Ingresá

Los tres candidatos a la presidencia del Partido Socialista Obrero Español, Susana Díaz, Patxi López y Pedro Sánchez, posan para la prensa antes del debate, ayer, en Madrid. Foto: Pierre-Philippe Marcou, AFP

Debate de candidatos del PSOE mostró posturas irreconciliables de los dos favoritos

4 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) celebra este domingo unas elecciones primarias para elegir al secretario general que reemplazará a la gestora que, de manera temporal, lidera la formación desde octubre. Los tres candidatos al cargo mantuvieron ayer el único debate previsto en la campaña, uno que mostró cuán profundas son las fisuras internas.

Las propuestas de los tres aspirantes al liderazgo del PSOE quedaron ayer en segundo plano en un debate marcado por los enfrentamientos entre los dos favoritos: el ex secretario general del partido Pedro Sánchez y la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. El tercero en carrera, Patxi López, se presentó como el candidato de la unidad e insistió en que la disputa entre sus dos rivales es precisamente uno de los frenos principales para que el PSOE salga de la crisis interna.

El debate, que duró dos horas, giró alrededor de tres temas principales: la abstención socialista que en octubre permitió que el conservador Mariano Rajoy formara su actual gobierno; la forma de afrontar la relación con Cataluña; y el vínculo que los socialistas deberían mantener con los izquierdistas de Podemos. Todo esto dentro de los tres bloques temáticos en los que se dividió el encuentro: político, socioeconómico y modelo de partido.

La primera en intervenir fue Díaz, quien intentó pintar a Sánchez como un político sin criterio propio, que cambia de opinión en función de sus intereses, egocéntrico, y que ni siquiera es pro Ciudadanos o pro Podemos, sino “sólo pro Pedro Sánchez”, como le dijo en determinado momento. Después, la líder andaluza recordó que el PSOE tuvo sus peores resultados electorales cuando Sánchez estaba al frente. En ese sentido, mencionó más de una vez que Sánchez cosechó 85 diputados en las últimas elecciones y, en contraposición, puso como ejemplo su triunfo en Andalucía, donde superó por más de diez puntos al gobernante Partido Popular (PP), aunque haya obtenido el peor resultado de la historia del PSOE en esa región.

Otro de sus ataques tuvo que ver con la poca claridad que, según Díaz, tiene su principal rival respecto del modelo territorial de España. “Eres la primera persona a la que escucho hablar de naciones culturales, eres muy imaginativo”, ironizó Díaz sobre el término que emplea Sánchez en su programa para referirse a Cataluña y al País Vasco.

También le reprochó sus cambios en el discurso a la hora de tratar la resolución de la crisis institucional y política en Cataluña. “Tú entras y sales, sales y entras. No digo que seas voluble, digo que cambias de opinión en función de lo que te venga bien. No mientas, cariño. No se puede tener cada día de la semana una opinión distinta, o 19, por las comunidades y ciudades autónomas que hay”, dijo la candidata.

Acerca de Podemos, le manifestó: “Quiero ganarles a Podemos y al PP. Lo que no sé es lo que tú quieres con Podemos”. En su turno, Sánchez negó que quiera ir “codo a codo” con el líder de ese partido, Pablo Iglesias. “Queremos que el PSOE sea el partido de la izquierda de este país. El PSOE no puede perder su aspiración de vertebrar el cambio, a eso me refiero”, explicó.

Por su parte, y para sorpresa de todos, Díaz prometió: “Si no consigo que el partido remonte electoralmente, me iré sin hacer ruido”. La candidata evitó tocar el tema de la abstención que permitió a Rajoy formar gobierno, y que se votó unos días después de que Sánchez dimitiera. Sin embargo, fue el primer punto al que se refirió Sánchez cuando empezó su intervención. “O curamos o cronificamos esa mal llamada abstención. No ha servido para cambiar en nada este país; ahí esta la fractura social, territorial y política. Mariano Rajoy es una manzana podrida en el cesto de la democracia”, dijo el ex secretario general, antes de agregar que la abstención dejó al PSOE “en tierra de nadie”.

Más adelante, negó las acusaciones de Díaz de que no tiene claro el modelo territorial de España, y aseguró que defiende la soberanía del pueblo español dentro de una España plurinacional, una posición que hasta hace poco ella misma defendía, según dijo el candidato. Por otro lado, Sánchez acusó a Díaz de ser desleal por haber permitido que un secretario general tuviera que dimitir por no poder cumplir la palabra que les dio a sus votantes y militantes. Por eso, prometió que recuperará un PSOE “creíble, coherente, a la izquierda y alejado del PP”. La andaluza respondió más tarde haciendo alusión a la pérdida de apoyos que el dirigente sufre en el partido: “Entiendo que trates de justificar tu derrota conmigo. Pero tu problema no soy yo, Pedro, tu problema eres tú. Tu problema es que de los 38 miembros de la Ejecutiva Federal sólo siete siguen contigo”.

En otro tramo del debate, Sánchez dijo que si no es presidente de España es porque “puso unas condiciones sobre la mesa” que Iglesias “no quiso aceptar”, haciendo referencia al pacto que pretendía concretar con Podemos para lograr ser investido en lugar de Rajoy. “No eres presidente porque teníamos 85 diputados”, replicó Díaz, que recordó que la intención de Sánchez era celebrar un congreso anticipado sólo para intentar ser reelegido. Casi al final, Sánchez prometió que si es electo secretario general, la “primera medida” que tomará será pedir la dimisión de Rajoy.

Desde fuera del ring

Por su parte, y casi al margen, López esquivó los planteamientos de sus oponentes, ya que, según opinó, no constituían ni el núcleo del debate ni lo que esperaban de ellos los ciudadanos. El ex lehendakari aseguró que el PSOE está como está precisamente por el enfrentamiento interno de sus dirigentes y por la falta de un proyecto común. Por eso, rechazó la división y llamó a la unidad primero dentro del PSOE, para a partir de ahí poder recuperar la unidad de los españoles.

El político vasco se mostró más crítico con Sánchez, a quien también cuestionó sobre sus cambios de criterio y hasta le preguntó si sabía qué significa el concepto de “nación”, en el apartado sobre el modelo territorial de España. “Una nación, respecto del sentimiento cultural, no llega a Estado”, dijo López, en coincidencia con Díaz. En respuesta, Sánchez le dijo después que una nación es “un sentimiento que tiene una ciudadanía por razones culturales, lingüísticas e históricas”.

Por otro lado, el ex lehendakari volvió a rechazar la propuesta de Sánchez de presentar una candidatura en conjunto. Hace unos días, Sánchez había dicho que “había hecho suyo” el proyecto de López, a lo que el vasco contestó: “Me parece bien que copies mis ideas si tú no tienes”.

Respecto de la famosa abstención, también se mostró contrario a haber facilitado otro gobierno del PP, pero insistió en que seguir esa discusión después de siete meses no iba a llevarlos a nada. “Podemos pasarnos debatiendo todo el día el error que fue abstenernos. Hicimos que Rajoy no hiciera sus deberes. Pero esto nos lleva a la melancolía, a seguir peleándonos, a ver quién es más malo”, afirmó.

En el último minuto, los tres candidatos expresaron qué esperan que pase después del domingo. López insistió en la necesidad de “unir al PSOE para salvar al PSOE”, Sánchez dijo que está en juego el renacer de los socialistas para volver a situar al partido a la izquierda y ganar al PP, y Díaz pidió que vuelva la fraternidad a las filas socialistas.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura