La de mañana será una elección que marcará el futuro de las principales figuras de la política argentina, especialmente las opositoras, ya que se definirá no sólo qué cargo ocuparán durante los próximos años, sino también qué sucederá con sus propios sectores. La del otro lado del Río de la Plata es una política efervescente, con sectores que rápidamente cambian de nombre y de integración, se alían y se separan, se suman a un candidato y se alejan de otro. Quedó más que demostrado en la previa de estas elecciones, en las que el oficialismo logró mantener su alianza Cambiemos, la misma marca con la que ganó las presidenciales en 2015, pero la oposición se presenta bajo carteles bastante distintos, con diferencias incluso de una provincia a la otra.
En los papeles, en estas PASO debía elegirse a los candidatos que competirían en las elecciones legislativas del 22 de octubre, en las que se renovarán parcialmente las dos cámaras del Congreso. Sin embargo, la mayoría de los partidos llegan a esta instancia con listas ya pactadas, lo que implica que no habrá competencia interna. La disputa, entonces, pasó a otro terreno: el de la participación de los votantes en cada uno de los partidos, un dato que se considera premonitorio de los resultados de los comicios de octubre.
Los jugadores
La Unión Ciudadana es la sorpresa de esta campaña. Lleva como candidata a Fernández y está integrada por muchos sectores que antes formaban parte del Partido Justicialista, entre ellos el Frente para la Victoria, núcleo duro del kirchnerismo. Hasta último momento Fernández quiso mantenerse dentro del Partido Justicialista, pero optó por irse ante la insistencia de uno de sus ex ministros, Florencio Randazzo, quien quería competir con ella para liderar la lista del Senado por la provincia de Buenos Aires. Los intentos de negociación llegaron hasta el límite del plazo para inscribir las candidaturas y ninguno dio el brazo a torcer. Sorpresivamente, Fernández anunció la creación de Unión Ciudadana, una alianza formada por decenas de agrupaciones de menor o mayor tamaño que se salieron del Partido Justicialista junto al Frente para la Victoria.
La propia Fernández lidera la lista al Senado por la provincia de Buenos Aires, secundada por el ex canciller Jorge Taiana. Entre los candidatos a la Cámara de Diputados por la provincia y la ciudad de Buenos Aires se encuentran algunos nombres con trayectoria gubernamental, como Guillermo Moreno y Daniel Filmus, pero las listas están integradas mayoritariamente por figuras nuevas en la política partidaria, en especial provenientes de movimientos sociales y la academia. Esa cesión de espacio a actores de recambio se replica en los actos de campaña de Unión Ciudadana: Fernández hace breves apariciones, pero la mayor parte del tiempo el micrófono está en manos de ciudadanos que cuentan los problemas que enfrentan y que atribuyen a las políticas del gobierno de Mauricio Macri, especialmente la económica.
“1País” es el nombre que le dieron los diputados Sergio Massa y Margarita Stolbizer a la alianza que conformaron después de estar durante meses negando la posibilidad de que se concretara su unión, especialmente Stolbizer, quien criticaba públicamente a Massa por su pasado en filas kirchneristas. Ambos argumentaron que tienen muchos puntos de coincidencia, incluso en lo que respaldan y lo que rechazan del gobierno de Macri, y recordaron que alcanzaron acuerdos programáticos que justifican esta alianza entre el Frente Renovador de Massa y la Generación para un Encuentro Nacional de Stolbizer, (que solo se presenta en la provincia y la ciudad de Buenos Aires).
La incertidumbre que se mantuvo hasta el final era si el propio Massa sería candidato, algo que decidió a último momento, después de que se confirmó que Fernández se presentaría en las urnas. El diputado encabeza la lista al Senado por la provincia de Buenos Aires secundado por Stolbizer pero acompañado por pocas caras conocidas, ya que una parte de los referentes del Frente Renovador lo abandonó para volver al Partido Justicialista y alinearse con Randazzo.
