más derechistas en el actual panorama republicano, Bush aparece como un moderado, en particular porque apoya la reforma migratoria que impulsa (por ahora sin éxito) Obama. Un sondeo de CNN y la empresa ORC Internacional publicado la semana pasada le da el primer lugar en intención de voto entre los republicanos, con 19%.

Uno de sus principales competidores es Marco Rubio, de 43 años, senador por Florida e hijo de inmigrantes cubanos. Rubio estudió Derecho y se define a sí mismo como el resultado del “sueño americano”. En su trayectoria política fue electo senador con el apoyo del movimiento ultraconservador Tea Party, respaldó las reformas migratorias de Obama y luego se retractó, y es un ferviente opositor a las renovadas relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Hasta hace poco lideraba algunos sondeos de intención de voto, pero en el de CNN bajó de mayo a junio de 14% a 6%, una caída que lo deja en un empate con el gobernador de Wisconsin, Scott Walker.

El responsable de la caída de Rubio en la encuesta puede ser Donald Trump, cuya escandalosa irrupción en la campaña alteró la interna republicana (ver recuadro). El magnate y dueño de certámenes de belleza pasó de 3% de apoyo en mayo a 12% a fines de junio, luego de sus dichos polémicos sobre la inmigración mexicana.

Mike Huckabee, ex gobernador de Arkansas (entre 1996 y 2007) y presentador de radio y televisión en canales evangélicos, tiene 59 años y se encuentra en la tercera posición en la encuesta publicada por CNN, con 8% de apoyo, dos puntos menos que en mayo. Ya compitió en las primarias republicanas en 2008, sin éxito. En 1992 renunció al ejercicio del sacerdocio bautista para ser candidato a senador, pero no logró el cargo. Es representante de la derecha cristiana conservadora y cree que el matrimonio homosexual es síntoma de una “persecución” a la comunidad cristiana de su país, según el diario español El País.

Huckabee está empatado con Rand Paul, senador por Kentucky, oftalmólogo e hijo del tres veces aspirante a presidente Ron Paul. Como su padre, es contrario a la intervención del Estado tanto en la economía como en la vida privada, y se define como “libertario”. En nombre de esa definición fue que lideró la oposición al espionaje masivo de la Agencia Nacional de Inteligencia y a la ahora reformada Acta Patriótica, que extendía los poderes de la agencia.

Siguen en carrera

Sin filtro

El magnate estadounidense Donald Trump anunció el 16 de junio que competirá por la candidatura republicana a la presidencia de Estados Unidos. En el discurso que dio ese día dijo: “México manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas [...]. Están trayendo drogas, crimen, violadores. Asumo que hay algunos que son buenos”.

Esa declaración le valió críticas en el propio seno de su partido y también la ruptura de sus contratos con los canales NBC y Univisión por los certámenes de belleza que producen sus empresas, mientras que el Grupo Televisa anunció que no volverá a colaborar con él. Otras varias empresas hicieron público que tampoco trabajarán otra vez con su grupo. Además, varios países anunciaron que sus reinas de belleza no irán a Miss Universo o que renuncian a ser sedes de ese concurso.

Pero, sobre todo, fue masiva la reacción de rechazo que generó entre los estadounidenses de origen latinoamericano, que serán unos 16 millones de votantes en 2016, según la agencia de noticias Efe. En un intento un poco torpe de desactivar la polémica, Trump dijo la semana pasada que demandará a Univision por limitar su libertad de expresión. “Nada de lo que dije entonces era diferente de lo que he venido diciendo por muchos años”, argumentó. “Quiero unas fronteras fuertes y no apoyo ni consiento la inmigración ilegal. Hay un gran volumen de crimen que ocurre en este país a causa de la inmigración ilegal desenfrenada”, insistió. Sin embargo, agregó que siente un “gran respeto” por México y los mexicanos, y que admira su “tremendo espíritu”.

