La coalición que gobierna Chile, Nueva Mayoría, perdió ayer varias de las principales comunas en las elecciones municipales en las que se elegían 346 alcaldes y 2.240 concejales. La alianza de la derecha chilena, la misma que gobernó con Sebastián Piñera como presidente y que ahora se llama Chile Vamos, ganó en Santiago, Providencia y Maipú, según las primeras proyecciones del escrutinio. En algunas zonas la abstención llegó a 80%.
El rechazo contra los políticos en Chile se vio escenificado en dos protestas. En una participó menos de una decena de personas, en el local en el que votó el ex presidente Ricardo Lagos, precandidato para las elecciones nacionales de 2017 por la coalición gobernante, Nueva Mayoría. Llevaban una pancarta y varios panfletos con críticas a su gestión, y cinco de ellos fueron detenidos.
La otra movilización fue organizada contra la también oficialista alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, que buscaba la reelección. En este caso estudiantes y docentes de educación secundaria y universitaria protestaron contra la dirigente por su supuesta participación en el pasado en uno de los esquemas de corrupción que se conocieron en el último año en Chile, y la responsabilizaron por la detención de estudiantes que se movilizaron durante la semana para pedir a los chilenos que se abstuvieran en la votación de ayer.
Esta dirigente, figura emblemática del oficialismo y ex portavoz del gobierno de Michelle Bachelet, logró ganarle en 2012 a un peso pesado de la derecha, Joaquín Lavín, ex candidato a la presidencia. Pero ayer, según las primeras proyecciones de votos escrutados, perdió con Felipe Alessandri, un concejal de Chile Vamos. Anoche Tohá reconoció la derrota y dijo que la “evaluación de esta elección va a requerir una meditación profunda, una reflexión; habrá que hacer las evaluaciones y las críticas del caso”.
Otra de las candidatas que buscaban ayer la reelección era la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, que en 2012 se convirtió en una referente de las candidaturas independientes y ganó las elecciones. Si bien la candidata sigue siendo independiente, tenía ayer un apoyo implícito del oficialismo. Pero esta vez, según los primeros datos, una referente de la derecha, la ex candidata presidencial Evelyn Matthei, aparecía como ganadora en Providencia. La victoria de la derecha se repetía con la elección de Andrés Zarhi en Ñuñoa, donde fue derrotada la ex ministra de Salud oficialista Helia Molina, y en Maipú, donde la derechista Catherine Barriga derrotó al alcalde oficialista Christian Vittori. “Es un día muy especial, y siento que la gente ha vuelto a creer”, dijo Barriga.
Ayer la derecha festejaba en varias comunas. Para Chile Vamos, además, estas elecciones funcionarían como unas primarias anticipadas: la intención de la coalición de derecha es empezar a definir un candidato a la presidencia para las elecciones de 2017 a partir de los resultados de las municipales. Algunos dirigentes incluso han manejado la posibilidad de invitar a quienes sean más votados en esta instancia a participar en las elecciones primarias. En este contexto gana aun más importancia el resultado de Providencia, pese a que Matthei no ha declarado su intención de disputar las próximas elecciones.
Si bien históricamente las elecciones municipales han sido una buena oportunidad para que los partidos dieran a conocer sus caras más jóvenes, en esta ocasión surgió una dificultad que, según analistas consultados por diarios chilenos, va a complicar la renovación: el cambio en las normas de campaña. Las elecciones de ayer fueron las primeras en las que se aplicó la nueva ley que rige las campañas políticas, aprobada en abril, que entre otras limitaciones restringe la colocación de propaganda electoral en espacios públicos: cada alcaldía debió designar espacios habilitados especialmente para los carteles. Algunos candidatos que representan a la oposición en sus municipios han denunciado que los alcaldes que se postulaban a la reelección han utilizado esta potestad para elegir lugares poco concurridos y poco visibles para silenciar la campaña de sus contendientes.
El director del Observatorio Electoral de la Universidad Diego Portales, Mauricio Morales, dijo al semanario chileno Qué Pasa que la ley, que contó con el apoyo de todos los partidos, incumplió sus dos principales metas políticas: igualar las oportunidades de los candidatos -se argumentaba que aquellos que contaban con menos recursos no podían acceder a la propaganda en los espacios públicos- y hacer una campaña más programática, aunque sí logró que las ciudades estén más limpias.