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Bernie Sanders (d), candidato presidencial demócrata, y el reverendo Al Sharpton, ayer, en un restaurante del barrio de Harlem, en Nueva York. Foto: Andrew Renneisen, Afp

El triunfo de los outsiders

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Después de las primarias de New Hampshire, Trump y Sanders pisan fuerte en la carrera hacia la Casa Blanca.

El republicano Donald Trump y el demócrata Bernie Sanders ganaron las elecciones primarias en el estado de New Hampshire, demostrando que tienen las herramientas necesarias para competir con el establishment político de Estados Unidos. Del lado demócrata, las primarias del martes dejaron claro que el camino hacia la presidencia no va a ser fácil para Hillary Clinton, aunque en general sigue siendo la precandidata favorita para la nominación. Para el Partido Republicano, New Hampshire fue una advertencia: Trump, lejos de ser el preferido del poder político tradicional, se consolidó como el candidato más fuerte, frente a un puñado de rivales moderados que no logran destacarse.

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Se rieron del empresario cuando presentó su candidatura, porque ¿qué podía saber él, un hombre de negocios y estrella de reality shows, sobre gobernar un país? Al senador de Vermont, en cambio, le reconocieron la trayectoria, pero lo tildaron de “utópico” y “soñador” apenas pronunció sus planes de gobierno. Nadie le veía futuro al veterano que se sienta en el ala “independiente” en el Senado y se anima a autodenominarse “socialista”, que es prácticamente una mala palabra en Estados Unidos. Sin embargo, ambos siguieron en campaña y llegaron a las elecciones primarias bastante arriba: en los caucus de Iowa, que iniciaron el proceso electoral, obtuvieron el segundo puesto en sus contiendas, el martes, en New Hampshire, triunfaron, y lo hicieron por un amplio margen.

El que venga

Trump ganó con 35,3% de los votos y una ventaja de casi 20 puntos porcentuales sobre el gobernador de Ohio, John Kasich, que alcanzó 16% de los votos. Detrás quedaron el senador de Texas Ted Cruz -que ganó en Iowa-, con 11,7%, el ex gobernador de Florida Jeb Bush (11%) y el senador de ese estado Marco Rubio -que había quedado tercero en las primarias anteriores- (10,6%). Chris Christie, que arrasó en el último debate, fue votado por 7,4% del electorado, y al conocerse los primeros resultados dijo que se daría “un respiro” de las elecciones. Ayer varios medios informaban que renunciará a la posibilidad de acceder a la candidatura. Quien ya hizo su anuncio en este sentido en Facebook fue la ex presidenta ejecutiva de Hewlett- Packard Carly Fiorina.

Los resultados de New Hampshire consolidaron a Trump como el candidato republicano más fuerte, pero no está claro con quién compite. Kasich, hijo del establishment al igual que Bush, obtuvo el segundo lugar tras una intensa campaña en este estado, pero podría tener dificultades en otros. Cruz, que parecía haberse despegado en Iowa, es en muchos aspectos tan radical como Trump y también desafía al “poder establecido”, pero parece que no lo suficiente para robarle votos. Rubio, cuyo tercer puesto sorprendió en Iowa, falló en el último debate y dejó en evidencia su inexperiencia. Ni Cruz ni Rubio obtuvieron en esta instancia resultados que les permitieran afirmarse como competencia ante Trump.

De a dos

La definición entre demócratas es mano a mano entre Sanders y Clinton. En Iowa Clinton ganó por muy poco y los resultados fueron casi un empate. En New Hampshire, el senador de Vermont consiguió 60,4% de los votos y la ex secretaria de Estado 38%. Estos números muestran que la competencia entre demócratas se mantiene reñida y que el trayecto de Clinton hacia la Casa Blanca, que se veía tan fácil en el inicio de la campaña, está amenazado por Sanders. El triunfo del senador marca un giro a la izquierda por parte de los votantes demócratas y el apoyo mayoritario entre los jóvenes. Es que Clinton representa la continuidad del actual presidente Barack Obama y Sanders la promesa de la “revolución política”: la educación y salud gratuitas y la lucha contra la concentración de la riqueza. “Juntos hemos enviado un mensaje que resonará de Wall Street a Washington, de Maine a California: el gobierno de nuestro gran país pertenece a todo el pueblo y no sólo a un puñado de ricos que contribuyen a las campañas”, dijo Sanders tras conocer los resultados. Clinton, por su parte, admitió que tiene “mucho trabajo por hacer, especialmente con los jóvenes”, y en su faceta más progresista señaló: “ningún banco es demasiado grande para caer” y “nadie es demasiado poderoso para evitar la cárcel”. Concluyó con el “yo sé cómo hacerlo” de siempre, con el que suele recordar su experiencia ante un Sanders “soñador”.

Según los medios estadounidenses, cuando la campaña viaje al sur y al oeste de Estados Unidos, Clinton recuperará terreno en estados en los que cuenta con más apoyo y la competencia tomará un matiz diferente. Pero para eso falta un poco: las próximas elecciones primarias tendrán lugar en Carolina del Sur, en el este del país, el sábado 20.

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