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Natalia Veselnitskaya durante una entrevista en Moscú, el 8 de noviembre de 2016. Foto: Yury Martyanov, AFP

Trump insiste en que la información sobre la reunión de su hijo con una abogada rusa forma parte de una “caza de brujas”

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Después de un llamativo silencio sobre el tema, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, minimizó el nuevo capítulo sobre la “trama rusa” que, esta vez, protagoniza su hijo mayor, Donald Jr. La polémica surgió el sábado, cuando el diario The New York Times publicó que el primogénito del mandatario se reunió en junio de 2016 con la abogada rusa Natalia Veselnitskaya, supuestamente vinculada con el Kremlin, con la esperanza de obtener información para perjudicar a Hillary Clinton, la entonces rival demócrata de su padre en la carrera por la Casa Blanca.

Donald Jr dijo el martes de noche, en una entrevista con el canal Fox, que la reunión con la abogada “no llevó a ninguna parte” y que, como “no había nada para contar”, fue “una total pérdida de 20 minutos”. A la vez, reconoció que esperaba obtener “pruebas tangibles” sobre “escándalos” de Clinton, pero sólo para saber a quién se enfrentaba su padre.

Ayer, el presidente se refirió a estas declaraciones. “Mi hijo Donald hizo un buen trabajo [...] Fue abierto, transparente e inocente. Esta es la mayor caza de brujas en la historia política”, tuiteó. Además, en un intento por restarle importancia al asunto, aseguró que la Casa Blanca “está funcionando perfectamente”, centrada en temas como la nueva ley de salud, la reforma fiscal y “muchas otras cosas”.

Antes de que se emitiera la entrevista en Fox, el hijo de Trump divulgó en Twitter, para ser “totalmente transparente”, una serie de correos de su encuentro con Veselnitskaya, que fue concretado por el publicista británico Rob Goldstone. Este y su familia tienen un vínculo cercano con los Trump, al menos desde que el republicano se postuló a la presidencia, en junio de 2015.

En uno de esos correos, Goldstone le adelantó que iba a recibir “una información de muy alto nivel” acerca de Clinton que formaba parte “del apoyo de Rusia y su gobierno al señor Trump”. Ese mensaje muestra por primera vez que la campaña republicana tuvo al menos la intención de colaborar con el Kremlin para perjudicar a la candidata demócrata.

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