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El senador Pat Roberts (i), el diputado Mike Pompeo (c) y el ex senador Bob Dole, durante la audiencia de confirmación de Pompeo para ser el director de la CIA, ayer, ante el Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos. Foto: Joe Raedle, AFP

Los designados para dirigir el Departamento de Defensa y la CIA se desmarcan de la postura de Trump acerca de Rusia

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El próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a insistir en que Rusia no cuenta con información que lo deja mal parado, como informaron algunos medios, y dijo que el propio director de inteligencia consideró “falsa” esa noticia. El mismo día, dos miembros importantes de su equipo de gobierno alertaron sobre el peligro que representa Moscú para su país, una postura que se aleja de la que Trump sostuvo desde que empezó la campaña electoral.

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Siguen las repercusiones en Estados Unidos por el informe que circuló esta semana que alega que, según las agencias de inteligencia estadounidenses, Rusia tiene información comprometedora sobre Trump que podría usar para chantajearlo durante su mandato. Hasta ayer, sólo Rusia y el presidente electo habían negado que eso fuera cierto. Pero el miércoles de noche, el director nacional de inteligencia, James Clapper, llamó por teléfono a Trump y, según el presidente electo, calificó de “falso” y “ficticio” el informe. Esto no coincide exactamente con lo que alegó Clapper, quien se limitó a desvincular a la inteligencia del conflicto.

Mientras Trump se refería a este caso, y pese a la sintonía con Rusia que mantuvo durante toda su campaña, varios integrantes de su futura administración cuestionaban a Moscú. Es el caso de Mike Pompeo, el elegido para encabezar la CIA, quien dijo ayer que Rusia es una de las principales “amenazas” para Estados Unidos. “Rusia se ha reafirmado agresivamente, invadiendo y ocupando Ucrania, intimidando a Europa y haciendo prácticamente nada para ayudar en la destrucción del [grupo yihadista] Estado Islámico”, dijo Pompeo ante el Comité de Inteligencia del Senado en su audiencia para confirmarlo en el cargo. Consultado sobre el polémico informe, Pompeo dijo, tomando clara distancia de las respuestas de Trump: “No hay duda de que el presidente ruso, Vladimir Putin, está tratando de sembrar dudas entre la comunidad política estadounidense”.

El otro que cuestionó a Rusia ayer fue el general retirado James Mattis, candidato de Trump para dirigir el Departamento de Defensa, en su audiencia ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado. Mattis acusó a Putin de “haber querido romper” la OTAN y dijo que el gobierno debe dar los pasos “necesarios”, en los ámbitos militar, diplomático y económico, para “defender” al país de esa actitud agresiva. Prometió que, una vez en ese puesto, deberá “confrontar a Rusia en algunos asuntos” y aseguró que el orden mundial establecido por Estados Unidos está siendo atacado “como nunca desde la Segunda Guerra Mundial” por Rusia, el terrorismo yihadista y el comportamiento de China en el Mar de China Meridional.

Mattis, que dejó el uniforme en 2013, logró ayer el visto bueno del presidente del Comité de las Fuerzas Armadas, John McCain, para obtener una exención a la ley que prohíbe que un militar que se retiró hace menos de siete años sea el titular de Defensa. Al respecto, McCain dijo que “no hay persona más necesaria en el momento actual” que este general conocido como Perro Loco, pero todavía no está claro si logrará obtener el apoyo de la mayoría del Senado.

Por otra parte, el equipo de transición presidencial anunció ayer que el ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, se integrará al cuadro de Trump para luchar contra los ataques informáticos, en un momento en que el tema está en pleno debate en el país. Giuliani deberá crear un plan oficial de ciberseguridad y será el encargado de iniciar el proceso de consultas entre el futuro mandatario y directivos de empresas que sufrieron hackeos para conocer cómo enfrentaron el problema, establece el comunicado oficial. “La intrusión cibernética es el crimen que más rápidamente crece en Estados Unidos y en gran parte del mundo”, agrega.

Giuliani dijo ayer que la ciberdefensa de Estados Unidos “no es la que debería ser, no sólo en el gobierno, sino en el sector privado”, y opinó que se podría hacer más que lo que se está haciendo. Agregó que, a pesar de que el país “invirtió muchos esfuerzos en recoger información y hacer cosas muy creativas en internet”, no se centró lo suficiente en la defensa informática, lo cual hizo que “se quedara atrás” en esa materia.

Giuliani fue alcalde de Nueva York durante siete años y actualmente preside una firma de consultoría de seguridad. Es amigo de Trump y fue uno de sus principales asesores durante la campaña, aunque no aceptó sumarse a su gabinete, según se informó oficialmente.

Trump anunció que una vez que llegue a la Casa Blanca creará un equipo para que en 90 días le presente un plan para poder combatir los hackeos de “Rusia, China y otros países y personas”.

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