La transición de la ex guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hacia la vida civil incluye, además de la dejación de armas y la constitución en un partido político –la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, que conserva las históricas iniciales–, la creación de un proyecto de economía colectiva. De esa aspiración surgió, hace dos meses, la cooperativa Economía Solidaria del Común, o Ecomún, que busca la reincorporación de los ex combatientes al trabajo cotidiano. La ex guerrillera Fanny Castellanos estuvo de visita en Montevideo y contó a la diaria más detalles sobre la iniciativa.
Los números hablan por sí solos. Fanny Castellanos tiene 46 años y dedicó 26 a la lucha armada, como guerrillera de las FARC. Es decir, más de la mitad de su vida. Hoy, en el marco del proceso de transición a la vida civil, es una de las líderes de Ecomún. Desde ese lugar es que viajó a Uruguay –junto con otros dos ex combatientes y dos asesores– para confeccionar, junto con la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua, un plan de viviendas a las que puedan acceder quienes hace unas semanas entregaron definitivamente las armas.
Castellanos se sentó erguida, escuchó sonriente y respondió con calma. Vestía blusa y pantalón blancos, y en el cuello llevaba un pañuelo rojo. El dato no es menor: son los dos colores que predominan en la bandera del nuevo partido de las FARC, del que también habló.
–¿Cómo surgió Ecomún y con qué objetivo?
–Ecomún surge a raíz de los acuerdos de paz que se hicieron en los últimos años [entre las FARC y el gobierno colombiano]. Surge como una gran cooperativa de carácter colectivo y solidario para la reincorporación de los y las combatientes a la vida civil. No es fácil, en medio de las condiciones de nuestro país, hacer este tránsito a la legalidad, donde quieren desarticularnos. [Las autoridades colombianas] quieren que con ocho millones [de pesos colombianos, aproximadamente 2.700 dólares] que nos van a dar a cada uno para el proceso de reincorporación la gente se vaya a hacer su vida de manera individual. Entonces Ecomún surgió para que, en colectivo y dentro de los territorios que estuvieron en el marco del conflicto, hombres y mujeres pudiéramos agruparnos para generar una economía y un servicio social que garantice una vida digna de las y los combatientes y sus familias.
–¿Qué tipo de trabajo van a hacer y en qué rubros?
–Inicialmente, el trabajo se va a desarrollar en el área rural, en todo lo que tiene que ver con producción, transformación y comercialización de los productos. Venimos de 53 años de lucha, y cada uno de nosotros tiene conocimientos muy amplios sobre la producción y el trabajo de la tierra, porque somos campesinos, tenemos orígenes campesinos y durante un tiempo estuvimos en esa economía informal que nos permitió cumplir y satisfacer las necesidades de los combatientes en medio del conflicto.
–¿Cualquier ex combatiente puede integrar la cooperativa, o hay que cumplir ciertos requisitos?
–Cualquier ex combatiente puede llegar a las cooperativas de manera colectiva. Va a tener su apoyo y la solidaridad de cada uno de nosotros. Igual pasa en los territorios, donde algunos compañeros campesinos van a crear sus propias cooperativas, que van a estar articuladas con Ecomún para poder darle viabilidad y un marco legal a su producción.
–¿Ya saben cuántas de esas cooperativas articuladas se van a crear?
–Sí. Tenemos 23 zonas veredales a nivel nacional, y en cada una tenemos que conformar dos cooperativas. Vamos a ser una gran federación.
–Ecomún se creó formalmente a principios de julio. ¿Puede hacer una evaluación de cómo se avanzó en estos dos meses, o todavía es muy temprano?
