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Ante el débil crecimiento, Francia y Alemania piden un Ministerio de Finanzas para la zona euro.

Los presidentes de los bancos centrales de Alemania y Francia utilizaron la prensa para mostrar el acuerdo de ambos gobiernos acerca de la necesidad de practicar reformas estructurales en la zona euro y apostar por una mayor integración, incluyendo la creación de la figura de un ministro de Finanzas del bloque.

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En un artículo publicado en el diario Süddeutsche Zeitung titulado “Europa en una encrucijada”, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, y su homólogo del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, sostuvieron que el Banco Central Europeo (BCE) no está en posición de lograr un crecimiento sostenible a largo plazo para la zona euro. Las autoridades recordaron que en los últimos tres años el BCE no ha cumplido con su meta de alejar la inflación del 0%, y señalaron que no parece que pueda volver a ese nivel, debido a la fuerte caída de los precios del petróleo y el flojo crecimiento económico de la zona. “Pese a que la política monetaria ha hecho mucho por la economía de la zona euro, no puede crear un crecimiento económico sostenible”, dice la nota, que recuerda que el BCE aplicó en varias oportunidades recortes de tasas de interés para estimular la demanda, sin lograrlo. Para Weidmann y Villeroy de Galhau, llegó la hora de que la zona euro emprenda reformas estructurales y un mejor marco de política monetaria.

Entre otras medidas, proponen aumentar la posesión accionaria en empresas sin importar las fronteras, lo que podría distribuir la carga de pérdidas de una empresa entre inversionistas de varios países. Consideran necesario completar un sistema de regulación y supervisión bancaria a nivel europeo de cara al proyecto de creación de una unión bancaria, que tiene como objetivo evitar que los rescates bancarios reduzcan drásticamente las finanzas de un país miembro y obliguen a rescates por parte de los demás. Pero la idea más novedosa es la de crear un ministro de Finanzas para mejorar la coordinación de las políticas nacionales de los países de la zona euro y prevenir eventuales rescates millonarios de bancos, tal como ocurrió en los casos de Grecia, Irlanda y Portugal.

“Una mayor integración parece ser la forma obvia de restaurar la confianza en la zona euro para favorecer el desarrollo de estrategias conjuntas para las finanzas de los países miembros y lograr reformas que promuevan el crecimiento”, señalaron las autoridades. La Comisión Europea (CE) rebajó la semana pasada su previsión de crecimiento de la zona euro en 2016 debido a riesgos tales como la desaceleración de las economías emergentes, en particular la de China. “Los riesgos que pesan sobre la economía se acentúan y surgen nuevos desafíos”, señala el comunicado de la CE. El órgano ejecutivo de la Unión Europea pronostica una expansión promedio de 1,7% del Producto Interno Bruto (PIB) en los 19 países de la zona euro, una décima menos que la del año pasado. Además, prevé que Francia, España y Portugal incumplirán sus objetivos de déficit fiscal para adaptar sus cuentas al Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que fija un techo de 3% para el déficit de las cuentas públicas y de 60% del PIB para la deuda pública. Según las previsiones de la CE, el déficit de la zona euro en 2016 será de 1,9% del PIB, una décima más que en sus proyecciones de tres meses atrás.

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