El levantamiento del cepo cambiario y el fin o el descenso de las retenciones para la exportación de granos permitieron que los ingresos de los productores aumentaran entre 40% y 100% de acuerdo con el tipo de grano, informó ayer el diario Clarín, a partir de un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario. El dólar vale más del doble que en 2015, en el momento en que se sembraron los granos, y eso explica gran parte del aumento de las ganancias, a lo que se debe sumar el fin de las retenciones sobre las exportaciones.
“La cadena agroindustrial es uno de los sectores más beneficiados por las nuevas medidas económicas”, indica el informe, que analiza la evolución de los ingresos de este sector. Según el mismo documento, los productores argentinos son alrededor de 200.000, entre las más de 41 millones de personas que viven en Argentina.
Pese a verse beneficiados por las medidas, esos productores no vendieron todo lo que el gobierno de Macri esperaba. El equipo económico levantó el cepo cambiario después de recurrir a varias estrategias para asegurarse el ingreso de dólares al país; entre ellas estaba la exportación de granos por parte de los productores. Sin embargo, los productores de soja no vendieron lo suficiente, según el secretario de Agricultura, Ricardo Negri. “Con el paquete de medidas tomado, con la mejora del tipo de cambio, la baja de las retenciones y la eliminación de los ROE [permisos de exportación] pensábamos que [las ventas] iban a repuntar”. Si bien crecieron un poco, el gobierno había pensado que ese repunte “debería ser un poquito superior”, dijo Negri.
El gobierno y los productores de granos habían estimado que éstos se exportarían por un valor de unos 400 millones de dólares diarios, pero en la primera semana de enero el promedio fue de 250 millones, según un informe del Banco Ciudad. De acuerdo con el documento, no se alcanzó el monto acordado porque hubo “una corrección cambiaria” tras la liberación del dólar que fue “inferior a la originalmente esperada” por el sector agropecuario.
Por este motivo, tal como hicieron cuando el gobierno de Cristina Fernández aprobó las retenciones, los productores que pueden guardan parte de su cosecha a la espera de que el dólar suba para venderla. Como ejemplo de este fenómeno, el sábado La Nación hizo una comparación entre el valor del dólar y las ventas de soja durante la jornada del martes, para concluir que aumentaron casi proporcionalmente.
Otro factor que puede haber incidido en una venta inferior a la esperada es que, desde el acuerdo entre las partes, aumentaron algunos costos de producción del agro, en especial el precio de los combustibles, que creció 6% la semana pasada y volverá a aumentar en un porcentaje similar en marzo, y de la energía eléctrica, que se espera que tenga una fuerte suba.
Ante un menor ingreso de dólares del agro, el diario Clarín informó ayer que el gobierno prevé brindar condiciones más favorables en la venta de bonos, para que haya más interesados, más ventas y, por lo tanto, más dólares. De esta forma, también se aumentaría el precio que debería pagar Argentina cuando haya que pagar esos bonos, en 2017 y 2018, según las condiciones previstas. Estas ventas de bonos se disponen exclusivamente en territorio argentino, debido al default técnico en el que se encuentra Argentina porque no pagó la deuda que, según la Justicia estadounidense, tiene con los fondos buitre.
En la misma línea
El gobierno de Macri tuvo que mantener el programa Precios Cuidados, creado por el gobierno de Fernández, para evitar un aumento mayor de la inflación, que ya ha crecido debido a la suba de precios de decenas de productos en los últimos dos meses. Según un comparativo de La Nación, algunos productos que no están incluidos en este programa, como el agua mineral, los refrescos, el papel higiénico y el suavizante para ropa, aumentaron entre 41% y 57%.
Los productos que sí están incluidos en el programa, que fue acordado con las empresas, tendrán un aumento promedio de 3,9%, aunque en algunos casos el porcentaje será bastante mayor si se los considera individualmente. Una marca de agua sin gas subió 36%. Además, el número de productos es muy inferior al de la lista del gobierno kirchnerista.
Analistas privados consultados por medios argentinos estiman que la inflación a fines de 2016 será de 30% en comparación con 2015. Esta previsión está un poco por encima de la del gobierno: el ministro de Hacienda, Alfonso Prat- Gay, dijo la semana pasada que espera una inflación de entre 20% y 25% respecto de 2015. La cifra de la inflación del año pasado no fue divulgada por el instituto de estadística argentino, pero se estima que ronda el 30%.
Macri prometió ayer que “en un par de años” la inflación va a bajar “a un dígito”. Además, el presidente se hizo eco de lo que dijeron integrantes de su equipo económico y pidió a los sindicatos que sean “responsables” en sus reclamos salariales en las paritarias, para las cuales los gremios ya anticipan que van a pedir un aumento salarial de 30% para “empatar” con la inflación y no perder salario real.