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Dilma Rousseff, ayer, en la zona del Palacio de la Alvorada en Brasilia. Foto: Evaristo Sa, Afp

Parada en los pedales

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Hoy comparece Dilma Rousseff ante el Senado que decidirá su continuidad en el cargo.

Los cruces de declaraciones entre quienes defienden a la presidenta Dilma Rousseff y quienes piden su destitución marcaron las primeras dos jornadas del juicio político contra la mandataria. Esta etapa del proceso comenzó el jueves y terminará en una sesión de varios días que empezará mañana y en la que tendrá lugar la votación final. En la sesión de hoy, a partir de las 9.00, comparecerá Rousseff, que hablará durante 30 minutos y luego responderá preguntas de los senadores.

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Hasta ahora, durante el proceso del juicio político contra Rousseff el Senado se había mantenido como la cámara más seria y solemne, sobre todo en comparación con una Cámara de Diputados en la que las discusiones llegaron a los golpes y los votos de los legisladores a favor de iniciar el juicio político se dedicaron a Dios y a militares torturadores. Sin embargo, esto parece haber cambiado a medida que la tensión sube y se acerca el final del proceso. Los cruces verbales en la cámara alta llegaron a tal punto que el viernes, quien preside el juicio político, el presidente del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski, tuvo que interrumpir el proceso durante una hora para calmar los ánimos.

La mayoría de los enfrentamientos fueron protagonizados por la senadora Gleisi Hoffmann -que fue ministra de Luiz Inácio Lula da Silva y de Rousseff y pertenece al Partido de los Trabajadores (PT)- y el jefe de la bancada del derechista Demócratas, Ronaldo Caiado. Comenzaron el jueves en la sesión inicial del juicio y continuaron el viernes. Ese día Hoffmann dijo que el Senado “no tiene ninguna autoridad moral” para juzgar a Rousseff, porque 26 de los 81 senadores están acusados o son investigados por el Supremo Tribunal Federal (entre ellos la propia Hoffmann). Le respondieron no sólo Caiado y otros senadores ahora oficialistas, sino también el presidente del Senado, Renan Calheiros, quien se preguntó cómo una senadora podía decir algo así, y recordó que Hoffmann y su marido, el ex ministro Paulo Bernardo Silva, también son investigados en el máximo órgano judicial brasileño. En un momento, Calheiros se dirigió a Lewandowski y le dijo: “Su excelencia está siendo obligado a presidir el juicio en un manicomio”.

Las tensiones también se vieron alimentadas por las denuncias de los abogados de la defensa y de la acusación acerca de ataques verbales a los testigos de una y otra parte. En particular, el abogado de la presidenta, José Eduardo Cardozo, dijo que el ex ministro Nelson Barbosa, había sido “atropellado” por quienes buscan destituir a Rousseff y que se lo había tratado como a un acusado, cuando no lo era.

Durante el fin de semana hubo varias reuniones de las bancadas del Senado. En todas ellas se instó a calmar los ánimos en la sesión de hoy, en la que comparecerá la presidenta. Ayer se reunió la bancada que respalda al gobierno interino, integrada, entre otros, por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, el de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y Demócratas. El presidente del PSDB, Aécio Neves, dijo que será Rousseff la que marcará el tono de la sesión de hoy, y que “si hay provocaciones” serán respondidas “con altura”.

Para la sesión de hoy se espera la presencia, como invitados en las barras, de Lula y del músico Chico Buarque, que se ha pronunciado en contra del juicio político. Por su parte, la bancada que respalda al gobierno interino invitó a líderes de las organizaciones que impulsaron el juicio político, como Vem Pra Rua (Vení a la calle) y el Movimento Brasil Livre. Esta bancada minimizó la presencia de Lula y Buarque diciendo que sólo asisten para estar presentes en el documental que se está filmando sobre el impeachment, que es dirigido por la brasileña Anna Muylaert y cuyo director de fotografía es el uruguayo César Charlone.

Los senadores petistas Lindbergh Farias y Paulo Paím calificaron a la sesión de hoy como histórica. “Mostrará a una presidenta honesta, con valentía, ante aquellos que quieren condenarla por delitos que no cometió”, dijo Paím, haciendo referencia a una de las canciones más populares de las manifestaciones contra el impeachment, “Dilma, corazón valiente”, que también fue entonada en la campaña electoral. “Ella va a poder mirar a los ojos a los golpistas, y ellos, lo digo porque los conozco, no resistirán la mirada”, afirmó Farias.

Antes de ingresar al recinto, Rousseff será acompañada por militantes del Frente por la Democracia, integrado por varios partidos políticos, centrales sindicales y otros movimientos sociales. Estas movilizaciones fueron convocadas tanto en Brasilia como en otras capitales estaduales.

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