Uno de los pocos que resistieron a la llegada de Trump a la interna sin perder (ni ganar) intención de voto en la encuesta de CNN es Ben Carson. Nacido en Detroit hace 63 años, abandonó una brillante carrera de neurocirujano (fue el primer cirujano que pudo separar a siameses unidos por la cabeza) para dedicarse a la política, y se mantiene en 7% de intención de voto, empatado con Paul. Es el único candidato afroamericano y su debilidad es la falta de experiencia política.

Se hizo famoso con un discurso pronunciado frente a Obama durante un evento religioso nacional en 2013. En esa instancia criticó la reforma sanitaria del presidente, conocida como Obamacare. En su opinión, esa reforma, que apunta a ampliar la cobertura sanitaria en el país, es lo peor que le ocurrió a Estados Unidos desde la esclavitud. También dijo que el pueblo estadounidense es tan apático ante las “injusticias” del gobierno como lo fue al pueblo alemán durante el nazismo.

Ted Cruz, de 44 años, otro candidato vinculado con la comunidad latina, nació en Canadá y es hijo de un exiliado cubano. Ejerció como abogado luego de sus estudios en las prestigiosas universidades de Princeton y Harvard, y fue fiscal general de Texas. Defiende el libre mercado con una mínima intervención estatal y está a favor de una intervención militar contra el terrorismo en el exterior.

Cruz estaba entre los favoritos, aunque la encuesta de CNN le atribuye ahora sólo 3% de intención de voto, en un empate con Chris Christie y Rick Santorum. El Tea Party apoyó la campaña de Cruz para el cargo de senador, y el dirigente deberá desvincularse de ese sector que divide a los republicanos para poder crecer en la interna.

Christie, de 52 años, es gobernador del estado de Nueva Jersey desde 2010, y no logró hasta ahora el financiamiento necesario para hacer una campaña electoral exitosa. Por su parte, Santorum tiene 57 años, es un católico conservador, ex senador por Pennsylvania, y ya fue candidato en las primarias de 2012, en las que no logró la candidatura.

Otro de los competidores, con 4% de intención de voto (perdió un punto), es Rick Perry, de 65 años, que fue gobernador de Texas hasta enero. Sus logros en ese cargo son lo que más alimentan la campaña de este dirigente, que fue candidato en las primarias de 2012. Hasta 1989 fue demócrata -quizá por eso se opone a muchos republicanos al destacar la importancia de los inmigrantes en la sociedad- y es un veterano de la Fuerza Aérea estadounidense.

A estos precandidatos se suman varios otros cuya carrera probablemente sea sólo testimonial. Es el caso de la única mujer, Carly Fiorina, exitosa empresaria texana de 60 años (1% de intención de voto). Tampoco alcanzan una intención de voto de 3% George Pataki, ex gobernador de Nueva York y considerado un progresista dentro del partido, Lindsey Graham, senador por Carolina del Sur y militar retirado, que en 2012 impulsó una reforma migratoria bipartidista, y Bobby Jindal, descendiente de inmigrantes de India y actual gobernador de Luisiana.

Entre pocos

En la interna del Partido Demócrata la situación es muy diferente. La ex secretaria de Estado y ex primera dama Hillary Clinton corre con amplia ventaja. Según CNN, cuenta con 59% de intención de voto, muy por delante del segundo precandidato declarado, el senador por Vermont Bernie Sanders, con 14%. El que podría dar una sorpresa es Joe Biden, el actual vicepresidente estadounidense. Si bien no se declaró oficialmente candidato, aparece segundo en la encuesta de CNN, con 16% del apoyo.

Jim Webb es el último en haber entrado oficialmente en carrera, después de que se realizara la encuesta, que le adjudicaba 2% de intención de voto. El ex gobernador de Maryland Martin O’Malley aparece con 1% de apoyo. La intención de voto por el quinto candidato declarado, el ex senador por Rhode Island Lincoln Chafee, ni siquiera figura por ahora en el sondeo.

De momento, Clinton también es por lejos la candidata que lidera la intención de voto para las presidenciales del año que viene. Si el candidato republicano fuera Bush, Clinton ganaría con 54% de los sufragios, mientras que el opositor reuniría 41%. Si Trump ganara las primarias, los republicanos estarían peor parados, ya que el empresario recibiría 34% de los votos, frente a 59% de Clinton.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura