Las críticas de las organizaciones de familiares de víctimas de la dictadura tuvieron resultado y el presidente argentino, Mauricio Macri, dio marcha atrás. La semana pasada el mandatario aprobó un decreto para eliminar algunos feriados sándwich, estableciendo que algunos son inamovibles y otros deben trasladarse al lunes más próximo a la fecha señalada. Entre los movibles estaban el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el 24 de marzo, y el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, el 2 de abril.
La decisión le valió críticas de organizaciones sociales y dirigentes políticos, tanto opositores como aliados. Cuatro intendentes y dos gobernadores aprobaron que el 24 de marzo haya asueto, algo que están habilitados a hacer según las leyes argentinas.
También surgieron críticas dentro de Cambiemos, la coalición que llevó a Macri a la presidencia, especialmente de la Unión Cívica Radical (UCR), pero también desde Propuesta Republicana (Pro), el partido de Macri. Desde la UCR el diputado Ricardo Alfonsín, hijo de Raúl Alfonsín, que fue el primer presidente al regreso a la democracia, consideró que trasladar el feriado implica “una incomprensible banalización” de la fecha. Por su parte, desde el Pro, el secretario de Derechos Humanos de Buenos Aires, Santiago Cantón, criticó la forma en que procedió el gobierno y consideró que debería haber consultado a los organismos de derechos humanos antes de publicar el decreto.
Los diarios argentinos La Nación y Clarín informaron ayer que Macri dará marcha atrás con la decisión y hoy publicará otro decreto para establecer que el 24 de marzo y el 2 de abril sean feriados inamovibles. La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, consideró que “es una buena noticia” después de “un error político imperdonable”.