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Protesta del grupo de acción No al Cambio Climático, el sábado, en Bonn, Alemania. Foto: Bernd Thissen, AFP

Líderes mundiales reunidos en Bonn preparan el terreno para implementar el Acuerdo de París

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La cumbre del clima de Bonn (COP23), que empezó la semana pasada en Alemania, entró ayer en la recta final de las negociaciones que pretenden ultimar los detalles para la implementación del Acuerdo de París contra el cambio climático. En todas las rondas de debate, las miradas están puestas en Estados Unidos, el único país que, tras la adhesión de Siria la semana pasada, quedó afuera del pacto global.

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En estos días, Estados Unidos es el blanco de críticas por parte de gobiernos, organizaciones medioambientales e incluso líderes estadounidenses que rechazan la decisión del presidente Donald Trump de abandonar el Acuerdo de París. La situación se complicó más para Washington en las últimas semanas, ya que Nicaragua y Siria decidieron sumarse y Estados Unidos quedó completamente aislado del acuerdo que cerca de 200 países firmaron para reducir las emisiones de dióxido de carbono, entre otras cosas. El problema es que, debido a las reglas impulsadas por el propio ex presidente Barack Obama, la salida del Acuerdo de París no podrá hacerse efectiva hasta 2020, por lo que su delegación de 48 funcionarios sigue formando parte de las negociaciones. Esto enfureció a muchos de los presentes en la cumbre de cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que termina el viernes.

Un ejemplo de este malestar es el de la Alianza Africana por la Justicia Climática –que engloba a más de 1.000 organizaciones civiles de ese continente–, que pidió a los organizadores que los delegados de Estados Unidos sean expulsados de las reuniones en las que se negocian las reglas de un acuerdo del que “no quieren formar parte”.

La administración de Trump no envió a ningún alto cargo a la COP23, pero Estados Unidos sigue ejerciendo un liderazgo climático “en la sombra” mediante el enviado especial sobre las ciudades y el cambio climático de la ONU, el ex alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, y el gobernador de California, Jerry Brown, quien está a favor de continuar la lucha contra el calentamiento global a pesar de la decisión de su presidente.

De hecho, en una reunión de líderes regionales que se hizo el domingo bajo la consigna de que las políticas locales son fundamentales para suplir “la falta de ambición” de los gobiernos centrales ante “una amenaza real”, Brown aseguró: “No podemos dejar que el mundo se vaya al garete porque Trump se dedica a difundir engaños”. Hacía referencia a la creencia del mandatario de que el calentamiento global no existe y es “un invento de los chinos”. El gobernador demócrata consideró además que Estados Unidos sólo está “temporalmente” en “los márgenes” de la acción política contra el cambio climático, y que “volverá” más pronto que tarde, poniendo todas sus fichas en las elecciones legislativas del año que viene, que podrían alterar las mayorías en el Congreso.

Según la secretaria de la ONU para el Clima, Patricia Espinoza, este encuentro de líderes regionales fue “importante” porque los gobiernos por sí solos no están logrando alcanzar los objetivos trazados.

Otra instancia fundamental tuvo lugar ayer, cuando distintos alcaldes reclamaron a los gobiernos nacionales –en consonancia con lo hablado el día anterior por los líderes regionales– que exploren nuevas formas de financiación que pongan en marcha las medidas decididas en el Acuerdo de París.

En este sentido, el alcalde de Sevilla y embajador de la Alianza de Alcaldes, Juan Espadas, explicó que “no es posible tener limitaciones a la inversión y cumplir con otros objetivos que pueden incurrir en contradicciones presupuestarias”. El alcalde de Quito, Mauricio Esteban Rodas, adelantó que las medidas financieras concretas serán puestas sobre la mesa en diciembre, en una reunión propuesta por el presidente francés, Emmanuel Macron, quien desde el domingo se encuentra en Bonn para seguir de cerca la cumbre. También están presentes en la ciudad la canciller alemana, Angela Merkel, y el secretario general de la ONU, António Guterres, así como más de 100 ministros.

Además, la COP23 recibió ayer a los principales autores del Presupuesto Global de Carbono, que expuso una realidad preocupante: las emisiones mundiales de dióxido de carbono procedentes de la quema de combustibles fósiles crecerán 2% en 2017, luego de estar tres años estancadas. Una de las principales razones de este fenómeno, según el estudio que elaboran anualmente cerca de 80 científicos de 15 países, es el aumento del uso de carbón por parte de China.

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