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Alexis Tsipras, primer ministro griego, a su llegada a la Eurocámara, ayer, en Estrasburgo, Francia. Foto: Patrick Seeger, Efe

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Grecia pidió un nuevo rescate que la comprometería por otros tres años.

Está previsto que la situación griega se termine de definir el domingo. Ese día, los representantes de países del Eurogrupo y los de la Unión Europea (UE) en general deberán aprobar la solicitud griega o -si no se logra un acuerdo- comenzar a evaluar otras opciones. Entre éstas, una de las más temidas es una salida de Grecia del euro.

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Se espera que se conozca hoy el detalle de las reformas que propone Grecia a cambio del tercer rescate que ayer solicitó formalmente el gobierno de Alexis Tsipras, sin especificar el monto necesario. En una carta destinada al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE, también conocido como fondo de rescate permanente de la UE) firmada por el flamante ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, Grecia pidió “una línea de crédito” con “un período de disponibilidad de tres años”. Ese nuevo préstamo servirá “para cumplir las obligaciones de deuda de Grecia y asegurar la estabilidad del sistema financiero”, dice el texto.

A cambio, el gobierno se compromete a emprender a partir de “la semana que viene” una reforma tributaria y otra del sistema de jubilaciones y pensiones. También anunció que presentaría hoy una “agenda integral y específica” de esas reformas, en las que promete “incluir acciones adicionales” para “fortalecer y modernizar su economía”.

El MEDE encargó ayer al Banco Central Europeo (BCE) y a la Comisión Europea que “analicen la existencia de riesgos para la estabilidad financiera de la zona del euro en su conjunto o para uno de sus estados miembros”, y que también estudie “si la deuda pública es sostenible”, en colaboración con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los créditos del MEDE sólo pueden aplicarse en casos en los que la inestabilidad financiera del país que los solicita pueda poner en riesgo la zona euro en su conjunto, según establece el tratado europeo. Pero se podría cuestionar ese argumento porque en los últimos años se establecieron mecanismos para, justamente, evitar un eventual contagio en caso de crisis.

La carta también explica que el objetivo de ese tercer rescate será que el país “recupere la financiación completa y asequible de su mercado para poder satisfacer sus necesidades de financiación futuras, así como una situación económica y financiera sostenibles”.

La forma en que Tsipras y su gobierno llevan adelante las negociaciones desde que ganó en referéndum el No a la oferta que Europa le hizo a Grecia, sin haber presentado los detalles de las reformas -como lo había prometido-, no irrita sólo a los líderes europeos. Los partidos opositores griegos que el lunes le dieron su apoyo al primer ministro advirtieron ayer que están preocupados por la posibilidad de que el domingo, si no se logra un acuerdo en las cumbres del Eurogrupo y de la UE, se comience a evaluar una eventual salida de Grecia del euro. A pesar del corralito bancario que aplica, el país está a punto de quedarse sin liquidez.

El presidente interino de los conservadores de Nueva Democracia, Vangelis Meimarakis, pidió debatir la situación en el Parlamento. “Las próximas horas son críticas, está en juego la cohesión social, nuestra permanencia en la eurozona, nuestros intereses nacionales”, dijo. Agregó que su partido no aceptará una salida del euro sin la “legitimación de los ciudadanos”, en referencia a otro eventual referéndum.

La líder del partido socialdemócrata Pasok, Fofi Yenimatá, recordó que Tsipras se comprometió a regresar con una solución que garantice la permanencia de Grecia en el euro y la UE, pero que, “en lugar de traer el acuerdo que prometió, volvió con un ultimátum”. A ella se le sumó el jefe de To Potami, el centrista Stavros Theodorakis, que coincidió en el reclamo de permanencia en la zona euro y dijo que lo contrario “será visto como una traición por el pueblo griego”. También se sumaron asociaciones empresariales que en un comunicado pidieron seguir en la eurozona porque “ningún otro plan puede garantizar la seguridad, la estabilidad y el bienestar de nuestro país”.

La carta del gobierno griego mantiene sobre la mesa la posibilidad de renegociar la deuda -algo que muchos analistas consideran inevitable y hasta más barato que una salida de Grecia del euro-, pero mucho más tímidamente que antes, ya que esa posibilidad ha chocado con el rechazo de Alemania, entre otros. “En el marco de una discusión más amplia que deberá darse, Grecia da la bienvenida a la oportunidad de explorar las posibles medidas que se deban tomar” para que su deuda “sea sostenible y viable a largo plazo”, dice la carta.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, consideró que ese texto es un “buen augurio” para las instancias de hoy. Además, el gobierno francés organizó un debate sin votación en el Parlamento de su país durante el cual el primer ministro, Manuel Valls, abrió la puerta a una reestructura.

En la misma línea habló la presidenta del FMI, Christine Lagarde. Destacó que esa institución está dispuesta a ayudar a Grecia a enfrentar la crisis “aguda” que sufre, y que está favor de una solución que “combine la sostenibilidad de la deuda con las reformas estructurales”. La semana pasada el FMI publicó un informe según el cual Atenas necesitará un nuevo rescate de unos 50.000 millones de euros en los próximos tres años y una reestructuración de la deuda. Ayer el BCE prorrogó la liquidez de emergencia para los bancos griegos y el gobierno prorrogó el corralito hasta el domingo.

Mientras llegaba la solicitud de rescate ayer, Tsipras exponía ante el Parlamento Europeo y pedía que se asumiera la “responsabilidad histórica” para no permitir la “ruptura” de la UE, cuya historia, dijo, “está marcada por los conflictos que terminan en entendimiento”.

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