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Jocelerme Privert durante la sesión del Parlamento haitiano para elegir a un presidente interino, el sábado, en Puerto Príncipe, Haití. Foto: Héctor Retamal, Afp

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El presidente del Senado de Haití asumió la presidencia interina.

Jocelerme Privert, que dirigió el Senado de Haití este último mes, será el presidente de ese país. Su mandato terminará tras la segunda vuelta electoral, que será el 24 de abril.En menos de 100 días Privert tiene que encauzar el proceso electoral, lo que el ex presidente Michel Martelly no pudo hacer en un año, y recuperar la confianza de un país que reclama una democracia transparente.

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La elección de Privert fue luego de un debate parlamentario de casi 11 horas que empezó el sábado y terminó ayer. Privert, que asumió como presidente del Senado el 14 de enero, fue uno de los responsables del acuerdo para la salida de la crisis política firmado a unas horas de que Martelly abandonara el poder, el domingo 7. Allí se acordaron los mecanismos para formar un gobierno transitorio, cuyo objetivo es preparar al país para la segunda vuelta de las elecciones, el 24 de abril, y entregar el gobierno al presidente legítimamente electo el 14 de mayo. Antes, el presidente interino deberá nombrar a un nuevo primer ministro y ponerse de acuerdo con los demás actores políticos para la conformación de un nuevo Consejo Electoral que dé credibilidad a las elecciones. Con la asunción de Privert, se hizo realidad el deseo de Martelly, quien sugirió su nombre antes de abandonar el poder.

Privert es contador de profesión y comenzó su carrera política en 1995, cuando fue designado presidente de la Dirección General de Impuestos de Haití, organismo en el que trabajó desde 1979, según publicó el diario haitiano Le Nouvelliste. En 2001 fue nombrado secretario de Estado y Finanzas y en 2002 ascendido a ministro del Interior y de las Colectividades Locales, durante el gobierno de Jean-Bertrand Aristide. En 2004 fue detenido, acusado de ser el autor intelectual de una operación policial en la ciudad de Saint Marc, al norte del país, donde murieron varias personas. El ahora presidente interino haitiano, que negó las acusaciones y las atribuyó a una “venganza política”, fue liberado en 2006 por falta de pruebas en su contra. Cuatro años después, fue elegido senador, y siguió escalando hasta llegar a su posición actual.

El cargo de presidente provisional estaba disponible para cualquier “figura política” que se considerara capaz de ocuparlo, informó la Asamblea Nacional la semana pasada. Se presentaron 13 candidatos, la comisión que recibió las inscripciones evaluó a los aspirantes y la lista terminó reduciéndose a tres: el ex senador Edgar Leblanc Fils, del partido opositor Organización del Pueblo en Lucha, el independiente Dejean Belizaire y Privert. Durante la elección, la competencia fue reñida entre Leblanc Fils, apoyado ampliamente por los diputados, y Privert, respaldado por los senadores, lo que dio lugar a una segunda ronda de votaciones en la que venció el oficialista.

Privert había prometido, al anunciar su candidatura, un mandato caracterizado por la “búsqueda de consenso” y el respeto a todos los puntos del acuerdo de transición. Este acuerdo, que empezó a tomar forma ayer con la asunción de Privert, fue fuertemente cuestionado por la oposición haitiana, que lo calificó de “inconstitucional” y del que criticó la falta de una visión que tenga en cuenta sus reclamos y los de la gente. La Asamblea Nacional, sin embargo, hizo caso omiso y ahora se encamina a seguir los pasos del texto que impulsó el ex mandatario mientras en las calles los haitianos pedían a gritos su renuncia.

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