Ingresá

Una calle de Buenos Aires, ayer, durante el paro general de 24 horas en Argentina. Foto: Eitan Abramovich, AFP

Se entiende

3 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Las centrales sindicales de Argentina y casi todos los gremios se sumaron ayer a un paro general contra la política económica del presidente Mauricio Macri, en una jornada en la que se paralizaron el transporte público, los aeropuertos, los bancos y otros servicios.

El paro de 24 horas fue convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central sindical, y contó con la adhesión de las dos dirigencias de la otra gran central, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). Tenía como principal objetivo reclamar el aumento de los salarios y la apertura de las importaciones, así como condenar los despidos masivos y la alta inflación.

Héctor Daer, miembro del triunvirato que dirige la CGT, dijo a los medios argentinos que la adhesión al paro general fue “contundente”. A la vez, confió en que el gobierno de Macri adoptará “una visión objetiva” de la medida de protesta de ayer para que, de ahora en más, se puedan encontrar entre las partes “los caminos para rectificar las políticas” que llevaron a que haya “52.000 puestos de trabajo” menos en la industria y “menos trabajadores en todos los sectores”.

En una conferencia de prensa que los representantes sindicales dieron antes del mediodía, el secretario de prensa de la CGT, Jorge Sola, destacó la masividad de un paro que dejó “vacías” las “calles de las principales ciudades del país”. Fue una “jornada de lucha contra una política económica que no contiene a los trabajadores y está pegando fuertemente en su poder adquisitivo”, resumió Sola. En su opinión, “la protesta tiene como objetivo llamar la atención para que el gobierno cambie” el rumbo.

El secretario adjunto del gremio de camioneros, Pablo Moyano, pidió al gobierno que “tome nota de la contundencia del paro” y advirtió que, si no lo hace, el conflicto “se va a ir profundizando”. El dirigente agregó: “Queda claro que [Macri] sólo gobierna para un pequeño sector, que es el que sigue ganando”.

Las imágenes divulgadas ayer por medios argentinos mostraban calles de Buenos Aires desiertas y comercios con las persianas bajas. Allí, en la capital argertina, el presidente inauguraba el Foro Económico Mundial para América Latina, donde hizo una referencia indirecta al paro. “Qué bueno que estemos todos acá, trabajando”, dijo Macri ante más de 1.000 invitados extranjeros.

Para el gobierno, el paro es “innecesario” porque ya se están notando mejoras económicas en el país. “Es un paro que tiene la adhesión de todos los gremios y que sin duda afecta a muchos de los que quieren ir a trabajar hoy en Argentina. Hay mucha gente que cree que es a través del trabajo que resolvemos los problemas y no parando”, dijo el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en declaraciones al canal Todo Noticias.

Además, Triaca insistió en que el paro fue convocado con fines políticos: “Hay muchos dirigentes sindicales que durante mucho tiempo no les hicieron ningún planteo a los gobiernos anteriores por los problemas que nosotros hemos resuelto, y me parece que ahí se esconde una visión política del paro”. Antes del paro, otros funcionarios del gobierno también manifestaron que una de las motivaciones de los sindicalistas era ganar apoyo a seis meses de las elecciones legislativas en el país.

Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, pidió a los argentinos que salieran “a trabajar, en bicicleta, auto, camión, furgoneta, o lo que sea”, para evitar someterse a lo que quieren “las mafias” que “quieren impedir” que la gente “ejerza sus derechos”. Además, advirtió que todos los piquetes que bloquearan la circulación en Buenos Aires iban a ser “desalojados”. Ayer ese “desalojo” lo lideró la Gendarmería con un operativo de seguridad que incluyó gas pimienta y camiones hidrantes contra los manifestantes.

Los piquetes fueron organizados por distintos sectores sociales y políticos de izquierda, y no por la CGT, que repudió la represión pero se desmarcó de esas protestas. “Es una medida que no compartimos”, dijo Sola, y agregó que el paro era bastante contundente sin necesidad de piquetes.

Como respuesta al gobierno, uno de los integrantes del triunvirato al frente de la CGT, Juan Carlos Schmid, dijo que si hay mafia en Argentina, “que la busquen en la especulación financiera”.

A la hora de hacer el balance del paro, Daer lo calificó de “contundente” y Schmid dijo que fue una jornada “ejemplar y una apuesta al futuro”. Por su parte, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, lo calificó como “un paro sindical focalizado en el transporte y en las grandes ciudades”.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura