Fuerzas de seguridad argentinas irrumpieron en un campamento de mapuches que reclamaban como propias tierras que son administradas por el Estado. El sábado, sus disparos mataron a Rafael Nahuel, un joven mapuche de 22 años. Organizaciones militantes por los derechos humanos marcharon ayer para repudiar lo ocurrido y exigir justicia.
A comienzos de la semana pasada, el Parque Nacional Nahuel Huapi presentó una denuncia ante la Justicia por la ocupación de tierras en Villa Mascardi, una localidad que se encuentra 35 kilómetros al sur de Bariloche. Allí, el 14 de setiembre ingresó un grupo de mapuches de la comunidad Pillan Mahuïza, armó un campamento precario y fundó lo que denominó el Lof Lafken Winkul Mapu. Los mapuches consideran que tienen un derecho ancestral sobre este territorio, que está a cargo de la Administración de Parques Nacionales de Argentina, dependiente del Ministerio de Turismo.
Después de que se presentara la denuncia, se abrió una instancia de negociación, mediada por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. El jueves el juez Gustavo Villanueva ordenó el desalojo del lugar y manifestó que la negociación había fracasado. Los mapuches aseguran que las conversaciones continuaban, que sólo dos horas antes se habían reunido con la fiscal que intervenía en las negociaciones, Silvia Little, y que estaba previsto que al día siguiente llegara al lugar la abogada defensora Roxana Villafañe. “Hemos tenido reuniones y manteníamos el diálogo cuando todo se precipitó”, aseguró Patricia, una de las pocas mapuches que hicieron declaraciones a medios de comunicación.
Los mapuches en el campamento eran entre 30 y 50, y casi 300 efectivos se dirigieron al lugar para cumplir con la orden de desalojo. A sabiendas de que se había emitido la orden, algunos hombres y mujeres del grupo se refugiaron en un monte que hay detrás de donde estaba el campamento y dejaron allí a otras mujeres y niños. Esta es una práctica que a veces llevan a cabo los grupos indígenas cuando ocupan, de forma tal que primero sean desalojados las mujeres y los niños de forma pacífica para que después queden sólo los que resistirán el desalojo.
Cinco mujeres y cinco niños, de entre uno y diez años, fueron desalojados y detenidos durante varias horas, lo que generó múltiples protestas de organizaciones de derechos humanos locales, abogados –dos de los cuales presentaron un escrito ante la Justicia por esto– y una movilización de unas 20 personas frente a la comisaría de la Policía Federal en Bariloche. “Acá hay niños detenidos por el Estado”, reclamó una de las asistentes a la movilización. Horas después los niños y las mujeres fueron liberados.
El sábado, ya sin mujeres ni niños, algunos hombres regresaron al campamento, con lo cual también lo hicieron las fuerzas de seguridad, que además instalaron controles en los caminos que conducen al lugar para impedir que llegaran familiares o activistas. En el campamento se produjo un enfrentamiento, sobre el cual no hay información oficial, y los disparos de las fuerzas estatales mataron a Rafael Nahuel. Medios locales publicaron declaraciones de policías que pidieron no ser identificados que dijeron que los mapuches les dispararon con armas de fuego. Tanto Patricia como María Nahuel, la portavoz de los mapuches del campamento y tía de Rafael, dijeron que allí no había armas de ese tipo.
Según los medios locales y personas que lo conocían, Rafael tenía 22 años, aunque algunos medios argentinos informaban que tenía 27. Era carpintero y trabajaba en una organización social que promovía el trabajo manual entre jóvenes con problemas vinculados al consumo de drogas o desempleados.
Rafael recibió un balazo por la espalda que le atravesó la nalga, según informaron medios argentinos. Hay otras dos personas heridas; una es un hombre cuya identidad se desconoce y la otra es Micaela Johana Colhuan. Ayer el Ejército informó que ella es soldado voluntaria de la Escuela Militar de Montaña desde abril de 2016. Fue la madre de Micaela quien informó que ella le envió un mensaje para decirle que estaba herida y permanecía oculta en el monte. Dos mapuches que estuvieron en el enfrentamiento fueron detenidos y se supone que otros también se encuentran en el monte, escondidos.
Varias decenas de personas asistieron ayer a Plaza de Mayo, a partir de una convocatoria del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia y la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional, para rechazar la represión y exigir justicia. La tía de Rafael y vocera de los mapuches del campamento, María Nahuel, afirmó que “lo mataron a sangre fría” y dijo: “Ojalá el Estado haga justicia por un mapuche”. Agregó: “Le dispararon para matarlo, con balas de plomo”.
La investigación del enfrentamiento quedó a cargo de Villanueva, el mismo juez que ordenó el desalojo y que, más de 24 horas después de los hechos, ordenó que fueran requisadas las armas utilizadas por las fuerzas de seguridad. Ayer se evaluaba la posibilidad de rastrillar en busca de pruebas el lugar donde estaba el campamento, que fue destruido por las fuerzas de seguridad.
Los detenidos son Lautaro Alejandro González y Fausto Horacio Jones Huala, hermano de Facundo Jones Huala, referente de la lucha mapuche. Su presencia en el lugar ha sido utilizada por algunos sectores como un indicio del supuesto vínculo entre el campamento de Villa Mascardi y la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), una agrupación que defiende el endurecimiento de la resistencia de los mapuches ante los ocupantes de sus tierras ancestrales. Por ejemplo, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, afirmó ayer: “La RAM es un grupo violento, autoritario”, ante el cual hay que responder con “la aplicación de la ley”. Hace varios días medios como Clarín y La Nación informaban, citando fuentes policiales, que el predio había sido ocupado por el grupo RAM.
Los mapuches que estuvieron en el campamento negaron de plano estos vínculos. “Esa versión es una gran mentira. Fueron a ese lugar porque necesitaban volver a un territorio propio para poder desarrollarse”, aseguró a Página 12 Luis Pilquiman, responsable en la zona del Parlamento Mapuche, quien agregó que el gobierno promueve estas ideas para “hacer creer que el pueblo mapuche es el enemigo interno” y “justificar la avanzada contra la comunidad”.