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Mauricio Macri, pronuncia un discurso junto a la vicepresidenta, Gabriela Michetti, durante la inauguración del 135º período de sesiones ordinarias del Congreso, ayer, en Buenos Aires. Foto: Juan Mabromata, AFP

Pese a las resistencias, Macri insistió ante el Congreso con las reformas que promueve su gobierno

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El presidente argentino, Mauricio Macri, dio el discurso en la apertura de sesiones del Congreso subrayando las prioridades que tendrá su gobierno en este año y sobrevoló proyectos que generan resistencia, como la baja de la edad de imputabilidad, la reforma para permitir la minería en los glaciares y el conflicto de los docentes.

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Macri habló de la necesidad de que se aprueben varias reformas: la tributaria, la electoral, la del sistema penal juvenil -que incluye bajar la edad de imputabilidad de 16 a 14 años-, la de minería -que en el proyecto gubernamental habilita el desarrollo de esta actividad en zonas que hoy están protegidas por la Ley de Glaciares- y la del Código Procesal Penal. “La Argentina se está poniendo de pie. Aparecen señales de mejora de la economía”, dijo, antes de agregar que está seguro de que 2017 será un mejor año que 2016.

El presidente llegó al Congreso en un helicóptero y su equipo de seguridad le permitió ingresar al edificio sin pasar por la manifestación que se desarrollaba afuera, conformada en su mayoría por docentes. Estos trabajadores reclamaron que se convoque lo que se conoce como “paritaria docente nacional”, una especie de consejo de salarios en el que se definen los aumentos para el sector. A su vez, esos aumentos condicionan los que alcancen los gobiernos y los sindicatos provinciales. Las protestas se deben a que el Ejecutivo de Macri anunció que este año no convocará a la paritaria nacional.

El presidente pudo evitar las protestas que estaban fuera, pero no las que se desarrollaban adentro del Congreso. En la Asamblea General, la oposición lo recibió con carteles que exigían la liberación de la líder de la organización Túpac Amaru, Milagro Sala, y otros que reclamaban la convocatoria a la paritaria docente nacional y el fin de los conflictos de intereses en los que aparece involucrado el presidente.

Al dirigirse a los parlamentarios, Macri mencionó la situación de los docentes, pero lateralmente. Dijo que es necesario “cuidarlos”, para lo cual pidió que se endurezcan las penas para quienes los agreden, y que se cree un instituto de calidad educativa. Pero hizo otro comentario que generó polémica. “No creo que Baradel necesite que nadie lo cuide”, dijo, refiriéndose al titular del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires, Roberto Baradel, que ha denunciado que tanto él como su familia han recibido amenazas de muerte. Después del discurso, Baradel recurrió a la Justicia por esa afirmación, que interpretó como una “amenaza velada”.

Esta denuncia llegó después de que el fiscal Jorge di Lello imputara a Macri por los delitos de asociación ilícita y tráfico de influencias, entre otros, por la adjudicación de rutas aéreas a la empresa Avianca, que es propiedad de la firma Macair Jet, que es, a su vez, del Grupo Macri, liderado por el padre del presidente, Franco Macri. El presidente se refirió a esta situación en su discurso: “Pedí a la Oficina Anticorrupción que se parara e investigara ante cualquier suspicacia frente a un potencial conflicto de intereses. Quiero que todo sea transparente”, dijo, y también pidió a los empresarios que se comprometan con “la ética y la transparencia”.

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