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Nikki Haley. Foto: Mandel Ngan / AFP (archivo, noviembre de 2016)

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU anunció su renuncia

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Una de las caras más visibles de la política exterior de Trump dejará el cargo a fin de año.

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“Es importante que los funcionarios sepan cuándo hay que dar un paso a un lado”, dijo ayer Nikki Haley y anunció así su renuncia como embajadora de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La diplomática, que en el pasado fue gobernadora de Carolina del Sur, atribuyó su renuncia a la “intensidad” que tuvo su carrera política durante los últimos ocho años. “Fui gobernadora durante seis años y tuvimos que lidiar con un huracán, una inundación, un tiroteo en una iglesia y otro en una escuela. Después me incorporé a la ONU y han sido dos años de Irán, Corea del Norte... ha sido un período intenso y soy una firme creyente en los mandatos estrictos”, explicó en una conferencia junto al presidente estadounidense, Donald Trump, en la Casa Blanca.

Haley agregó que dejará el puesto a finales de este año para así asegurarse de que “todo esté en su lugar” cuando asuma el cargo su sucesor, cuyo nombre todavía no fue anunciado. Sobre su futuro no dio pistas, aunque sí descartó postularse a las elecciones presidenciales de 2020, una hipótesis que en el último tiempo han sostenido distintos expertos en política.

Con la salida de Haley, el equipo de política exterior del presidente pierde una de las representantes más visibles en la ONU del “Estados Unidos primero” que Trump impuso desde su primer día en la Casa Blanca. “Haley ha sido muy especial para mí, ha hecho un trabajo increíble”, dijo ayer el gobernante, y dejó la puerta abierta a la funcionaria para volver a su administración en otro puesto.

Por su parte, la embajadora elogió la dureza con la que el mandatario trató en ocasiones a la ONU, una actitud que, a su entender, llevó a la organización a ser “más eficiente” y a su país a ser “fuerte otra vez”. Como ejemplo de la firmeza de la administración de Trump, Haley mencionó su decisión de trasladar la embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, una medida que fue muy criticada por la mayoría de los países que integran la organización. Al respecto, advirtió: “Pondremos nuestras embajadas donde queramos ponerlas”.

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