Cambiemos enfrenta en las elecciones de mañana su primer reto desde que es gobierno, y será fundamental, ya que las elecciones legislativas de medio término, cuya instancia inicial son las PASO, son interpretadas como un referéndum sobre su actuación. El oficialismo llegó a esta instancia con pocos resultados para mostrar en lo referente a política nacional, y con una dificultad adicional: el principal partido de la alianza Cambiemos, Propuesta Republicana, no cuenta con figuras suficientes como para llenar las listas, por lo que Macri debió negociar con sus aliados de la Coalición Cívica y la Unión Cívica Radical para decidir las candidaturas. En esas negociaciones se acordó que Esteban Bullrich, ex ministro de Educación, encabezara la lista al Senado, y que Graciela Ocaña –una ex integrante del Frente Renovador que ocupó un cargo durante el gobierno de Fernández– liderara la de Diputados, en ambos casos por la provincia, mientras que Elisa Carrió se quedó con el primer lugar de la lista de diputados por la Ciudad de Buenos Aires, en la que no se presenta bajo el lema “Cambiemos” sino “Vamos Juntos”.
Como Bullrich y Ocaña no eran figuras muy conocidas en la provincia, tuvieron que aparecer acompañados prácticamente todo el tiempo por el propio Macri u otras figuras de gobierno más populares, como el jefe de gabinete Marcos Peña, la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Las protagonistas
El gobierno intentó enfocar la campaña en la presunta corrupción de los gobiernos anteriores, mientras que la oposición intentó hacer foco en la situación económica y la ausencia de condiciones para que mejore la calidad de vida de la gente. Massa lo planteó concentrándose en la elaboración de políticas públicas, especialmente aquellas vinculadas al consumo, una estrategia que en los últimos meses no lo ha llevado a mejorar su posición en las encuestas de intención de voto.
Por su parte, Fernández dedicó gran parte de sus apariciones públicas a hablar de lo mal que lo están pasando algunos sectores del país y responsabilizando por ello al gobierno, especialmente a su política económica. El desempleo, el aumento de los precios y la devaluación provocada por el fin de las restricciones al cambio de divisas fueron los ejes centrales de sus discursos.
Ante la ausencia de resultados tangibles de su gobierno, Cambiemos buscó avivar un sentimiento antikirchnerista planteando que respaldar a Fernández –o no acompañar al gobierno– implicaría dar marcha atrás con los avances conseguidos hasta ahora, aunque siendo incapaz de mostrar cuáles serían esos avances.
Más allá de los discursos, al final de este ciclo electoral, que comienza mañana y termina el 22 de octubre, se podrá evaluar si los argentinos mantienen el tono que marcaron en 2015, eligiendo a un presidente de derecha como Macri o si optan por retroceder con respecto a esa decisión para avanzar hacia un modelo que no sea el neoliberal propuesto por el actual presidente.
Los gafes de Bullrich | Formado en informática y vinculado incialmente al economista Ricardo López Murphy, el candidato del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, Esteban Bullrich, no resultó un hábil declarante. * “El camino que hemos emprendido [desde el gobierno] todos los días tiene un metro más de asfalto, una sala más, un pibe más que está preso”, dijo Bullrich en una entrevista reciente. Después explicó que quiso celebrar los avances en seguridad y no que haya menores de 18 años en las cárceles argentinas. * “Hay que ayudar a los bonaerenses a generar proyectos propios. Ahora en La Matanza y en otros lugares del conurbano los emprendimientos de las cervecerías artesanales están creciendo muchísimo”, comentó en la campaña, invitando a las miles de personas que han sido despedidas de sus trabajos a dedicarse a emprendimientos unipersonales. * “Ni Una Menos es también si hay una beba: Ni Una Menos, porque también la estás matando”, aseguró en una entrevista con la radio FM Blue, expresando nuevamente su rechazo a la interrupción voluntaria del embarazo. * “Esta es la nueva Conquista del Desierto, pero sin espadas, y con educación”, dijo durante una visita a la provincia Río Negro el año pasado. No sumó muchos puntos cuando quiso aclarar por qué había apuntado a la colonización de territorios indígenas en una gran parte de la Pampa: “Me refiero a ese proceso histórico, al avance en un territorio que no estaba ocupado”. * “[Los jóvenes] no van a cambiar con planes sociales: a esos pibes les podés dar un plan social, pero esa plata la van a usar para comprar balas”, aseguró en una entrevista con la agencia de noticias Télam cuando todavía era ministro de Educación y defendía que los jóvenes no fueran alejados de los centros educativos para que no se volcaran al delito y las drogas.