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José Carlos Díez en el teatro Solís. Foto: Federico Gutiérrez

Lecciones de una crisis

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Economista español dice que la crisis europea se debe al desequilibrio entre bienestar y crecimiento.

La organización frenteamplista Nueva Agenda Progresista organizó el miércoles una conferencia del economista español Juan Carlos Díez, que evaluó y comentó la situación económica y financiera de Europa y de España. Fue crítico con el modelo alemán aunque tampoco fue amable con las propuestas de Syriza en Grecia y de Podemos en España.

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La economía no da la felicidad, pero ayuda a conseguirla es el título del libro que Díez presentaba el miércoles en el teatro Solís. Al hacer la presentación del autor, Gabriela Montti, una de las dirigentes de Nueva Agenda Progresista, recordó que “fue economista jefe de Intermoney, bróker [agente en operaciones financieras] líder en España en deuda pública” y que además “integra los paneles de expertos que consultan el Banco Central de España y la Fundación de las Cajas de Ahorros”. En la exposición de uno de los economistas más habituales en los canales españoles, estuvo presente el economista Enrique Iglesias, al que Díez citó constantemente como referencia y llamó “maestro”.

El académico señaló que cambió “mucho el entorno del comercio internacional”, y que “después de seis años estudiando la crisis europea” está mirando de cerca lo que está pasando en Argentina y Brasil, además de Europa. Dijo que coincide con Iglesias en considerar que estamos en un mundo “multipolar”, cuyo centro “se ha desplazado hacia Asia”. Sin embargo, consideró que China no es democrática y que “Europa debería tener un rol preponderante”. “Si los chinos van a gobernar el mundo, paren esto que me bajo”, dijo, entre las risas del público.

El español recordó que la Unión Europea (UE) nació después de la Segunda Guerra Mundial para prevenir una tercera guerra mundial; que es un ámbito de paz, y que en ese aspecto “es extremadamente exitosa”. Agregó que también lo es la unión aduanera, porque aunque comienzan a existir problemas de pobreza y desigualdad, “por algo” los migrantes “vienen en busca del ‘progreso’”.

Dijo que creció con la idea, como varias generaciones de europeos, de que “Europa era todo: libertad, paz, democracia, civismo”. Esto, entiende, le dio “cimientos muy sólidos” al proyecto europeo. El problema, continuó, es que las generaciones posteriores están experimentando un desapego respecto de esa idea. Los jóvenes alemanes “no recuerdan la guerra y piensan distinto”, dijo, y agregó que también percibe esto en sus estudiantes españoles, cuando da clases en la Universidad de Alcalá.

Señaló que los europeos no estaban acostumbrados ni a la pobreza severa ni al desempleo de larga duración, y que eso alimenta la crisis política y social del bloque, que a su entender se expresa en el auge de partidos como Syriza o Podemos.

Destacó que además de una crisis del proyecto político y social, Europa atraviesa una crisis económica y de deuda, que tiene un punto de partida en la balanza de comercio exterior. Si se mira a los países de la UE en su conjunto, está equilibrada, pero cuando se observa cada Estado hay muchas desigualdades, advirtió. Señaló, por ejemplo, que en Alemania hay “mucho ahorro” y que se reinvirtió en otros países, como España o Grecia.

En España se dio primero, en 2007, una “crisis de deuda privada”, evaluó, porque los ahorros alemanes financiaban las hipotecas. Los gobiernos “aparecieron” sólo después de la caída del banco multinacional estadounidense de inversiones Lehman Brothers, en 2008, agregó. “Alemania no tiene la culpa” de la crisis, dijo. Sin embargo, evaluó que la gestión de la crisis de las instituciones europeas y de Alemania fue “deficiente”.

Recordó que desde el inicio de la UE, muchos economistas advirtieron sobre problemas institucionales. Mencionó como ejemplo de una situación institucional más sólida el rescate de California en Estados Unidos, que se basó en un sistema “solidario” entre los demás estados del país, gracias al cual, por estar en dificultades, ese estado recibió más aportes que los demás y se benefició de un fondo de rescate.

Señaló que a la hora de rescatar a un país, uno de los desafíos en la UE se encuentra en que la moneda única implica “la imposibilidad de devaluar”. A esto se suma que “no hay gobierno en Europa”, y por eso, en caso de crisis aguda, “las intervenciones rápidas toman entre cuatro y seis meses”, dijo, entre risas. Agregó que esto “es un problema porque [Europa] todavía no es un país ni una nación”, pero matizó que Estados Unidos, para lograr lo que es hoy, tuvo que “hacer una guerra civil”, mientras que los europeos buscan una unión sin renunciar a la paz.

Dejar de viajar gratis

“No hay perfecta movilidad” dentro del espacio Schengen de libre circulación de bienes y personas, aseguró, y mencionó como ejemplo que en España la tasa de desempleo es de 22%, mientras que en Alemania es de 5%, y que si hubiera una verdadera movilidad los números se equilibrarían. “Los alemanes son los que tienen la deuda [de los países del sur de Europa, España y Grecia en particular] y los bonos”, dijo, y consideró que “no es un proceso político fácil” decirle a la población que invirtió en “activos tóxicos”. Pidió recordar que ese país “también es una democracia”, en la que “70% de la población está en contra del rescate a Grecia”.

“Es prioritario que Europa apruebe un fondo de depósitos y de garantías único”, insistió, y se declaró a favor de que se aplique un “proceso de avance hacia la unión fiscal”, algo que en su opinión “requiere de unión política”. Ahora, “Europa va a tener que mutualizar deuda y liberarla de países que están en una situación complicada”, advirtió.

Además, explicó que la deuda española, que alcanza 100% del Producto Interno Bruto, “no es ilegítima”, como dicen algunos, entre ellos integrantes del partido español Podemos. Consideró que no es viable que un país como España, que “está emitiendo bonos de deuda pública al 0% a dos años”, deje de pagar.

Para Díez, la apuesta que hace la UE a las exportaciones es equivalente a ser un “viajero gratuito, como los que se cuelan en el Buquebus” y que “Europa tiene que consumir”. El economista urgió a los países con superávit, como Alemania, que hagan inversión pública, “para que haya estímulo”. También señaló que la tasa de empleo de Alemania es la que menos ha crecido desde 1999, pero que su desempleo se mantiene bajo porque cuenta con una población muy envejecida, y hay más gente que se jubila que la que ingresa al mercado laboral. Según él, la economía alemana también está “enferma” con otro tipo de problemas.

Por otra parte, dijo que en la UE “ya no hay austeridad”, que aumentó el empleo público en España y Alemania, y que no hay más ajustes desde 2013. A la hora de concluir, confió en que “pasado el ruido de la crisis griega”, en unos dos años, la UE podrá avanzar en la “mutualización de la deuda” y en la “integración fiscal”.

“La derecha habla de generar riqueza y no de distribuir, mientras que la izquierda habla de distribuir sin generar riqueza”, evaluó más tarde, luego de los comentarios de Montti y del economista Gabriel Oddone. Dijo que “una cosa no va sin la otra”, y opinó: “Los países que mejor se protegen de las crisis son democracias muy consolidadas, con economías de mercado pero con un gobierno inteligente -como el de Uruguay- que se ocupa de crear riqueza y de redistribuir”.

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