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Daniel Sturla. Foto: Pablo Vignali

Sturla negó que se haya violado la laicidad en Salto

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En su audición en radio Oriental, el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, opinó que es “absolutamente lamentable” la polémica generada a raíz de la charla sobre el aborto en el liceo 1 de Salto, “escándalo que fue urgentemente reprimido por nuestras autoridades de la enseñanza”, a su entender, con el inicio de un sumario sobre la directora del liceo, Diana Lucero.

El arzobispo puso en cuestión que en el taller se haya violado la laicidad. “La laicidad parece entenderse en el sentido de única dirección, la dirección que propone la hegemonía cultural en la que nos encontramos, donde nombrar a Dios o que, ¡horror!, haya aparecido una imagen de la Virgen María en la cartera de la dama, y que se haya caído y que haya podido aparecer en un liceo, parecería que fuera una situación que resquebraja el edificio de la laicidad uruguaya. Esto está llegando al ridículo”, consideró.

Citó la columna del monseñor Alberto Sanguinetti: “¿Qué mal les puede hacer a jóvenes de 17 y 18 años que oigan a unas 'exageradas' señoras que les dicen que ellas piensan que no es bueno abortar y exponen algunos datos científicos? ¿Hay tanto miedo a un poquito de libertad de enseñanza?”, dijo Sturla parafraseando la columna del obispo de Canelones.

“El tema es ir contra esta hegemonía cultural que se nos quiere imponer, que tiene que ver con la ideología de género”, siguió Sturla, y cuestionó que se entienda que el aborto es un derecho. “Se habla de la agenda de derechos, cambiando totalmente el sentido de la ley”. A su entender, la “hegemonía cultural” permite “hablar de sexo siempre y cuando esto sea manifestado como una realidad placentera, donde lo único importante es no enfermarse, no hacer daño a otro y no quedar embarazada las chicas; pero fuera de eso parecería que, en algo que afecta tanto la intimidad de las personas y las inclinaciones más profundas de la naturaleza humana, no hay una norma moral”. “Esto sería retrotraernos a la época de las cavernas, al hombre guiado solamente por sus instintos”, opinó.

“En este Uruguay laico y plural parece que lo único que está condenado al ostracismo, lo único que no puede entrar dentro de la pluralidad es una visión humanista y abierta”, remató.

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