–Se puede hacer una evaluación. Hemos estado en el proceso legal que requiere crear una cooperativa para que sea reconocida en la Cámara de Comercio y respete todas las leyes que respaldan la economía solidaria. También estamos en plena capacitación de los hombres y las mujeres en los territorios [en los ámbitos de cooperativismo, economía y comunicación, por ejemplo], para poder hacer frente a los requisitos que nos piden. Todavía estamos en una etapa de mucho aprendizaje, porque si bien veníamos de unas cooperativas no estructuradas pero sí colectivas, muchos de nosotros no conocíamos la viabilidad, los marcos legales o las reglamentaciones que son necesarias. También estamos identificando en los territorios cuáles son los deseos de nuestros combatientes para la producción y la comercialización de estos productos.
–La semana que viene, la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común presentará los requisitos para conformarse legalmente como partido político ante el Consejo Nacional Electoral de Colombia. ¿Cómo viven este momento?
–Con mucha ansiedad, pero también en medio de incertidumbres, porque si bien es cierto que los partidos que han sido de izquierda y que han surgido de los movimientos han logrado su paso a la legalidad y a la vida política, la realidad es que no lo han podido desarrollar abiertamente. Además, muchos de sus miembros, como en el caso de Unión Patriótica, fueron asesinados. En estos momentos, con todas las incertidumbres, nosotros estamos apostando a que se nos incluya en la sociedad como partido político que represente los intereses de los colombianos y a que no se nos mate por pensar distinto.
–¿Cómo definiría la ideología de este nuevo partido?
–Nosotros somos un movimiento muy amplio. Nos identifica el querer construir un país más inclusivo para todos, sin excepciones, sin colores, sin razas, con los saberes que todos tenemos y con el propósito común que es ser un partido que reúna a muchos sectores que hemos estado excluidos por años y años. En cuanto a la ideología, hablamos de marxismo-leninismo, pero quienes lleguen a integrar nuestro movimiento no están sujetos a tener que regirse por esta ideología. Sencillamente, el partido es abierto a los jóvenes, a los hombres y mujeres que quieren construir al lado de nosotros un país que los incluya, que los respete y que tenga en cuenta sus opiniones.
–¿Cómo se están preparando para las elecciones legislativas y presidenciales de 2018?
–Están muy encima, como para decir que vamos a sacar un candidato. Sin embargo, estamos mirando los próximos candidatos que se apersonen, que quieran el proceso de paz y que se identifiquen con él y con su implementación.
–O sea que ya tienen decidido que, para las presidenciales, no van a presentar un candidato propio.
–Nosotros en este período de elecciones no tenemos candidato, porque es muy próximo [en el tiempo].
–En los últimos días, los medios colombianos se refirieron a una división en el partido entre quienes se alinean con la postura menos dogmática del ahora presidente de la formación, Rodrigo Londoño (alias Timochenko), y quienes respaldan al número dos de la formación, Luciano Marín Arango (alias Iván Márquez), quien tiene una visión de la izquierda más tradicional. ¿Es así?
–Se entretejen muchas cosas que, desde que estábamos en armas, nos han querido dividir. Pero afortunadamente seguimos a nivel interno muy juntos, con las discusiones obvias y necesarias que se tienen que dar en un movimiento que hace propios la dirección colectiva y el centralismo democrático. Esto no quiere decir que aquí cada quien esté jalando pita para su lado. Seguimos de manera colectiva. En definitiva, estas son cosas que se hacen, en este tránsito a la legalidad, con el ánimo de dividirnos, de crear un mal ambiente y de apagar lo que realmente somos.
–¿Cómo viene la relación entre el nuevo partido y el gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos?
–El gobierno de Santos ha permitido llegar a sentarnos en una mesa de negociación en la que colocamos nuestras propuestas y las propuestas de la mayoría del pueblo colombiano. Me parece que hubo buena disposición de las dos partes para que se pudiera llegar a este acuerdo, que es muy necesario para que se pueda bajar un poco el nivel de la guerra que se vive en este país. Era necesario que las dos partes miraran un objetivo común, que es silenciar un poco la guerra y comenzar a hacer un avance hacia la paz.