Debido a la crisis migratoria los gobernantes europeos volvieron a incluir a Siria en su agenda política. El presidente francés, François Hollande, anunció ayer que hoy su país hará vuelos de reconocimiento sobre Siria, como primer paso hacia una intervención militar aérea en ese país, en contra de la organización jihadista Estado Islámico (EI). Francia ya participa en operaciones en Irak, a pedido del gobierno de este país, como parte de la coalición liderada por Estados Unidos. El gobernante dijo que su decisión se debe a que EI “hace huir a miles de familias, por las masacres que comete”.
Además, Hollande anunció que su país va a recibir más refugiados. Lo mismo manifestó el gobierno de Reino Unido. El primer ministro británico, David Cameron, dijo que el suyo es el único país en el mundo que comprometió 0,7% de su Producto Interno Bruto para ayuda humanitaria y que destinará parte de su presupuesto de ayuda internacional, unos 19.500 millones de dólares por año, a financiar los campos de refugiados de Turquía, Jordania, Líbano y Siria.
-¿Cómo está ahora la situación humanitaria en Siria?
-En los últimos meses, y como ejemplo del recrudecimiento del conflicto, ha habido bombardeos aéreos de ciudades como Alepo e Iddleb. También hay centros urbanos que han sido cercados militarmente por años, cuya población no tiene autorización para salir y no se permite la entrada de ayuda humanitaria. De estos infiernos es que huyen los sirios. A esto se agrega el drama en las zonas controladas por EI, donde las personas sufren todo tipo de persecuciones, discriminaciones e imposición de reglas draconianas, algo que motiva la huida de miles de habitantes.
-¿Qué otras consecuencias tuvieron los más de cuatro años de conflicto?
-Dentro de Siria, a raíz de la guerra, se ha producido un colapso de los servicios sociales. En vastas zonas del país ya no hay hospitales, escuelas, agua potable o sistema de seguridad social -alimentación, albergues-. Por lo tanto, las familias enfrentan una disyuntiva dramática: el peligro de muerte como consecuencia de la violencia o por el colapso de los servicios. En algunas zonas han reaparecido epidemias que se hallaban desterradas desde los años 60, como la poliomielitis.
-¿Cómo percibe lo ocurrido en torno a la foto del niño kurdo sirio que apareció ahogado en la costa de Turquía?
-La tragedia del niño Aylan [Kurdi] expresa una de las tendencias de esta guerra: las principales víctimas son los civiles -la guerra se juega en barrios y ciudades- y, en particular, los niños. Se estima que más de 10.000 niños han muerto como resultado directo de la violencia. Además, sufren otro tipo de violaciones, como el reclutamiento forzoso en las milicias y la explotación sexual, y un alto porcentaje se vio privado de ir a la escuela en los últimos años, por el colapso de los servicios educativos. La ciudad de la que provenía Aylan es Kobane, en la frontera entre Siria y Turquía, que fue tomada por EI y posteriormente recuperada por las fuerzas kurdas. Hoy esa ciudad está totalmente destruida, convertida en escombros después de años de combates. De ese drama escapaba la familia del niño.
-¿Cómo califica la crisis migratoria que se está desarrollando?
-La gente huye del infierno. Como consecuencia, la crisis de refugiados siria es considerada la peor desde la Segunda Guerra Mundial, sólo superada por la situación que se vivió en Afganistán en los años 90. Se calcula que hubo más de 250.000 muertos por la guerra en Siria, más de 1% de la población. Ésta es la realidad dramática de la que los sirios (y otras naciones) huyen. No van a Europa en busca del enriquecimiento, buscan salvar sus vidas.
-La ONU informó que se superaron los cuatro millones de desplazados por el conflicto. ¿Ésos son los desplazados fuera del territorio, o la cifra también incluye a desplazados internos?
-Son cuatro millones fuera de Siria. Dentro de Siria se calcula que son siete millones los que han abandonado sus hogares. Han escapado de la violencia de la zona en que vivían y se han ido a albergues o se instalaron en la casa de familiares o de otras personas. Muchas de esas familias han sido desplazadas más de una vez. Si se suman los desplazados internos y externos, son 11 millones, y antes de la crisis, la población era de 21 millones, o sea que la mitad de la población ha debido escapar de sus hogares.
-¿A dónde va la mayoría de los que dejan el país?
-La mayoría ha ido a Turquía, donde se calcula que hay cerca de dos millones de sirios. Muchos otros han ido a Líbano (más de un millón) y Jordania. Fuera de estos países, el número de refugiados aceptados es mucho menor.
-¿Cuál es la situación de los campamentos de refugiados en los países vecinos a Siria?
-Yo no trabajo directamente en los campos de refugiados. Sin embargo, te puedo decir que en Turquía, en general, las condiciones son adecuadas en cuanto a salud, educación y vivienda. El gobierno turco ha hecho un esfuerzo muy importante. Pero en los campamentos en Turquía sólo viven unos 250.000 refugiados. El resto, 1,7 millones de los dos millones que hay en ese país, viven en las ciudades y reciben alguna ayuda. El problema es que los países vecinos ya han hecho un esfuerzo muy grande y no son países ricos. Es muy difícil para ellos hacer mayores esfuerzos, y los refugiados siguen llegando porque la situación en Siria y en el resto de la región es cada vez peor.
-¿Por qué aparece ahora el “problema” de los sirios que migran hacia Europa?
-La cifra de personas que cruzan el Mediterráneo hacia Europa ha registrado un incremento significativo y repentino. En el último semestre se han registrado 137.000, mientras que en el semestre anterior fueron 75.000. Esto se debe en buena medida al incremento de la violencia en los conflictos en Medio Oriente, en particular al agravamiento de la guerra en Siria. Hay estimaciones que indican que en los próximos meses esta cifra se va a mantener.
-Los sirios tienen derecho al estatus de refugiados. ¿No hay forma de que lleguen de manera regular, corriendo menos peligro, al país en el que quieren pedir asilo?
-Algunos países han tenido como política recibir refugiados de Siria, pero en muchos otros éste no ha sido el caso. Varios estados europeos no han recibido un solo refugiado sirio. La acogida de refugiados depende de las políticas internas. Se necesita un incremento de las cuotas de refugiados en los países receptores.
-¿Por qué la ONU no recibió el financiamiento suficiente para enfrentar esta situación humanitaria?
-Sólo 30% del presupuesto humanitario de la ONU dentro de Siria ha sido financiado. Un mayor financiamiento permitiría paliar en parte el problema -la solución de fondo es la conclusión de la guerra por la vía negociada-. Seguimos haciendo gestiones ante los países donantes para poder incrementar la ayuda. Lamentablemente, en estos momentos hay muchas crisis humanitarias más allá de Siria -en Irak, en Sudán del Sur, etcétera-, y algunos países desarrollados están reduciendo sus presupuestos de cooperación externa. Tal vez la crisis [migratoria] del Mediterráneo contribuya a crear conciencia sobre la necesidad de aumentar la cooperación humanitaria. La ayuda internacional por parte de países desarrollados no es una dádiva, sino un medio de atacar problemas globales que afectan a la comunidad internacional en su conjunto.
-¿No son los principales países donantes los afectados por la llegada de los migrantes?
-Los afectados son principalmente los países del sur de Europa, que tienen menos recursos para donar. Pero muchos refugiados intentarán llegar al norte de Europa, donde están los principales países donantes y donde hay comunidades importantes de población de Medio Oriente. Por eso es posible que esta crisis cree más conciencia sobre la necesidad de destinar más recursos.