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El presidente interino de Brasil, Michel Temer, fue abucheado el viernes mientras inauguraba oficialmente los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en el estadio Maracaná. Los manifestantes, que se encontraban entre el público, sostenían carteles con consignas contra Temer y a favor de la presidenta Dilma Rousseff, suspendida en mayo para ser sometida a juicio político. El domingo, muchos brasileños expresaron su descontento en las redes sociales después de que se divulgó un video que muestra a cuatro policías expulsar a la fuerza de uno de los estadios a un hombre que muestra un cartel con la frase “¡Fuera Temer!”.

Frente a la crítica masiva que despertó el video, Mario Andrada, portavoz del Comité Olímpico Internacional, defendió que las normas de la organización de los Juegos prohíben la presencia de propaganda política en las sedes olímpicas. “A quienes hacen declaraciones políticas en las sedes olímpicas se les pide que se detengan. Si se resisten, se les pide amablemente que abandonen el lugar”, dijo Andrada en una conferencia de prensa. Mientras, en Twitter, miles de usuarios calificaban la medida de “represiva”.

Temer busca mantenerse en el poder hasta terminar el actual mandato y apuesta a la destitución de Rousseff, cuyo futuro político empieza a dibujarse hoy en una sesión que el Senado brasileño mantendrá durante 20 horas. En esta instancia se llevará a cabo la primera de las dos votaciones definitivas del proceso, que consiste en la aprobación del informe de la comisión de juicio político que recomienda la destitución de Rousseff. Para que este texto sea aprobado y el proceso llegue a su última fase, será necesaria una mayoría simple de los 81 senadores. Si llega a aprobarse, el Senado deberá volver a pronunciarse en una última votación, en la que una mayoría de dos tercios determinará si la presidenta suspendida vuelve al cargo o es apartada de forma definitiva.

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