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Comercios en Teherán, Irán, el lunes. Foto: Atta Kenare, Afp

Cambio de eje

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Después del levantamiento de las sanciones, Irán se prepara para aumentar la producción de petróleo y recibir inversiones.

Cualquier país de 80 millones de habitantes, de ingresos medios, dueño de las mayores reservas de energéticos del mundo y que esconde las mayores minas de carbón, oro y diamantes del planeta, debería ser el centro de atención de las empresas globales. Es el caso de Irán, que pasó de integrar el eje del mal a brillar como la joya de Medio Oriente.

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Editar

Luego de que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AEIA) informara que Irán había cumplido con todos los pasos previstos en julio en el acuerdo suscrito con varias potencias sobre su programa nuclear, el sábado se anunció el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea contra ese país. Esta decisión posibilita a Irán vender sus hidrocarburos en el mercado internacional, lo que determina que aumenten sus ingresos por exportaciones en 10.000 millones de dólares en el correr de 2016. Sin las sanciones, Irán podrá además acceder al mercado financiero internacional y recibir inversiones extranjeras, lo que significará, según estimó el Fondo Monetario Internacional, que el Producto Interno Bruto (PIB) iraní crezca 5% en el período 2016-2017.

En el acuerdo cerrado con Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia, Irán se comprometía a limitar su programa nuclear a usos “exclusivamente pacíficos” y permitir la supervisión por parte de la AIEA a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales. Éstas incluían limitaciones a todas aquellas empresas que quisieran comerciar y realizar transacciones financieras con Irán; la prohibición absoluta de transferir material militar;de comprarle petróleo, gas, productos petroquímicos y tecnología relacionada con hidrocarburos y de equipos y tecnología naval; el acceso a los aeropuertos europeos; y el comercio de oro, diamantes y otros materiales preciosos. Se estima que las sanciones le costaron a Irán más de 160.000 millones de dólares en ingresos petroleros desde 2012, y también se calcula que su levantamiento le permitirá disponer de más de 100.000 millones en activos congelados en el extranjero.

El retorno de Irán al mercado mundial de crudo puede disparar una guerra de precios con Arabia Saudita, que intenta mantener su cuota de mercado a costa de vender el producto por debajo del precio de mercado. A pesar de las recomendaciones emitidas por otros grandes países productores, que buscan evitar que los mercados se inunden de crudo, el gobierno iraní confirma su plan de exportar todo el crudo posible para recuperar su propia cuota. El viceministro iraní de Petróleo, Amir Hossein Zamaninia, reiteró que su país está en condiciones de elevar sus exportaciones de crudo, en el corto plazo, en unos 500.000 barriles diarios.

Por eso, al día siguiente al anuncio del levantamiento de las sanciones, el Ministerio de Petróleo dio la orden de elevar la producción en 500.000 barriles diarios y anunció que aumentará en 2017 las ventas de crudo en 2,5 millones de barriles. India -el mercado emergente de mayor crecimiento junto a China- y Europa serían los principales objetivos en cuanto a la reactivación de sus exportaciones de petróleo.

Con la vuelta de Irán al mercado petrolero crecerá aun más el excedente de oferta que registra actualmente el mercado, que se estima en cerca de un millón de barriles diarios. El viernes 17, cuando la noticia del fin del embargo se conocía extraoficialmente, los inversores aceleraron su salida del mercado del petróleo, anticipándose al boom de las exportaciones de Irán. Ese día, el valor del barril de Brent cayó 7% y se situó por debajo de 29 dólares, el precio más bajo desde 2003.

Negocios son negocios

A partir de la noticia, las empresas multinacionales han empezado a reunirse con el gobierno iraní. Con 80 millones de habitantes de ingresos medios y un PIB de 400.000 millones de dólares, Irán es la mayor economía que se reincorpora al sistema económico mundial desde la desaparición de la Unión Soviética.

En estos días las principales empresas europeas intentan asegurarse contratos ventajosos e incluso han mantenido reuniones con el gobierno desde antes de que se concretara el acuerdo. En este sentido, el ministro de Industria, Minas y Comercio iraní, Mohammad Rezá Nematzadé, ha sido claro acerca de lo que su país desea: “No queremos una importación unidireccional de bienes y maquinaria […] queremos un comercio de doble vía, además de cooperación e inversiones en desarrollo, diseño e ingeniería para la producción y las exportaciones”.

Además de petróleo, Irán cuenta con la industria manufacturera para recuperar mercados en los países que redujeron las compras de productos iraníes después de la imposición de sanciones: Corea del Sur, China, India, Japón y Turquía. En 2015 el sector manufacturero fue el más dinámico, con un crecimiento de 6,7%, que asciende a 9,8% si se suman las actividades vinculadas con la minería.

Según Rezá Nematzadé, para 2025 Irán triplicará el número de automóviles fabricados por año, para alcanzar la cifra de tres millones. En este sentido, empresas automotrices europeas y japonesas, al igual que la estadounidense General Motors, han mostrado interés en la producción conjunta de modelos. En la actualidad Irán es el mayor fabricante de automóviles de Medio Oriente: con ventas de 900.000 unidades de pasajeros en 2015, su capacidad de fabricación es de 1,1 millones de unidades. El momento no podría ser mejor para algunos fabricantes europeos de automóviles, ya que buscaban nuevos mercados para compensar el enlentecimiento e incluso el declive de la demanda en algunas economías emergentes, como las de China, Rusia y Brasil.

La telefonía móvil es otro sector industrial atractivo para las principales empresas globales que producen aparatos o brindan servicios de comunicación. “También esperamos inversiones en minería”, dijo Rezá Nematzadé. Irán estima que en los próximos diez años se necesitarán unos 20.000 millones de dólares para llevar adelante la exploración y el desarrollo de minas, en particular, de carbón.

Como es obvio, el sector de hidrocarburos promete ser otra de las grandes estrellas de las inversiones extranjeras. El país tiene la cuarta mayor reserva de petróleo (estimada en 150.000 millones de barriles) y la segunda mayor reserva de gas natural del planeta. Gigantes como Shell, Total y BP ya han expresado interés en invertir enormes sumas de dinero.

De acuerdo con analistas consultados por la BBC, el gran cuello de botella para hacer negocios con Irán seguirán siendo los bancos. Aunque el país volverá al sistema financiero global, no está claro cuántos bancos querrán volver a hacer negocios allí. Durante la última década, los bancos pagaron 14.000 millones de dólares en multas, y muchos de ellos se han comprometido con las autoridades estadounidenses a no aumentar su exposición en Irán, incluso con el levantamiento de las sanciones. Sin embargo, las autoridades miran con cautela la llegada de nuevas inversiones y la recuperación del dinero embargado ante el temor de que un “tsunami monetario” pueda provocar que la inflación se dispare.

De todas maneras, el levantamiento de las sanciones no será completo. En Estados Unidos, la anulación total de las sanciones requiere la aprobación del Congreso, dominado por el Partido Republicano, lo que obliga al presidente Barack Obama a recurrir a órdenes de exención. Lo que Estados Unidos dispuso levantar son las llamadas “sanciones secundarias”, aquellas que se aplican a personas o empresas no estadounidenses, pero mantendrá las “sanciones primarias” que afectan a ciudadanos y empresas estadounidenses de participar en negocios con Irán.

A estas sanciones se suman otras, dispuestas el domingo, un día después de que entrara en vigor el acuerdo, que castigan a 11 personas y empresas de Irán que están vinculadas con el programa de misiles de ese país. Washington decidió aplicarlas porque entiende que ese programa viola disposiciones de la Organización de las Naciones Unidas.

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